Tres muertes en Coronda se investigan 36 años después

Las historias están plasmadas en un libro que escribieron ex presos del penal durante la dictadura. Los directores de la penitenciaría están siendo indagados.

Las vidas de Juan Carlos Voisard, Luis Alberto Hormaeche y Raúl San Martín tuvieron pocos puntos en común hasta que llegaron al penal de Coronda, arrastrados por la represión de la última dictadura cívico militar. En la década del 70, los unió la militancia, los pabellones donde estuvieron detenidos en la cárcel Modelo, la falta de atención médica cuando la necesitaron y su trágico final.


Hace unos años, sus nombres y su agonía quedaron plasmados en las páginas del libro que recopila memorias de ex presos políticos que pasaron por Coronda, Del Otro Lado de la Mirilla. Ahora los une un expediente: el que recopila pruebas contra tres ex directivos de la institución penitenciaria para poder llevarlos a juicio por sus muertes. Se trata de tres ex comandantes de Gendarmería Nacional, que dirigieron el penal de Coronda entre 1976 y 1980, que están en la mira de la Justicia y que ya fueron llamados a indagatoria por el juez Federal de Santa Fe, Reinaldo Rodríguez, acusados de tormentos, torturas y muertes ocurridas en el penal durante los años de plomo.


Sus nombres son Octavio Zirone, Juan Ángel Domínguez y Adolfo Kushidonchi. El primero presidió el Centro de Oficiales Retirados de Gendarmería y también integró la Orden Militar de Caballería Hospitalaria San Ignacio de Loyola. El último, era un hombre bajo, con rasgos orientales, que dirigió Coronda en el período 1977-1978, y que es muy recordado por lo feroz de sus castigos. Zirone prestó declaración la semana pasada, Domínguez deberá responder a las preguntas del magistrado y a Kushidionchi aún se lo está buscando en Buenos Aires.


Aniquilamiento físico y psíquico
“Con los llamados a indagatoria de Zirone y Kushidonchi comienza a hacerse justicia. Aunque nadie nos devolverá las vidas de los compañeros muertos o tanta salud mental perdida en el camino. Los comandantes Zirone y Kushidonchi, como así los gendarmes a su cargo, pusieron en práctica un sistema de aniquilamiento físico y psíquico, buscando aislarnos por completo y quebrarnos. Tuvieron, lamentablemente, la complicidad de algunos penitenciarios”, expresó el abogado santafesino Jorge Pedraza, sobre el duro régimen carcelario que impuso Gendarmería en el penal.


Las primeras denuncias sobre las condiciones de detención fueron formuladas con el retorno de la democracia. A mediados de 1984, el ex preso político Raúl Omar Sassi, presentó su declaración ante el juzgado de instrucción Novena de Santa Fe. Y le siguieron más de 30 testigos. Las principales referencias fueron sobre las casi nulas atenciones médicas que recibían pero los relatos también se explayaron sobre las del resto de las condiciones de detención. La falta de visitas, de recreos, el hostigamiento permanente y el maltrato psicológico. Entre las víctimas fatales figuran Juan Carlos Voisard, quien murió el 15 de agosto de 1976, por un ataque de presión; Luis Alberto Hormaeche, fallecido en diciembre de 1977 por un ataque cerebral; y Raúl San Martín, quien falleció en abril de 1979 por un severo cuadro de meningitis que nunca fue tratado.