Ocurrió esta mañana, en calle Azcuénaga al 3600. Una mujer fue maltratada y maniatada con un precinto plástico. Los ladrones se llevaron un equipo de sonido, un reproductor de DVD y algunos billetes.
Hugo y Elba son viejos vecinos del barrio Nueva Pompeya. Él es remisero y trabaja todo el día. “Cuando llegamos acá, lo hicimos con una mano adelante y la otra atrás. Con esfuerzo, logramos un poco de estabilidad económica”, dijo el hombre. Ella se desempeña como empleada en el Colegio San José de Las Hermanas Terciarias (en Guadalupe). “Era portera, pero tuve un problema de salud y ahora estoy realizando tareas pasivas”, contó la mujer.
Este matrimonio vive en calle Azcuénaga al 3600, en una casa que carece de cualquier lujo. Esta mañana, dos delincuentes asaltaron el inmueble cuando Hugo ya no estaba en el lugar.
“Eran aproximadamente Las 8 cuando llamaron a la puerta. Me acerqué y al abrir la mirilla de vidrio para ver, un sujeto me agarró fuerte del pelo”, recordó Elba, todavía muy angustiada.
La mujer intentó defenderse, pero no pudo zafar y al ser amenazada con un arma de fuego debió dejar pasar al asaltante, que entró con un cómplice. “No sé si eran grandes o chicos, estaba muy nerviosa y me gritaban para que no los mire a la cara. Sólo puedo decir que estaban vestidos de negro”.
Elba fue llevada hasta una de Las habitaciones de la vivienda, donde fue maniatada con un grueso precinto plástico.
Con su víctima fuera de combate, los delincuentes revolvieron todos los muebles en busca de dinero y finalmente huyeron con algunos pesos en efectivo, un equipo de sonido y un reproductor de DVD.
Cuando los ladrones huyeron, encerraron a la mujer, que debió salir al patio trasero para pedir auxilio. Minutos más tarde, una vecina que pasaba por la calle escuchó sus gritos y llamó a la policía.
Un patrullero del Comando Radioeléctrico arribó a la escena y los uniformados liberaron a la dueña de casa, que todavía llevaba sus muñecas sujetas con el precinto.
Habitantes del barrio se quejaron luego por la falta de seguridad en toda la zona y manifestaron que los problemas se acrecientan por el “avance de la droga”. “Hay más narcotraficantes que gente”, gritó una mujer indignada.
Este matrimonio vive en calle Azcuénaga al 3600, en una casa que carece de cualquier lujo. Esta mañana, dos delincuentes asaltaron el inmueble cuando Hugo ya no estaba en el lugar.
“Eran aproximadamente Las 8 cuando llamaron a la puerta. Me acerqué y al abrir la mirilla de vidrio para ver, un sujeto me agarró fuerte del pelo”, recordó Elba, todavía muy angustiada.
La mujer intentó defenderse, pero no pudo zafar y al ser amenazada con un arma de fuego debió dejar pasar al asaltante, que entró con un cómplice. “No sé si eran grandes o chicos, estaba muy nerviosa y me gritaban para que no los mire a la cara. Sólo puedo decir que estaban vestidos de negro”.
Elba fue llevada hasta una de Las habitaciones de la vivienda, donde fue maniatada con un grueso precinto plástico.
Con su víctima fuera de combate, los delincuentes revolvieron todos los muebles en busca de dinero y finalmente huyeron con algunos pesos en efectivo, un equipo de sonido y un reproductor de DVD.
Cuando los ladrones huyeron, encerraron a la mujer, que debió salir al patio trasero para pedir auxilio. Minutos más tarde, una vecina que pasaba por la calle escuchó sus gritos y llamó a la policía.
Un patrullero del Comando Radioeléctrico arribó a la escena y los uniformados liberaron a la dueña de casa, que todavía llevaba sus muñecas sujetas con el precinto.
Habitantes del barrio se quejaron luego por la falta de seguridad en toda la zona y manifestaron que los problemas se acrecientan por el “avance de la droga”. “Hay más narcotraficantes que gente”, gritó una mujer indignada.
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