Nadie sabe qué fue de Andrea Ávalos desaparecida a mediados de febrero
La búsqueda que hace
Trata de Personas ha dado resultado negativo, pero desde ahora es esa
división especializada la que investiga y no ya la comisaría del
barrio.
La División Unidad Especial de Trata de
Personas de la policía santafesina tiene ahora a su cargo la
investigación dirigida a conocer la suerte y el paradero de Andrea
Ávalos una mujer que vivía junto a su compañero Pablo Bazán (40) y
cuatro hijos de corta edad en el barrio 29 de abril.
Según
Bazán, Andrea se fue de la casa tras anunciar que iba a hacer una compra
en ese vecindario a mediados de febrero, posiblemente el mismo día 15.
Desde entonces nada se sabe de ella y resulta llamativo que no se
comunicara con ninguno de los suyos, más aun con ninguno de sus hijos.
La intervención de esta unidad especializada que depende del
Departamento Judicial (D5) fue una decisión de la jueza Susana Luna a
quien la subcomisaría 8a. de la Unidad Regional I las actuaciones
sumarias. Con esto, el caso comenzó a ser investigado especialmente.
Andrea desaparece en un contexto tan confuso como siniestro. Según
Bazán, ella fue robada en nuestra ciudad -cuando era una adolescente-,
para ser vendida a proxenetas bonaerenese al igual que una de sus
hermanas. Bazán sostiene haber contribuido a rescatar -en el marco de un
procedimiento practicado en un prostíbulo de Del Viso-, a la joven con
quien regresaría a Santa Fe para convivir y tener cuatro hijos con ella.
Otra, muy distinta fue la suerte corrida por la hermana de Andrea,
María Florencia, muerta y sepultada en 2004 a un costado de la Ruta 11,
entre Santo Tomé y Sauce Viejo, crimen que entonces se atribuyó a un
extravagante asesino -un viejo plomero de inocente apariencia-, un
hombre que, como la mató a ella, también mató a otra mujer que ejercía
la prostitución en la zona.
A mediados de febrero, Bazán
-quien dice vivir de changas relacionadas con la jardinería- acudió al
destacamento del barrio 29 de Abril para pedir que la policía le ayudara
a encontrar a la madre de sus hijos, pero desde entonces no se volvió a
saber de ella.
Una semana después, el mismo Bazán denunció
públicamente la desaparición de Andrea Ávalos a través de este diario,
pero tampoco así surgió un solo dato digno de atención. Mientras tanto,
fuentes allegadas a la investigación dijeron que tampoco a la policía
logró dar con una sola fuente confiable en medio de un cuadro al que
calificó como “engañoso”.
Bazán dijo entonces que temía que
Andrea hubiera caído nuevamente en la red de proxenetas ya que quienes
la robaron y vendieron cuando era menor vivían en el mismo vecindario y
sus chicos compartían actividades con sus propios hijos.
Pero
el hombre que públicamente dijo haber contribuido a rescatar desde el
prostíbulo de Del Viso a quien luego sería su compañera ya habría tomado
distancia del barrio 29 de Abril y puso a los niños en otro lugar,
alejados de nuestra ciudad.
De todos modos, mientras el
hombre se muestra a la defensiva, confundido y atemorizado, una fuente
cercana al grupo familiar sostiene que ella no abandonó del todo la
actividad que la llevó a Del Viso y advierte que para Bazán ese dato no
pasaría inadvertido.
De todos modos, lo que verdaderamente es
motivo de alarma, en este caso está dado por el cerrado silencio de
Andrea. Supuestamente, ella llevó consigo un teléfono celular pero nadie
de los suyos recibió una sola llamada suya desde ése como de ningún
otro aparato telefónico.
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