lunes, 9 de abril de 2012

Atlanta gritó bien fuerte: 1-0 a River

Un golazo de Lorefice decretó el histórico triunfo del Bohemio en Vélez. Cavenaghi erró un penal y Ramiro Funes Mori vio la roja
 La desazón de Maidana y Ramiro Funes Mori contrasta con la alegría de todo Atlanta tras el gol de Lorefice. /Télam La desazón de Maidana y Ramiro Funes Mori contrasta con la alegría de todo Atlanta tras el gol de Lorefice. /Télam
De un modo más que merecido, Atlanta se llevó un triunfo histórico del estadio de Vélez venciendo 1-0 a River, que así quedó segundo junto con un Quilmes que ayer goleó 4-0 a Atlético Tucumán a tres puntos del líder Instituto, que aún debe jugar el martes su compromiso de la 28a. fecha visitando a Gimnasia en La Plata y puede por ende aumentar a seis unidades su ventaja.
El gol lo consiguió Fernando Lorefice, a los 35 minutos del primer tiempo, mediante un espectacular remate desde fuera del área grande. La pelota ingresó arriba y a la izquierda del vuelo de Daniel Vega.
Para el equipo de Matías Almeyda hubo otras dos malas noticias en la primera etapa, ya que Fernando Cavenaghi tiró por encima del travesaño un penal de Martín Quiles sobre Trezeguet inventado por el árbitro Fernando Echenique a los 42 y fue expulsado Ramiro Funes Mori por último recurso a los 46, tras bajar a Abel Soriano cuando se iba derechito al gol.
Esta vez los cambios no salvaron al equipo de Matías Almeyda de una flojísima producción, que lo dejó lleno de dudas de cara a las diez fechas decisivas que se vienen. Sin figuras rutilantes, Atlanta fue inteligente y, con una gran solidaridad y amor propio ganó su primer partido de 2012 y tomó aire en la dura lucha por mantener la categoría, que lo tiene en zona de Promoción.
River jugó un primer tiempo para el olvido, con puntos flojos en todas sus líneas tanto a nivel individual como colectivo. Las imprecisiones y la falta de profundidad fueron el común denominador que tuvo un Millonario lento, sin los recursos suficientes para generar juego de mitad de cancha para adelante, sobre todo porque su estratega, Alejandro Domínguez, no funcionó.
Ante este panorama, a River sólo lo podía salvar alguna aparición individual, como ocurrió a los 27 con un cabezazo de David Trezeguet que se fue muy cerca del objetivo. Atlanta, por su parte, aguantó con sus dos líneas de cuatro y, al ver que River no tenía ideas para quebrar el cero, se fue animando de a poco a pasar a jugar en campo ajeno.
Tras el golazo de Lorefice a los 35, la etapa siguió siendo desfavorable para el equipo de Núñez que cometió muchas fallas defensivas. Una muestra de ello se vio a los 40 minutos cuando Abel Soriano le robó la pelota a Jonatan Maidana y Vega salvó lo que hubiese sido el segundo gol bohemio.
En el segundo tiempo Almeyda hizo ingresar a Martín Aguirre, Daniel Villalva y Rogelio Funes Mori, pero esta vez los cambios no le brindaron soluciones. Atlanta, atento, tuvo varias chances para aumentar de contraataque, pero sus fallas al dar la puntada final y la gran tarea de Vega le impidieron ampliar la diferencia.
La impotencia y la impaciencia de su gente hicieron que los ataques de River fueran únicamente productos de arrestos individuales. A los 38 Rogelio Funes Mori estrelló un disparo en el travesaño y dos minutos más tarde fue Abel Soriano el que impactó su disparo en el horizontal. El partido se hizo de ida y vuelta y con final abierto, pero Atlanta defendió bien su soñada victoria.
En cuanto a River, estuvo muy lejos de ser un equipo con la convicción necesaria para ascender, y sólo generó dudas y descontento en su gente. Quedó claro: si juega así, la historia puede complicársele ante el rival menos pensado. Incluso, después de golearlo 7-1 como en la primera rueda goleara al Bohemio, que tuvo así una muy esperada revancha.

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