lunes, 5 de marzo de 2012

SANTA FE: Robaron en el centro de salud de barrio El Abasto

Al dispensario ingresaron por un techo y se llevaron una garrafa, el motor de la bomba y medicamentos vencidos. El personal sospecha que puede ser una represalia.

 

 En el centro de salud El Abasto, que funciona en el CAF Nº 18 del barrio que tiene el mismo nombre, la atención no fue normal esta mañana. Es que cuando el personal abrió el dispensario, a las 7, se encontró con que alguien había provocado múltiples destrozos y robado objetos de valor para el funcionamiento del centro.

Según relató Nicolás Bagnaroli, el coordinador del centro de salud, los ladrones abrieron el techo de la enfermería para ingresar, luego levantaron una reja y lograron acceder a una habitación donde se guardan todas las llaves del centro. “Evidentemente, sabían dónde estaban las llaves y las cosas”, sugirió.

Después de revolver todo lo que tuvieron a su alcance, se llevaron la garrafa de un anafe, medicamentos vencidos y el motor de una bomba que proveía de agua a los tanques. Esto último dejó sin el suministro al centro y complicó la atención de los vecinos. También descalzaron todos los acondicionadores de aire del centro de salud, hecho que llamó la atención de los trabajadores del centro como también el que hayan tenido acceso a todas las habitaciones pero no se hubieran llevado más cosas.

“Dejaron los ventiladores que son fáciles de sacar, una computadora, los televisores, se llevaron muy poca leche en polvo. Los medicamentos que faltan estaban vencidos, los habíamos separado para devolverlos a la droguería central”, enumeró el coordinador, y agregó que “parece que la intención fue más la de dar un mensaje de daño que la de llevarse cosas”.

Una hipótesis


El centro de salud de calle Abipones al 10200 cubre la atención de la salud de una población de alrededor de 6.000 personas. Muchas veces, la urgencia individual de los pacientes genera roces con el personal que intenta dar prioridad a los casos para poder brindar la atención que todos se merecen. Una de los hipótesis que manejan los trabajadores del dispensario para explicar lo que pasó, es que esas diferencias hayan impulsado el robo y los destrozos.

“Acá a veces los problemas no se arreglan con palabras y por eso nos planteamos la posibilidad de que en el ajetreo diario se haya generado alguna discordia con alguien y esto sea una represalia”, arriesgó con prudencia Bagnaroli. Para el coordinador, el hecho de trabajar con “problemas de otros y que cada persona considere al propio como el más importante conlleva a que el personal deba separar, establecer prioridades y atender”.

En ese sentido, el coordinador refirió que “como trabajadores tenemos dignidad y lo debemos trasladar a las personas que se atienden en el centro de salud, todo tiene un límite que no podemos dejar permitir que lo avasallen”.

A media mañana, personal de mantenimiento del Ministerio de Salud había concurrido al centro para comenzar con los arreglos.

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