Es una propuesta académica inédita para la región. Formará profesionales que puedan mejorar la calidad de vida de las personas, recurriendo al valor de la música como hecho artístico y terapéutico. Comenzaría a dictarse el año que viene.
En forma conjunta, tres unidades académicas de la UNL trabajan en la fase final del diseño del plan de estudios de la nueva Licenciatura en Musicoterapia, una carrera inédita por sus características interdisciplinarias para la ciudad de Santa Fe y el centro-norte provincial. El ciclo de grado apuntará a formar profesionales en la capacidad de mejorar la calidad de vida física y mental de las personas -principalmente niños y ancianos- en distintos espacios de intervención -desde jardines hasta asilos-, valiéndose del valor artístico y terapéutico que tiene la música.
El proyecto curricular se encuentra en su instancia de definiciones. Una vez culminado, será enviado al Consejo Superior de dicha Universidad para su consideración y, de ser aprobado por el máximo órgano institucional, comenzaría a dictarse el año próximo. Será de gestión compartida entre el Instituto Superior de Música (ISM), la Facultad de Ciencias Médicas y la Escuela de Sanidad de la UNL. Esto es así debido a que en la carrera se entrecruzan medularmente la música, la educación artística y la ciencia de la salud.
“Sería un ciclo con un fuerte enfoque interdisciplinario. Y con una fuerte carga de trabajo de práctica experiencial. Tratamos de diseñar una carrera de grado (de 5 años de cursado) muy seria, alejada de propuestas no formales como cursos o seminarios, etc. En su abordaje estará muy bien fundamentada, y tratará de dar respuesta a las necesidades formativas de los actores involucrados”, explicó a El Litoral Hugo Druetta, director del ISM.
El campo de acción laboral del egresado es muy amplio y variado: abarca hospitales públicos (áreas de neonatología) y centros de salud privados, institutos psiquiátricos, dependencias donde se trabaje sobre la niñez; jardines, gabinetes psicopedagógicos de escuelas y asilos de ancianos, entre muchos otros espacios. Minoridad, tercera edad y salud mental son tres áreas clave donde puede tener cabida un profesional.
Hecho musical
“El musicoterapeuta puede intervenir en los territorios de la salud, la educación y la cultura. En lo particular, adhiero a una línea que parte del hecho musical desde el punto de vista antropológico, pensando que la música es una producción humana, desde la cual se juega tanto el plano del arte como el de la salud. Ése será el enfoque epistemológico que sostendrá la nueva carrera”, explicó a El Litoral Noemí Pezzone, musicoterapeuta y experta en la disciplina, que está trabajando en el diseño de la nueva propuesta de estudios.
Un musicoterapeuta interviene en el plano de la sensibilidad humana, pues el arte transita por ese camino. “Estoy satisfecha de pensar que la formación de los profesionales de esta disciplina surja ahora de un instituto de música. Nosotros pensamos que (en los estudiantes) debe haber una formación musical previa. Esta carrera augura buenas cosas”, se entusiasmó.
La musicoterapia es una disciplina relativamente nueva, de no más de 60 años de evolución. Actualmente en Buenos Aires está teniendo un desarrollo muy importante, también en Chubut y en otras provincias del sur. En Paraná se dictó durante un tiempo (hace unas décadas), pero esa carrera se cerró. Y en Rosario se dicta desde mediados de los ’90, con buen desarrollo. “El musicoterapeuta de hoy no es un docente de música. No somos maestros, somos agentes de salud. Debemos buscar que la buena educación a través de la expresión musical se vuelva un acto saludable para las personas”, cerró Pezzone.
Qué es
Según la definición de la Federación Mundial de Musicoterapia (WFMT, según las siglas en inglés), esta disciplina consiste en “la utilización de la música y/o de sus elementos musicales (sonido, ritmo, melodía y armonía) por un musicoterapeuta calificado, con un paciente o grupo, en el proceso diseñado para facilitar y promover comunicación, relación, aprendizaje, movilización, expresión, organización y otros objetivos terapéuticos relevantes”. La finalidad es “lograr cambios y satisfacer necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y cognitivas”.
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