sábado, 10 de septiembre de 2011

ROSARIO...Tiene 19 años y está presa por matar a dos chicas a la salida de un boliche

Le atribuyen haber asesinado a tiros a Eliana Zalazar y Carolina Aranda el pasado 27 de agosto. La joven habría confesado ante los policías, que la apresaron en casa de un familiar.

Tiene 19 años y está presa por matar a dos chicas a la salida de un boliche

La mañana del sábado 27 de agosto, cuando se conoció que Eliana Zalazar y Carolina Jessica Soledad Aranda habían sido ejecutadas a balazos por otra mujer en 27 de Febrero al 4100 después de salir de un boliche bailable de la zona, gran parte de la sociedad rosarina se sobresaltó por el doble crimen, un hecho que dejó profundas marcas de dolor en las familias de las víctimas. Entonces, los investigadores de la policía rosarina tomaron el caso en sus manos y consideraron su resolución como una prioridad. Ayer, a dos semanas de aquel episodio, la pesquisa empezó a dar sus frutos con la detención de una joven de 19 años que no tenía ningún antecedente penal y que quedó acusada de utilizar una pistola calibre 9 milímetros para terminar con las vidas de las adolescentes. La imputada se domicilia en barrio Godoy, en el oeste de la ciudad. Pero fue encontrada en la vivienda de un familiar que reside en barrio Alberdi. Tras escuchar el testimonio de la acusada en Jefatura, donde "se quebró y confesó la autoría del hecho en medio del llanto", y a partir de algunos datos recolectados, los investigadores llevaron adelante anoche una serie de allanamientos para dar con el motociclista que no sólo trasladó aquella madrugada a la joven sino que fue su compañero de esa noche. También buscaban el arma homicida. Sin embargo, la detención de Rocío Ayelén Q., de 19 años, trascendió a la opinión pública en momentos en que los pesquisas aguardaban del juez de Instrucción Hernán Postma las respectivas órdenes de allanamientos, lo que provocó cierto malestar en los uniformados que trabajan en la causa ya que la difusión del arresto terminó por abortar momentáneamente el resto de la pesquisa. Acerca del móvil del doble crimen, esos mismos investigadores sostuvieron que fue el punto final a un reiterado problema de convivencia entre la matadora y una de las víctimas. Una serie de rencillas que tuvo múltiples capítulos y cuyo origen sería de índole sentimental. Es decir, por un muchacho. Mecánica del crimen. Eliana Zalazar tenía 19 años y Carolina Aranda 20. El sábado 27 de agosto, aproximadamente a las 5.30, salieron cansadas tras pasar una noche a pura cumbia en Mogambo Bailable, el boliche que se levanta en bulevar Avellaneda y Gálvez. Caminaron unos 150 metros hasta el carribar que cada noche se instala en 27 de Febrero al 4100, compraron unos panchos y, para estar más tranquilas, se alejaron del lugar en el que había un sinnúmero de jóvenes. Las chicas se instalaron frente a la vivienda de 27 de Febrero 4177, a unos 70 metros de una estación de servicios de GNC, para comer tranquilas. Entonces apareció una moto enduro color blanco que circulaba de contramano y se detuvo frente a ellas. El paso de ese rodado quedó grabado en las cámaras de seguridad de la estación de servicios que captó el acto previo a la ejecución, aunque por una cuestión de distancia las cintas no captaron los rostros de los ocupantes de la moto. De acuerdo a la primera versión oficial, cuando el rodado al mando de un muchacho aún prófugo detuvo la marcha frente al lugar en el cual las dos adolescentes degustaban los panchos, la chica que viajaba como acompañante y que vestía una campera blanca con capucha se bajó empuñando una pistola calibre 9 milímetros y sin dar muchas explicaciones les disparó. A Eliana la mató de un sólo tiro. A Carolina la ultimó con tres impactos, uno de ellos presuntamente de remate. Una vez finalizada su faena, y cuando la escena del crimen era un pandemónium de gritos y vehículos huyendo del lugar, la homicida subió a la moto que circulo en contramano por 27 de Febrero hasta Río de Janeiro y se perdió por esta última calle hacia Presidente Perón. Sin embargo ayer, a partir de lo declarado por Rocío Q., se supo que los disparos los hizo sin bajarse del rodado y que los mismos tenían como único destino la humanidad de Carolina Aranda, con la cual mantenía una agria disputa desde hacía bastante tiempo. "Admitió que con una de las chicas ya habían tenido una pelea y que esa misma noche se habían cruzado mal dentro de Mogambo y que a la otra piba no la conocía", confió un pesquisa. Desde un primer momento a los investigadores les llamó la atención la frialdad de la ejecutora para jalar el gatillo de un arma de guerra. No es usual que una joven mujer sea la sicaria que protagonice una crónica policial de semejante tamaño. Y, en ese orden, hasta ayer no se desestimaba la posible relación de la acusada del doble crimen con alguna persona vinculada con alguna fuerza de seguridad. En ese sentido, fuentes de la causa dijeron a este diario que, "tras la pelea que tuvieron las chicas dentro del boliche, el joven que acompañaba a Rocío Q. le ofreció llevarla en moto hasta la casa de una amiga, en la zona norte de la ciudad, para buscar un arma y poner fin a las rencillas". Así lo hicieron y en ese momento empezó a desarrollarse el final de la historia. "Cuando estaban frente a las víctimas, el muchacho que conducía la moto montó el arma y se la entregó a la acusada, que no dudó en disparar teniendo a Aranda como blanco", agregaron las fuentes. Amistad truncada.Eliana y Carolina eran amigas y vivían juntas desde un par de meses antes de sus muertes. Carolina tenía una nena de 2 años, era hija de un agente retirado de Prefectura Naval y trabajaba ocasionalmente como moza en el bar Pool 8, de Arijón y Balcarce. Eliana, en tanto, estaba de novia con Héctor, estudiaba y, según contaron sus íntimos, se la pasaba entre la casa de su mamá y la casita que compartían con Carolina. Según los pesquisas, el viernes previo al doble crimen el novio de Eliana las llevó en auto hasta una vivienda de 27 de Febrero al 4400, donde vive el padre de la joven. El plan de las muchachas era ir a Mogambo y luego regresar a dormir a ese lugar, que está a sólo cuatro cuadras del boliche. Ahora parece quedar confirmado que Rocío y Carolina tuvieron un altercado dentro del boliche esa madrugada, un enfrentamiento que no era nuevo. Pero esta última pelea fue la usina que generó en la ejecutora una sed de venganza que se saldó con el doble crimen. Carta Blas Zalazar y Edith Boneto, los padres de Eliana, hicieron llegar ayer a este diario una carta en la que, tras una evaluación de la cobertura periodística hecha sobre el doble crimen del cual fue víctima su hija, manifiestan su profundo dolor por la pérdida de la adolescente y reclaman justicia y un rápido esclarecimiento del caso. Además, los familiares de la joven sostienen que el verdadero móvil del trágico hecho hay que buscarlo en las “posibles relaciones entre la asesina y Carolina Aranda”, la otra joven asesinada la madrugada del 27 de agosto pasado “y no en Eliana”, quien según ellos estuvo en el lugar equivocado a la hora menos indicada. Así parece confirmarlo la confesión de Rocío Q., la imputada por el hecho.

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