lunes, 26 de marzo de 2012

Colón goleó 3 a 0 Independiente en el Brigadier López

Los goles del Sabalero los convirtieron el uruguayo Chevantón a los 42 minutos del primer tiempo, Moreno y Fabianesi a los 9 y Lucas Mugni a los 15 del complemento.

No hay mal que dure cien años reza el famoso dicho que ayer se ratificó en el césped del Brigadier López cuando Diego Ceballos marcó el final del encuentro y decretó la goleada de Colón 3 a 0 sobre Independiente bajo una lluvia torrencial que le puso mayor emoción al triunfo sabalero.

Venía golpeado el elenco rojinegro ya que aquel debut triunfal de Roberto Sensini ante Olimpo había quedado en el olvido y en las últimas fechas el equipo jugaba decididamente mal y encima no conseguía resultados, más allá del empate milagroso ante San Lorenzo.

El compromiso asomaba complicado porque enfrente tenía a un Independiente que llegaba en levantada con dos triunfos consecutivos y un goleador en racha como Ernesto Farías. Sin embargo nada de esto le importó a Colón que terminó ganando con llamativa claridad el encuentro incluso por momentos floreándose como hacía tiempo que no ocurría con este equipo.

Quizás la mayor apuesta por parte de Sensini pensando en la movilidad de los delanteros del Rojo era defender con tres, tal cual había implementado ante San Lorenzo. Y el desafío le salió bien ya que Colón prácticamente no sufrió sobresaltos, a excepción de algunos destellos de Patricio Rodríguez que tuvo en sus pies la apertura del marcador pero Diego Pozo resolvió con mucha determinación para salvar la caída de su arco.

En el comienzo Colón intentó llevarse por delante a su rival y en los primeros minutos lo consiguió en base al muy buen trabajo de Adrián Bastía y de Iván Moreno por el centro del campo presionando a los volantes de Independiente. El uruguayo Javier Chevantón fue el jugador más desequilibrante en el inicio y en sus pies estuvieron las jugadas de mayor peligro.

La primera a los 3 minutos a través de una muy buena ejecución de pelota quieta que pasó muy cerca del caño derecho de Diego Rodríguez y la restante de media vuelta ingresando por el centro del área pero su remate se fue por arriba del travesaño.

Con el correr de los minutos Colón fue cediendo en la presión, y en consecuencia el equipo de Cristian Díaz se fue soltando y de esta manera se adelantó unos metros para comenzar a manejar el balón, por allí sin demasiada profundidad pero jugando el partido lejos de su arco y controlando el trámite de juego.

Después de los 15 minutos el partido entró en una meseta y fue allí en donde Independiente hacía mejor las cosas, pero sin inquietar a Pozo, pero a los 42 minutos cuando se moría la primera etapa, el uruguayo Chevantón se despertó de su letargo y con una gran definición puso el 1 a 0 trás un muy buen centro de Gabriel Graciani.

En esa jugada el oriental mostró toda su categoría ya que se tomó un segundo de más para definir y de derecha acarició el balón para ubicarlo al lado del caño derecho de Rodríguez. Un gol clave para que el sabalero se vaya al descanso en ventaja aún cuando en el desarrollo de juego no había superado a su rival.

En el complemento cuando se pensaba que Independiente intentaría arriconar a Colón contra su arco, los pronósticos fallaron, ya que el control del partido fue patrimonio del sabalero que empezó a definir el pleito con un poco de fortuna dado que el remate de Moreno y Fabianesi pegó en un defensor del Rojo y descolocó al arquero para decretar el 2 a 0 en la primera llegada a fondo de la segunda etapa.

Y los 15 minutos iba a llegar la frutilla del postre en lo que fue el debut de Lucas Mugni en la red trás una exquisita definición previo a una gran asistencia de Higuaín. Con el 3 a 0 se desató el delirio de los hinchas que indudablemente estaban necesitados de una victoria luego de tantos contratiempos.

Colón terminó cómodo en el resultado y en el trámite de juego generando una actuación convincente que al menos por una semana despejó todas las dudas con las que llegaba a este encuentro. Fue un equipo práctico, contundente, solidario que siempre supo a que jugar aún en los momentos en los que no tuvo la pelota. Y vaya si tuvo su premio, ya que después de mucho tiempo el hincha se fue a su casa con una sonrisa bien ancha.

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