Jesica, su novio, su hermano y su cuñada viajaban por la ruta 168 cuando un vidrio del auto en que viajaban estalló. En la dependencia policial les dijeron que fue una bala, probablemente de un rifle de aire comprimido.
En la mañana de hoy, en diálogo con LT9, Jesica, una joven residente en la localidad de Santa Rosa de Calchines, contó la espantosa experiencia que atravesó en los primeros minutos del pasado lunes, mientras circulaba por la ruta 168.
Según relató, viajaba en el auto de su hermano junto a tres personas cuando, a la altura del aliviador ubicado en la zona de boliches, entre el acceso a la ciudad y el barrio El Pozo, escucharon una detonación y el vidrio de la ventanilla del acompañante delantero estalló.
“Volvíamos en el auto por la ruta 168 a Santa Rosa de Calcines cuando, a la altura de los boliches, antes de llegar al megamercado, sentimos un gran impacto y estalló el vidrio del acompañante. Gracias a que tenemos polarizado no nos provocó daños”, contó angustiada la mujer. Además, mencionó que fue una detonación que surgió “de la nada” y causó “un gran susto” a todos los ocupantes del vehículo.
Para evitar frenar la marcha, el auto siguió por la autovía hasta la Ruta 1 y se detuvo en la comisaría ubicada en la bajada del camping de UPCN. Allí, los jóvenes relataron lo sucedido y los agentes de la fuerza pública evaluaron los daños. Los uniformados determinaron que “no había sido ni un cascote ni una piedra, sino una bala, probablemente de un rifle de aire comprimido”.
Jesica no ocultó la “impotencia” y la “bronca” que le causó el hecho, “porque a nadie le importa nada”. Asimismo, no dudó en calificarlo como “una desgracia con suerte”, marcada porque la ventanilla estaba levantada y porque contaba con la gruesa lámina negra del polarizado.
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