domingo, 16 de septiembre de 2012

Monteros, la ciudad que no sale del asombro por su cura


En la comunidad hubo mucha sorpresa, asombro y voces encontradas cuando se conocieron las denuncias sobre el sacerdote a través de los medios periodísticos de la capital entrerriana.
La Capital | 
"En esta ciudad no se conocen casos denunciados o quejas contra el cura. En la comunidad hubo mucha sorpresa, asombro y voces encontradas cuando se conocieron las denuncias sobre el sacerdote a través de los medios periodísticos de la capital entrerriana. Para todos fue un baldazo de agua fría y ahora esa sorpresa se transformó en indignación". El comentario fue hecho a LaCapital por Facundo Ureña, directo de la FM Municipal de Monteros, a raíz de las denuncias que pesan sobre el cura Justo José Ilarraz por abusos a chicos de entre 12 y 14 años en el Seminario Menor de Paraná, que generó un verdadero escándalo no sólo en la capital entrerriana, sino en esta localidad tucumana, donde el sacerdote ejerce desde hace diez años.
Ureña contó que el sacerdote desempeñaba funciones en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús del barrio Ñuñorco de Monteros y en algunas de las comunas que dependen de esa ciudad. Se hizo cargo de la casa religiosa cuando aún era capilla, después de su retorno de Roma a donde, se presume, fue enviado tras las acusaciones de abusar de al menos 50 niños entre 1984 y 1992.
El hombre de prensa dejó en claro que, si bien circulan cientos de versiones y comentarios, "nunca nadie sospechó del pasado del cura. Lo que sí se evidencia es que de ahora en más la comunidad quiere conocer los antecedentes del religioso que se haga cargo de la parroquia".
"En general la gente dio crédito a las denuncias periodísticas. Son pocos los que descreen y aún esperan que se ratifiquen esas acusaciones. Pero hubo llamados de vecinos que piden calma y que no juzguemos antes de tiempo", expresó Ureña.
Sin embargo, después del reconocimiento de la Iglesia "hubo voces de indignación porque no se explican cómo enviaron a un hombre con semejantes antecedentes a una población desprevenida que lo recibió con toda la confianza".
Después de la indignación, la población se abocó a pedir respuestas a la Iglesia tucumana, que aún no fueron satisfechas. Los monterizos se mostraron muy molestos además por la forma en que el sacerdote se retiró de la parroquia. "Se fue argumentando razones de salud. Pero la mayoría sospecha de que le habrían avisado sobre la inminente publicación de sus abusos", indicó el periodista.
El Arzobispado de San Miguel de Tucumán sacó al cura de sus funciones y designó al sacerdote Abel Peñaloza oriundo de la capital provincial, quien ser hará cargo hoy de la iglesia Sagrado Corazón y llevará la primera voz oficial a la feligresía de la ciudad alborotada.
Aunque algunas versiones indican que en la comunidad eclesiástica conocían los antecedentes, sus colegas y el mismo obispo se mostraron shockeados tras la ventilación del caso. También hay versiones encontradas sobre el paradero de Ilarraz. Algunos sostienen que está en una casa espiritual de San Miguel y otros dicen que fue enviado a Córdoba.
Monteros tiene 33 mil habitantes y dista 50 kilómetros de la capital provincial.
El intendente. Tanto el intendente de la ciudad, Alberto Olea, como el diputado Regino Racedo, vecino de la parroquia, se mostraron consternados y sorprendidos por la actitud de la Iglesia de no haber acudido a la Justicia.
"¿Por qué la Iglesia ocultó esta situación? Nos sentimos defraudados, tuvimos como párroco a cargo de la catequesis y la misa a una persona con estos antecedentes denunciada por cosas tremendas", disparó Racedo. El legislador consideró que Ilarraz debería haber sido excomulgado y condenó la actitud de las autoridades eclesiásticas por mantener las denuncias dentro del ámbito de la Iglesia.
Para Olea, fue una sorpresa total. "Jamás lo hubiera imaginado. Acá Ilarráz desarrolló una tarea silenciosa ocupándose de una docena de comunas rurales y nunca escuché una queja en contra de él".

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