El secretario de la Cámara de Comercio Exterior local, Daniel Oblán, dijo que los países asiáticos son una oportunidad de negocio. En 2012 crecieron las exportaciones a India, Malasia e Indonesia.
La crisis que atraviesan los países europeos desde el 2008 hizo que los empresarios santafesinos comiencen a buscar nuevos mercados para sus productos. Según un estudio realizado por el Instituto Provincial de Estadísticas y Censos, durante el año pasado las empresas radicadas en Santa Fe encontraron un nicho para hacer negocios que atenuó las pérdidas que tuvieron destinos tradicionales como España, Brasil y Perú.
“No caben dudas de que el empresario hoy está cambiando un poco su visión sobre los negocios en el exterior”, le dijo a Diario UNO el secretario de la Cámara de Comercio Exterior de Santa Fe, Daniel Oblán y agregó: “Hoy ya no se mira tanto hacia Europa o hacia Estados Unidos, sino que se apunta hacia el nuevo orden económico que está en el Asia-Pacífico. Esto es consecuencia de un mercado muy demandante y de que los empresarios santafesinos están empezando a ver atentamente este tipo de oportunidades”.
—¿Es difícil adaptar la estructura de un negocio que se trabajaba en Europa para llevarlo a otros mercados?
—Tiene la complejidad de que son realidades distintas. De un país europeo a la cultura asiática hay un cambio bastante grande en cuanto a desarrollar el negocio. Pero creo que el empresariado argentino está muy preparado para hacer este cambio rápidamente, sobre todo por la necesidad actual de aumentar las exportaciones. Más allá de que tenemos un tipo de cambio que no nos favorece igualmente este tipo de mercados, por el volumen que demandan, van a tener siempre un crecimiento en las exportaciones.
—¿La demanda de estos mercados se puede mantener en el tiempo o sólo son un parche al vacío que dejó la crisis en Europa?
—Creo que todo el empresariado tiene muy en claro que el futuro pasa por el Asia-Pacífico. El punto de partida es esto de lo que últimamente se está hablando mucho, el Bric (Brasil, Rusia, India y China). Ese nuevo orden económico involucra a países que tienen una población muy grande, por lo tanto, la demanda no tiene techo. Por eso, adecuar las exportaciones o todas las estrategias a estos mercados hace que el horizonte sea extremadamente promisorio.
—Qué análisis hace del tipo de productos que se están exportando, ¿se puede aspirar a productos de un mayor valor agregado?
—En principio vale el mercado que se generó a partir de este producto en el que hoy por hoy la Argentina es líder, como las manufacturas de origen agropecuario encabezadas por el aceite de soja. En nuestra provincia tenemos en el sur el polo aceitero más grande del mundo. Por eso creo que las exportaciones van a ser traccionadas por este producto, aunque lo deseable sería, aprovechando estas circunstancias, que completemos la oferta, en este caso de alimentos, con productos de mayor valor agregado.
“En esto –continuó– es necesario que el Estado esté presente. El Estado tiene que, a partir de esta oportunidad que se genera, tener mecanismos de apoyo e incentivos para que el otro sector industrial de alimentos pueda tener mayores facilidades para llegar a esos mercados que son totalmente distintos, pero que vale la pena desarrollarlos por la magnitud que tienen”.
Al ser consultado sobre cuál debe ser específicamente el rol que debe cumplir el Estado, Oblán expresó: “El rol tiene que ser como el que juegan los gobiernos de los países que tienen políticas de promoción y apoyo al comercio exterior. En primer lugar acompañando al empresario, y creo que los gobiernos en alguna medida ya están entendiendo esto. Están empezando a generar misiones empresarias, apoyando las participaciones en ferias y exposiciones para que el empresario vaya conociendo y reconociendo el mercado. Esto se debe dar como primera acción”.
“Después tiene que darse todo lo que es el acompañamiento en concretar operaciones. Pero fundamentalmente tiene que darle competitividad a las empresas a través de las medidas de apoyo y promoción”, sostuvo.
En ese sentido especificó: “Una de ellas, y que hoy la estamos padeciendo, es la pérdida de competitividad que se empezó a dar por el atraso del tipo de cambio. El Estado debe estar presente y los empresarios tenemos que estar atentos. Si bien hoy las manufacturas de origen agropecuario, fundamentalmente las del polo aceitero, son las que están liderando, detrás de ellos están todas las otras industrias alimenticias como la láctea, la molinera, los frigoríficos. Todas esas industrias tienen que ir de la mano de estos caminos que se están abriendo”.

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