sábado, 2 de junio de 2012

INT. A 10 días de salir a la Bolsa, Facebook fue gran negocio sólo para su dueño

Ayer, décimo día de Facebook en la Bolsa, la mayor red social online del mundo volvió a dar de qué hablar. Las acciones, lanzadas al mercado en 38 dólares, cayeron en horas tempranas de la jornada neoyorquina a 28 dólares.

 

Ayer, décimo día de Facebook en la Bolsa, la mayor red social online del mundo volvió a dar de qué hablar. Las acciones, lanzadas al mercado en 38 dólares, cayeron en horas tempranas de la jornada neoyorquina a 28 dólares, para perjuicio de los grandes y los numerosos pequeños inversores.

"La gente que pensó que podía comprar estas acciones y dar el gran salto fue ingenua", dice el director del banco de inversiones Morgan Stanley, James Gorman, entidad que tuvo a su cargo organizar la apoteósica salida a la bolsa.

La compañía hoy afronta múltiples críticas derivadas de la notable caída de los valores: hay quienes dicen que Morgan Stanley sobreestimó la oferta y agrandó la salida a la bolsa desmedidamente. La consecuencia: pérdidas millonarias para muchos inversores.

"Dejemos la furia de estos últimos días", dice Gorman, intentando apaciguar los ánimos en su primera entrevista después del fiasco. "Tenemos que ser pacientes, démosle un poco de tiempo al asunto, volvamos a evaluarlo en doce meses", instó. "La salida a la bolsa fue una fiesta estadounidense", se jactó.

La periodista Maria Bartiromo, que hizo de moderadora, replicó: "Es una fiesta para Mark Zuckerberg y los demás propietarios originales".

En efecto, a la compañía, la salida le significó un ingreso de 16.000 millones de dólares.

"Desde su perspectiva, la salida fue un éxito", comenta el gerente Thilo Müller, de MB Fund Advisory. En cambio para los inversores, en particular para el pequeño inversor, que sólo compró por lo conocido que le resultaba el nombre de la compañía, la pérdida será inevitable, comenta.

Es imposible no rememorar capítulos como la burbuja de Dotcom, que hizo por ejemplo que en Alemania muchos entraran en la fiebre accionista, apostaran y perdieran. No pocos, marcados por esta experiencia, decidieron no volver a poner un dedo en la bolsa.

Faceebook parecía haber podido volver a generar esa misma fascinación por la bolsa en el común de la gente. De hecho el 26 por ciento de sus acciones fueron a dar a manos privadas. Una cifra impactantemente elevada. Y ahora, el drama.

"Facebook en el área bursatil es un clásico gol en contra", asegura el especialista Robert Halver. Aproximadamente un cuarto de la inversión original se ha esfumado. Según Müller, esto llevará a que en el futuro los inversores privados sean más cautos.

Y para otras compañías tampoco es una perspectiva muy positiva, comenta el asesor.

Por ahora el banquero Gorman de Wall Street puede seguir regodeándose en el negocio: su entidad se vio muy beneficiada por la operación de salida de Facebbok. Las pérdidas las registraron otros bolsillos.

"¿Usted personalmente compró acciones?", preguntó la moderadora de la entrevista Bartiromo. Gorman rió: "No, como banco involucrado no participo".

Luna de miel top por Italia
Mark Zuckerberg se fue a Italia con su flamante esposa, Priscilla Chan, a quien le regaló vestidos costosos y otros souvenires.

El creador de Facebook y su amada hicieron una primera parada en Roma, donde visitaron el Coliseo, La Capilla Sixtina en el Vaticano y la Fontana di Trevi. Cenaron en el restaurante Pierluigi, uno de los más exclusivos de Roma, donde disfrutaron ostras, carpaccio de pescado y langosta, acompañado de exquisitos vinos de la región.

Días más tarde, la pareja se trasladó a Amalfi, una localidad ubicada en el Golfo de Salerno.

En esa ciudad fue donde se pudo ver a la flamante señora de Zuckerberg con un vestido blanco de encaje de Valentino, de unos 3.700 dólares. De hecho, el vestido de novia había costado 4.000 dólares, lucido durante una ceremonia realizada en el jardín de la casa que comparten en Palo Alto, California.

La pareja demostró que el perfil bajo intenta ser su marca distintiva, ya que se los pudo ver ajenos a los paparazzi y rodeados más que nada por curiosos que les sacaban fotos con sus celulares para, obviamente, subir a Facebook el avistaje de los flamantes recién casados.

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