Fueron sancionados por tener más camas de las permitidas y solicitan cambios en la norma para duplicar las plazas.
Dueños de hostels recibieron la semana pasada sanciones por tener más camas de las permitidas en algunos de los 38 alojamientos de este tipo que funcionan en la ciudad. La sorpresa, tal como denunciaron, fue porque desde febrero esperan que el Concejo Municipal vote el marco regulatorio apoyado por el Ejecutivo local que les permitiría duplicar la cantidad de plazas en Rosario. Hasta el momento, los hostels locales, que cuentan con entre 20 y 25 plazas en promedio cada uno, carecen de un rubro específico por lo que están habilitados bajo la figura de “hospedajes” o “pensiones”, incongruentes con su naturaleza. De obtener la regulación, los representantes de hostels confiaron en que se llenarán porque trabajan durante el año a capacidades completas, sobre todo los fines de semana.
La semana pasada, tras conocerse las multas a manos de inspectores municipales, los dueños de hostels pasearon su preocupación por las secretarías de Turismo, de Gobierno y por último, la comisión de Planeamiento del Concejo Municipal, donde descansa el proyecto de regulación de la actividad. Allí fueron recibidos por los concejales y el subsecretario de Turismo de la ciudad, Diego Paladini.
“La ciudad cuenta con aproximadamente 38 hostels de los cuales un 80 por ciento se ocupa los fines de semana, pero igual consideramos necesario que Rosario tenga una regulación acorde a la realidad turística de nuestra ciudad. Eso le permitirá implementar una modalidad de alojamientos accesibles y de intercambio socio-cultural con el fin de promover y expandir el turismo en el territorio y brindar un marco de competencia que garantice a los turistas requisitos mínimos de infraestructura, calidad, higiene y seguridad”, explicó la concejala socialista, Viviana Foresi, quien apoyará la iniciativa.
Según los cálculos, si en la actualidad existen casi mil plazas disponibles, la nueva normativa, que permitiría el funcionamiento habilitado por el municipio de más camas por habitación, haría que este número se eleve hasta 1.600.
Tal como indicaron desde el Concejo, luego de un despacho favorable en esa comisión, deberá pasar por las comisiones de Gobierno y Ecología, respectivamente, antes de llegar al recinto para votarse.
Marco y reglas claras
Según el texto en debate, los alojamientos tipificados como hostels –esto es todo establecimiento que brinde alojamiento no permanente, con posibilidad de estadías turísticas temporarias por un período no mayor a 30 días mediante contrato de hospedaje–, no podrán instalarse en inmuebles que hayan sido declarados de valor patrimonial y/urbano. Podrán tener habitaciones privadas siempre y cuando no superen el 25 por ciento del total de las habitaciones del establecimiento. Las habitaciones compartidas podrán ser mixtas o diferenciadas por sexo, con un mínimo de tres plazas.
En materia de servicio, siempre según el proyecto, un hostel debe tener una recepción, un sistema de comunicación –teléfono, servicio de PC con conexión a Internet– ubicado en un espacio de libre acceso para todos los huéspedes, luz eléctrica en habitaciones y dependencias, contando con disyuntor en buen estado de funcionamiento para todo el establecimiento, agua fría y caliente las 24 horas más espacios comunes para el esparcimiento e integración de los huéspedes. También deben proveer material informativo sobre los atractivos turísticos naturales y culturales que no representen impedimento legal alguno para visita y disfrute provistos o no por el Ente de Turismo de Rosario (Etur). Además, deberá tener ropa de cama, y la higiene en régimen diario de las habitaciones también forma parte de las exigencias previstas por el texto que busca ser normativa.
En cuanto a las prohibiciones, se destacan que dentro del inmueble afectado a este tipo de alojamiento no podrá ejercerse otra actividad productiva y tampoco se podrá contar con un baño comunitario que esté en contacto con la zona de personal.
Los gerentes de hostels aseguraron que en lo relativo a seguridad, “están en regla”. Entre los requerimientos para esa área está contar con detectores de humo en todas las habitaciones y dependencias del establecimiento y tener extintores de fuego en cantidad y disposición.
Tras el debate y la votación, los establecimientos ya habilitados a la fecha deberán adecuarse a la misma en un plazo de 24 meses contados a partir de la vigencia de la normativa.
Una tendencia en alojamiento que crece
No hace mucho tiempo que los hostels se convirtieron en tendencia en alojamiento turístico. Ésta es una modalidad de hospedaje de habitaciones compartidas y espacios comunes (baños, cocinas, computadoras, bibliotecas, juegos, entre otros), con bajos y diversos costos y que atañe principalmente a jóvenes y extranjeros. En su mayoría, los jóvenes los eligen a la hora de pasar unos pocos días en la ciudad en cuestión, y terminan creando lazos hasta con los propios empleados del lugar, sin contar grandes comidas y hasta fiestas por las noches, lo cual también los diferencia de los hoteles, que sí tienen su propia categorización. “Son una oferta muy importante, que permite que vengan muchos jóvenes y abre puertas al turismo internacional”, señaló el secretario de Turismo local, Héctor De Benedictis, durante la firma de un “acuerdo de convivencia y compromiso ciudadano” en febrero.
Por ello, el texto a debatir sostiene que se debe cesar de toda actividad que pudiera ocasionar molestias a los vecinos los días viernes, sábados y vísperas de feriados a las 2 de la mañana y los restantes días a la 1 de la mañana. Ese acto, que contó con la presencia de la intendenta Mónica Fein, reunió a distintos actores del turismo local con la intención de aunar esfuerzos para que el rubro accione de forma diversa, inclusiva y respetuosa hacia los vecinos.
Programa de relevamiento
De aprobarse la ordenanza, se crearía el Programa de Hostels Accesibles, el cual tendrá como función relevar las condiciones edilicias de los establecimientos habilitados, como así también los nuevos que soliciten la habilitación para su funcionamiento, a fin de evaluar la factibilidad de su adecuación a la normativa vigente en materia de personas con discapacidad.
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