miércoles, 19 de septiembre de 2012

ENFRENTAMIENTO ENTRE BANDAS EN SANTA FE/Condenaron a una persona por homicidio en riña


Una bala perdida terminó con la vida de Marcos Benítez, de apenas diez años. Como consecuencia la Justicia impuso pena de 3 años y 8 meses a Marcelo Orlando López.

Esta semana se conoció la condena del único imputado por el crimen del chico Marcos Benítez, ocurrido a fines del año pasado, en el frente de su casa, en El Arenal de barrio San Lorenzo. Se trata de Marcelo Orlando López, a quien la Justicia encontró responsable por el delito de “homicidio en riña, agravado por el uso de arma de fuego”.

El juez de Sentencia N° 5, Enrique Álvarez, le impuso a López una pena de 3 años y 8 meses de prisión de cumplimiento efectivo y lo envió al penal de Coronda, lugar donde se encuentra alojado a disposición del Juzgado de Ejecución Penal.

La condena impuesta se alcanzó tras la realización de un juicio abreviado, en el que las partes -defensa y fiscal- acordaron el monto de la pena, que luego fue ratificada por el juez que entiende en la causa.

Si bien los años de cárcel para López resultan insuficientes para la familia de la víctima, las autoridades judiciales coincidieron en que se trató de una condena razonable.

En ese sentido, el juez Álvarez lamentó las terribles consecuencias del episodio criminal, aunque destacó lo confuso del hecho.

Sentado en la vereda

López había llegado a juicio procesado por el delito de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego”, resolución dictada por el juez de Instrucción Segunda Nicolás Falkenberg el 30 de enero y ratificada por la Sala III de Apelación Penal el 9 de marzo.

Sin embargo, el escaso cúmulo de pruebas, la ausencia del arma homicida y la falta de testigos, hicieron peligrar el proceso en favor del imputado.

Tan es así que el padre de la víctima y un vecino que estaba en la vereda cuando Marquitos resultó herido, entraron en contradicciones a la hora de declarar. La Justicia valoró el “contexto emocional” en el que se sucedió el episodio, pero priorizó “la cautela” a la hora de dictar sentencia.

El 23 de noviembre de 2011 a las once de la noche Marcos fue alcanzado por una bala proveniente del zanjón Tacca, también llamado terraplén Irigoyen. El chico estaba sentado en la vereda, tomando jugo con los hijos de un vecino de enfrente. Acababan de cenar y habían salido a la calle porque estaba fresco, cuando se desató la balacera.

Resulta claro que esa noche se produjo un fuerte enfrentamiento armado entre dos bandas que asuelan barrio San Lorenzo: Los Maraqueros y la del Gauchito Gil.

Vecinos en riesgo

“Lamentablemente estas situaciones que tienen que soportar los vecinos del barrio terminan en episodios violentos como el que nos ocupa”, expresó el juez Álvarez en su resolución.

Para ahondar en detalle, el magistrado destacó que lo confuso del sucesos quedó de manifiesto cuando en un primer momento el juez instructor “dispuso la detención de once personas, diez de las cuales posteriormente fueron sobreseídas”.

El lugar y la hora en la que ocurrieron los hechos también complicaron la investigación, dado que la policía no secuestró armas ni logró detener a los vándalos en fuga, sino que los arrestos se produjeron con posterioridad. De hecho López se entregó en los Tribunales locales el 19 de diciembre pasado.

El imputado, de 20 años y apodado “Negrito”, fue señalado por un testigo protegido que lo ubicó sobre el terraplén, junto a otros dos jóvenes y empuñando un arma de grueso calibre. Según los dichos de habitantes de la zona, López forma parte de la banda de los Maraqueros.

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