domingo, 16 de octubre de 2016

SIRIA Vladimir Putin y la guerra en Alepo

 A Vladimir Putin muchos lo ven como un dictador soviético en la guerra civil de Siria, pero otros creen que es el único que puede ponerle límites a las ambiciones de Estados Unidos.
/Telam | 
Vladimir Putin y la guerra en Alepo

 Entre los críticos actuales de Rusia se encuentra Francia, país que amenazó con recurrir a la Corte Penal Internacional (CPI) para que inicie una investigación sobre supuestos "crímenes de guerra" cometidos por Moscú y el gobierno del presidente Bashar al Assad en la ciudad siria de Alepo.

Sin embargo, la CPI no puede juzgar a Putin o Al Assad, ya que ni Damasco ni Moscú forman parte de ese tratado que se estableció su sede en la ciudad holandesa de La Haya.

De todos modos existe la posibilidad de que el caso sea analizado por el Consejo de Seguridad de la ONU, en el que Rusia tiene poder de veto.

En Alepo, donde por un lado Estados Unidos apoya a las fuerzas rebeldes que combaten al presidente sirio y, por el otro, Rusia respalda a Al Assad (que considera que Estados Unidos busca "mantener su hegemonía" en el mundo), se está jugando el destino de Siria.

Pero Francia considera inaceptable la intervención rusa. París formuló dicha critica después de que Moscú vetara el pasado sábado una proyecto de resolución en el Consejo de seguridad de la ONU -presentado por París y España-, para pedir el ceso de los bombardeos masivos en Alepo.

Esta semana, en una atmósfera enrarecida, el presidente francés, Francois Hollande, dijo que sólo recibiría a Putin en París, si la reunión con el mandatario ruso se consagraba a la crisis de Siria.

Irritado por la declaración francesa, Putin canceló la visita que debía realizar el 19 de octubre para inaugurar una catedral ortodoxa a orillas del Sena, financiada por el gobierno ruso.

Francia también quiere castigar al gobierno de Al Assad por utilizar supuestamente armas químicas el 21 de abril de 2014 y el 16 de marzo de 2015.

Si bien Damasco ha negado dichas acusaciones, Estados Unidos quiere que Siria rinda cuentas ante tribunales internacionales.

La crisis entre Moscú y Washington ocurre en un momento muy especial de la guerra: el gobierno sirio está ganando posiciones en Alepo, favorecido desde hace dos años por el apoyo de los bombardeos rusos.

Rusia intervino en Siria para atacar a las milicias del Estado Islámico (EI), pero Washington ha responsabilizado a Damasco por varios ataques contra los rebeldes que quieren derrocar a Al Assad.

"Putin no es un dictador al estilo soviético, sencillamente porque la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) no existe más", dijo a Télam el doctor en Relaciones Internacionales Marcelo O. Montes.

El analista, que es integrante del Grupo de Estudios Euroasiáticos del Centro Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI), recordó que Putin ha ganado todas las elecciones desde el año 2000, enfrentando a nacionalistas, comunistas y socialdemócratas, "con porcentajes razonables".

Para Montes, Rusia "tiene democracia y capitalismo imperfectos, no del estilo polaco o suizo, pero de ningún modo pretende alterar las reglas de juego del sistema internacional, como sí en algún momento lo pretendió la URSS".

A tal punto llegó la confrontación entre Rusia y Occidente que Moscú estudia la posibilidad de abrir bases militares en Cuba y Vietnam, según aseguró el viceministro de Defensa ruso, NiKolai Pankov.

Siria, por otra parte, acusó a Washington de utilizar al yihadista Frente Fateh al Sham (ex Frente Al Nusra y antigua rama siria de Al Qaeda) para debilitar al gobierno de Al Assad.

Esta semana, la crisis se agudizó con la instalación por parte de Moscú de misiles crucero con capacidad para llegar a Berlín desde la ciudad de Kaliningrado, sobre el mar Báltico.

Algunos analistas, por otra parte, ven similitudes entre las guerras de Chechenia y lo que ahora está ocurriendo en Alepo.
En 1999, con una gran ofensiva militar, Putin logró recuperar a esta república secesionista que se declaró libre de Moscú después de la primera guerra de Chechenia a mediados de 1990.

Putin mostró en esa región del Cáucaso todo su coraje y su temple para convertirse en un político muy popular entre los rusos, con un nivel del 82% en agosto, según la ONG Instituto de Investigación Levada.

Esa guerra está también relacionada con al asesinato de la periodista Anna Politkóvskaya, del diario Novaya Gazeta, ocurrido hace 10 años, pues la reportera era muy critica de las políticas de Putin en Chechenia.

Aunque algunos rusos creen que los servicios secretos estuvieron implicados en el crimen, pero la justicia rusa condenó a cinco chechenos en junio de 2014.

Putin es muy respetado por algunos presidentes como el venezolano, Nicolás Maduro, quien propuso crear el "Premio Hugo Chávez de la Paz y de la Soberanía de los Pueblos".

Maduro dijo que, en primer lugar, habría que dárselo al mandatario ruso, ya que a su juicio es "el líder más destacado que hay en el mundo de hoy".

Muchos creen que Putin ha devuelto el orgullo a los rusos, luego de la caída de la Unión Soviética en 1991. Pero otros piensan exactamente lo contrario.

"Putin no tiene límites. Puede matar personas y cruzar cualquier frontera", dijo a principios de junio el ex campeón mundial de ajedrez, el ruso Gary Kasparov, durante un reportaje con el diario español El Mundo.

Nada hace presumir que Putin deje de respaldar a Al Assad. Incluso ha ratificado el despliegue de los bombardeos rusos en ese país árabe.

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