martes, 6 de marzo de 2012

Nadie sabe qué fue de Andrea Ávalos desaparecida a mediados de febrero

La búsqueda que hace Trata de Personas ha dado resultado negativo, pero desde ahora es esa división especializada la que investiga y no ya la comisaría del barrio.

 

 La División Unidad Especial de Trata de Personas de la policía santafesina tiene ahora a su cargo la investigación dirigida a conocer la suerte y el paradero de Andrea Ávalos una mujer que vivía junto a su compañero Pablo Bazán (40) y cuatro hijos de corta edad en el barrio 29 de abril.

Según Bazán, Andrea se fue de la casa tras anunciar que iba a hacer una compra en ese vecindario a mediados de febrero, posiblemente el mismo día 15. Desde entonces nada se sabe de ella y resulta llamativo que no se comunicara con ninguno de los suyos, más aun con ninguno de sus hijos.

La intervención de esta unidad especializada que depende del Departamento Judicial (D5) fue una decisión de la jueza Susana Luna a quien la subcomisaría 8a. de la Unidad Regional I las actuaciones sumarias. Con esto, el caso comenzó a ser investigado especialmente.

Andrea desaparece en un contexto tan confuso como siniestro. Según Bazán, ella fue robada en nuestra ciudad -cuando era una adolescente-, para ser vendida a proxenetas bonaerenese al igual que una de sus hermanas. Bazán sostiene haber contribuido a rescatar -en el marco de un procedimiento practicado en un prostíbulo de Del Viso-, a la joven con quien regresaría a Santa Fe para convivir y tener cuatro hijos con ella.

Otra, muy distinta fue la suerte corrida por la hermana de Andrea, María Florencia, muerta y sepultada en 2004 a un costado de la Ruta 11, entre Santo Tomé y Sauce Viejo, crimen que entonces se atribuyó a un extravagante asesino -un viejo plomero de inocente apariencia-, un hombre que, como la mató a ella, también mató a otra mujer que ejercía la prostitución en la zona.

A mediados de febrero, Bazán -quien dice vivir de changas relacionadas con la jardinería- acudió al destacamento del barrio 29 de Abril para pedir que la policía le ayudara a encontrar a la madre de sus hijos, pero desde entonces no se volvió a saber de ella.

Una semana después, el mismo Bazán denunció públicamente la desaparición de Andrea Ávalos a través de este diario, pero tampoco así surgió un solo dato digno de atención. Mientras tanto, fuentes allegadas a la investigación dijeron que tampoco a la policía logró dar con una sola fuente confiable en medio de un cuadro al que calificó como “engañoso”.

Bazán dijo entonces que temía que Andrea hubiera caído nuevamente en la red de proxenetas ya que quienes la robaron y vendieron cuando era menor vivían en el mismo vecindario y sus chicos compartían actividades con sus propios hijos.

Pero el hombre que públicamente dijo haber contribuido a rescatar desde el prostíbulo de Del Viso a quien luego sería su compañera ya habría tomado distancia del barrio 29 de Abril y puso a los niños en otro lugar, alejados de nuestra ciudad.

De todos modos, mientras el hombre se muestra a la defensiva, confundido y atemorizado, una fuente cercana al grupo familiar sostiene que ella no abandonó del todo la actividad que la llevó a Del Viso y advierte que para Bazán ese dato no pasaría inadvertido.

De todos modos, lo que verdaderamente es motivo de alarma, en este caso está dado por el cerrado silencio de Andrea. Supuestamente, ella llevó consigo un teléfono celular pero nadie de los suyos recibió una sola llamada suya desde ése como de ningún otro aparato telefónico.

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