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jueves, 31 de mayo de 2012

NAC. Schoklender responsabilizó a las Bonafini

El exapoderado de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, Sergio Schoklender, dijo que Hebe de Bonafini, titular de la agrupación, era quien tomaba las decisiones, mientras que su hija Alejandra gestionaba los subsidios. También negó haber desviado fondos del Estado, imputación de la que se está defendiendo y por la que se encuentra preso en la cárcel de Ezeiza.

 Sergio Schoklender dijo hoy que la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, era quien tomaba las decisiones en la Fundación, y que su hija, Alejandra, gestionaba los subsidios para la entidad porque era funcionaria del gobierno de Daniel Scioli y que allí podrían haber existido irregularidades en el manejo de fondos.

Schoklender declaró ante el juez federal Norberto Oyarbide y asumió su "responsabilidad y liderazgo" de la Misión Sueños Compartidos, pero negó haber desviado fondos que el Estado destinó a la entidad para construir viviendas sociales, tal la imputación por la que está detenido, informaron a DyN fuentes judiciales.

En tanto, consideró que nunca pudo haber cometido un fraude al Estado porque sostuvo que los fondos eran privados, ya que a su criterio dejaban de tener el carácter de públicos una vez que ingresaban a la Fundación.

El mayor de los hermanos Schoklender sostuvo que "la única irregularidad que a su criterio podría haber existido" en el manejo de los subsidios "correspondió a Alejandra Bonafini ya que era quien los gestionaba", dijeron los voceros. Schoklender explicó que eso ocurría porque la mujer era funcionaria del Ministerio de Desarrollo Social bonaerense y contratada por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, y empleada de la Fundación por orden de su madre con "un sueldo alto".

El enfrentamiento con Alejandra, quien será indagada mañana, es abierto y hoy se conoció un escrito que la mujer presentó el mes pasado en la Justicia en el que sostuvo que "desconfiaba profundamente" de Schoklender por "sus manejos". "Independientemente de la relación de cercanía que Sergio Schoklender mantenía en su momento con mi madre, lo cierto es que nunca tuve relación de cercanía con él", agregó, y dijo que "desconocía qué se hacía dentro" de la Fundación.

Alejandra Bonafini debe presentarse mañana a las 10 ante Oyarbide para ser indagada por la venta de una propiedad a su nombre en la ciudad de La Plata a la firma Meldorek SA, cuyo titular era Sergio Schoklender.

Sergio quedó detenido hace dos semanas cuando se presentó a comparecer ante Oyarbide y por esa situación se negó a declarar, pero pidió una fecha para hacerlo que fue fijada para hoy. A las 10.55, esposado y con chaleco antibalas, Schoklender ingresó al juzgado de Oyarbide en un día especial: hoy cumple 54 años y es el 31 aniversario del crimen de sus padres, por el que fue condenado a perpetua junto a su hermano Pablo, ahora también detenido en la causa del desvío de fondos.

Declaró durante cuatro horas -se suspendió a pedido de él porque dijo sufrir un dolor de cabeza-, en las que sostuvo que las decisiones en la Fundación las tomaba Hebe de Bonafini por ser la presidenta del Consejo de Administración y que él tenía un mandato de ese organismo.

Señaló que dividió a la Fundación en diferentes áreas de gestión que "respondían directamente a la Sra. Hebe de Bonafini". Sin embargo, los investigadores judiciales relativizaron esa versión al explicar que Schoklender no podía desconocer el manejo de los fondos, porque durante la instrucción de la causa se descubrió documentación que da cuenta de que el ex apoderado fue socio fundador de la Fundación e integrante del Consejo de Administración junto a Hebe y otras tres Madres de Plaza de Mayo.

En esa línea se había expresado la semana pasada Pablo Schoklender, quien también dijo que Hebe tomaba las decisiones en la Fundación, como la de echar a su hermano y de ordenar pago de sueldos.

Schoklender también afirmó que tras su partida de la entidad Bonafini echó a todos los empleados, paralizó los pagos y que la presidenta de Madres tuvo una "respuesta fácil y cómoda" de echarle la culpa a él, al decir "vayan a cobrarle a Schoklender que se robó la plata".

Al mayor de los hermanos se le imputa haber desviado unos 280 millones de pesos a través de cuatro cuentas bancarias de la Fundación, de cheques y dinero en efectivo a través de empresas como Antártica Argentina y Meldorek, y de otras posibles irregularidades como falsear balances y facturas, construir viviendas con materiales de la Fundación y no pagar las cargas sociales de los empleados.

Al respecto sostuvo que las cuentas bancarias eran manejadas por las direcciones contable y financiera de la Fundación, que implementaban las políticas a seguir, y "las eventuales órdenes o requerimientos desmedidos de Bonafini, las Madres, sus hijas y sus acólitos". También señaló que tenía conocimiento solo de las cuentas que en el exterior tenían Hebe de Bonafini y Mercedes Meronio, presidente y vice de la Fundación, quienes públicamente dijeron que allí recibían donaciones.

Sergio Schoklender está acusado de ser el jefe de una asociación ilícita, mientras que su hermano Pablo y el contador Alejandro Gotkin están sindicados de ser los organizadores. Los tres están detenidos en la cárcel de Ezeiza.

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