lunes, 5 de marzo de 2012

ROSARIO: Pasajeros de un ómnibus golpearon y desarmaron al ladrón que les robó

El chofer frenó, el maleante cayó y se le tiraron encima. Una agente que iba vestida de civil lo arrestó. Fue el sábado a la noche en un coche de la línea interurbana Expreso que iba a Puerto San Martín.

"Que nadie se baje ni haga señas porque lo reviento a cañazos. Quédense tranquilos que no va a pasar nada", dijo —palabras más o menos— el ladrón ni bien terminó de robarles a punta de pistola dinero y otras pertenencias de valor a los pasajeros del colectivo de transporte interurbano en el que había subido unas cuadras antes. El coche circulaba por la avenida principal de Granadero Baigorria, frente al Hospital Eva Perón, cuando el joven prolijamente vestido decidió bajar de la unidad. Pero ahí cometió un error: en lugar de descender por la puerta trasera fue hacia la parte delantera del vehículo. Y entonces el chofer realizó una maniobra que le hizo perder la estabilidad al maleante. Y en ese momento el conductor y varios pasajeros se abalazaron sobre él para desarmarlo. Pudo ser un linchamiento, incluso quienes esperaban el colectivo en la parada querían subir a pegarle. Sin embargo, la intervención de una de las víctimas —una mujer policía vestida de civil— salvó la vida del ladrón que terminó bastante golpeado y preso en la comisaría baigorriense.
El hecho ocurrió el sábado, minutos antes de la medianoche, en el interno 17 de la línea Expreso, que une Rosario con la ciudad de Puerto San Martín, al norte del cordón industrial. Según testigos del hecho, entre 12 y 20 personas viajaban en la unidad, entre ellas varias mujeres y chicos, cuando cerca del barrio La Florida (cerca de la cabecera del puente Rosario-Victoria) subió Gustavo G., un hombre de 26 años que vive en la zona sudoeste de Rosario.
A la gorra. "Estaba muy bien vestido, con un pantalón blanco, remera y anteojos. Nadie podría pensar que se trataba de un ladrón", recordó un hombre que viajaba en ese colectivo que pidió mantener en reserva su identidad. "El tipo se sentó —añadió el pasajero— y así viajó unas cuadras, hasta que cerca del hospital (Eva Perón) se paró, sacó un revólver y amenazó a todos".
Eran cerca de las 23.15 cuando G. reveló sus intenciones. A punta de pistola y amenazante, comenzó a pasar su mochila por el ómnibus como si fuera la gorra de un artista callejero. Sin embargo, en este caso no había ningún espectáculo ni la contribución era voluntaria.
"A mí me robó los últimos 250 pesos que me quedaban hasta cobrar el sueldo", comentó el testigo consultado, convencido de que esa era la constante entre los pasajeros. "Gente laburante, mayoría de mujeres o parejas con hijos chiquitos", describió.
Perdiendo el control. Cuando terminó de esquilmar a los pasajeros, G. esgrimió amenazante su arma de fuego para preparar su retirada. Entonces, según comentó el testigo, fue hacia la parte delantera del vehículo y, al parecer, tuvo un cruce de palabras con el chofer, un hombre de 41 años identificado por fuentes policiales como Adrián G., oriundo de Capitán Bermúdez.
Al parecer, cuando el maleante se disponía a bajar por la puerta delantera de la unidad, el conductor aceleró el ómnibus y frenó de golpe. El ladrón perdió el equilibrio y el chofer cerró la puerta. Instantáneamente, tanto él como otros seis hombres que iban en el pasaje se abalanzaron sobre el ladrón con el ánimo, en primer lugar, de desarmarlo. Con la golpiza en marcha, alguien logró extraerle el revólver —luego se sabría que era un calibre 32 sin numeración y con tres cartuchos intactos— y entonces los golpes siguieron.
Arresto. Una vez que los pasajeros y el chofer del Expreso lograron controlar al asaltante, y mientras varias personas que esperaban el colectivo en la esquina demostraban su interés en subir a la unidad para participar del escarmiento, una mujer se identificó como policía y arrestó formalmente al ladrón.
La agente, que según fuentes policiales presta funciones en la Jefatura de la Unidad Regional XVII con asiento en San Lorenzo, llamó al 911 y enseguida llegaron patrulleros de la comisaría 24ª y del Comando Radioeléctrico baigorriense.
Pero cuando los uniformados subieron al ómnibus tuvieron que pedirle al chofer que hiciera un par de cuadras más para bajar al delincuente de la unidad. Es que al parecer en esa esquina había cada vez más personas con intenciones de linchar al ladrón.
Mientras tanto, la agente cuya identidad no fue suministrada recogió la mochila del maleante y comenzó a devolver las pertenencias a los pasajeros asaltados. Básicamente, se trataba de dinero en efectivo y teléfonos celulares.
Sin antecedentes. Ayer Gustavo G. estaba detenido en el penal de la comisaría 24ª de Granadero Baigorria. Según fuentes policiales, el joven no cuenta con antecedentes penales y, si bien había recibido una dura golpiza, no fue necesario hospitalizarlo. Se estima que hoy a la mañana será indagado por la jueza de Instrucción Nº 6 Raquel Cosgaya.
"Fue tremendo lo que cobró ese pibe", refirió ayer a la mañana el testigo contactado por LaCapital, aún conmocionado. "Mientras le pegaban, el flaco gritaba que no lo golpearan, que estaba enfermo de VIH, que tenía un hijo y que era la primera vez que hacía algo así. Pero hay que tener en cuenta que un minuto antes les había apuntado con un arma a esas mismas personas y les había robado lo poco que tenían. Y era gente laburante, que probablemente haya sido asaltada varias veces y ya está cansada".

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