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lunes, 26 de septiembre de 2011

EL DRAMA DE LA VIOLENCIA FAMILIAR/Desde 2008, el Gobierno de Santa Fe no publica estadísticas sobre maltrato infantil

La Subsecretaría de la Niñez de la Provincia de Santa Fe no pudo informar la cantidad de niños golpeados y abusados en la ciudad capital. Los funcionarios aseguraron que la información se “está procesando”. La última cifra disponible es de hace tres años.
 
En noviembre de 2008, se disolvió el Comité de Maltrato Infantil del Hospital de Niños Orlando Alassia. A partir de ese momento, el gobierno provincial no publicó más estadísticas sobre este tema. Se informó que los casos comenzaron a ser atendidos de manera descentralizada, en los centros de salud y en los hospitales. La falta de cifras globales invisibiliza aún más una problemática de por sí silenciada y oculta. Además, la atención a través de los centros de salud enfrenta a los profesionales de los barrios con una situación que no siempre saben cómo abordar. El último registro del Alassia es de 2008, con 450 casos. Esta semana, El Litoral le solicitó a los funcionarios de la Subsecretaría de la Niñez las cifras de maltrato infantil de los últimos tres años en la ciudad, pero no pudieron precisarlas. Marcela D’Angelo, subsecretaria de la Niñez, aseguró que los datos se “están procesando”. En este contexto, 20 profesionales de la salud -que a diario tratan con esta realidad- conformaron la Asamblea Permanente contra el Abuso, con el objetivo de bregar por políticas claras para tratar el abuso y capacitarse, ya que es una herramienta fundamental para tratar esta cuestión. Pese a la descentralización, el hospital de Niños continúa contabilizando los casos de maltrato infantil que recibe. Entre enero y agosto de 2011 atendió 143, de los cuales cerca del 80 % corresponden a abuso sexual, cuyas víctimas, la mayoría tiene entre los 5 y 14 años. Esto es sólo un porcentaje de lo que sucede en la ciudad, ya que la “cifra negra” es mucho mayor. “Estos números son de los que llegan al hospital, pero ¿cuántos quedan afuera? Es un tema tan escondido que uno puede ver muy poquito. Siempre hubo abuso, pero ¿cuántos pudieron hablar?”, se preguntó la Dra. Alicia Bartroli, ex integrante del Comité de Maltrato Infantil y actual médica del hospital Alassia. Aclaró que el porcentaje de abuso infantil es tan alto porque “llegan los casos derivados por la policía o la justicia”. Un dato llamativo es el aumento de las víctimas masculinas de este delito. “Ahora, la gente denuncia más”, aseguró y recordó que cuando se empezó a tratar este tema en el hospital, se incrementaron los números. “Se empezaron a ver más porque todo el hospital se fue preparando: se creó un espacio, los profesionales comenzaron a sospechar y a hacer los diagnósticos diferenciales. También influye la difusión en los medios y el mayor compromiso desde las escuelas, los familiares y vecinos”. La descentralización convierte a un dispensario, una escuela o una comisaría en receptores de consultas o denuncias. “Esta semana estuvo tranquila: tuve un solo caso de abuso sexual. Pero hay semanas en las que atiendo a tres niños o adolescentes”, comentó Ángeles Ramírez, psicóloga del centro de salud de Juventud del Norte. ¿Cómo se tratan los casos? “Generalmente es la mamá la que habla. Lo primero es escucharla y ver el grado de urgencia: si se viene repitiendo desde hace un tiempo o es algo reciente. Le explico que está ante un delito y que estoy obligada a informarlo. Pero sólo el 20 % acepta hacer la denuncia; el resto tiene miedo porque casi siempre se trata de abuso intrafamiliar”, relató. En los centros de salud, manejan un protocolo de intervención médica. “Establece la medicación que se le debe dar dentro de las 48 horas, pero no especifica la intervención psico-social. La ley da un marco general, pero no hay una política clara de cómo actuar. Yo opté por hacer un informe, pero no es algo que esté estipulado”, explicó Ramírez. Asamblea contra el abuso Hasta 2008, los hospitales Alassia y Mira y López centralizaban la atención en maltrato infantil. Ahora, los centros de salud constituyen una pieza clave en el abordaje en territorio. Sin embargo, Juan Pablo Hetzer -miembro de la Asamblea contra el abuso- planteó que esto produjo que algunos profesionales se encontraran sin los elementos necesarios -falta de una formación específica- para tomar la complejidad del abuso sexual infantil. Justamente por ser un tema tan complejo no puede ser abordado exclusivamente por el Ministerio de Salud, sino que también implica áreas como Desarrollo Social, Justicia y Derechos Humanos. “A veces, las intervenciones se superponen o van en direcciones encontradas”, indicó Hetzer. La asamblea también brega por la judicialización del victimario y para que el Estado no propicie la revictimización de los niños abusados. El psicólogo cuestionó que la premisa de trabajo sea “agotar las instancias para ver si el chico puede estar en su familia” porque se parte de una idea falsa. “No podemos hablar de familia cuando el 90 % de los casos de abuso sexual infantil es intrafamiliar. No se puede pensar que hay familia cuando hay un adulto que usa el cuerpo del niño/a como objeto de goce. El abuso se sostiene en el patriarcado, que supone omnipotencia del hombre sobre la mujer y los niños, y le permite tomar sus cuerpos como si fueran su propiedad privada”, planteó Hetzer. Otro problema es la ausencia de estadísticas. Para revertir esta situación, la asamblea propone hacer un relevamiento cuanti y cualitativo. Finalmente, Hetzer señaló la dificultad en torno a la judicialización de los casos. “El poder judicial está tapado con expedientes de presuntos abusos. Cuando piden pruebas, uno cuenta con el discurso del niño, sus dibujos y el juego, pero estas pruebas son consideradas inválidas, como si la palabra del niño/a no bastara”. Por su parte, Ramírez reflexionó sobre la constitución del niño en relación al adulto y al mercado. “Para hacerse sujeto, el niño depende de que otro lo reciba y lo proteja. Si el niño está desprotegido es un síntoma de que algo está pasando con ese otro que lo aloja. ¿De qué familia estamos hablando? ¿Qué lugar ha tenido la lógica del mercado en la configuración de la sociedad actual? Los niños son objeto de consumo: en las clases bajas son prostituidos y caen en redes de trata. En las clases media, se les exige hacer mil cosas menos jugar. No hay lugar para los niños en estas familias con problemas, no se los aloja ni se los desea”. La complejidad de los casos unida a la falta de capacitación -no sólo de médicos y psicólogos, sino también de maestras jardineras y docentes-, la ausencia de una política que visibilice el problema, así como la precarización laboral atentan contra un tratamiento profesional de este tema. La sensación de quienes trabajan en los barrios es que todo queda librado al voluntarismo y compromiso personal. Acciones desde Niñez Si bien desde la Subsecretaría de Niñez, Adolescencia y Familia de la provincia no pudieron dar cifras sobre maltrato infantil, brindaron esta información acerca de cómo están trabajando: Coordinación de las políticas públicas a través del Gabinete Social provincial, que articula a los ministerios de Desarrollo Social, Seguridad, Salud, Educación, Cultura y Justicia y Derechos Humanos. Capacitación de los recursos humanos de las instituciones locales -gubernamentales y de la sociedad civil- y asistencia técnica a equipos locales. Asistencia económica a municipios y comunas que fortalecen el grupo familiar (más de 200 convenios). “Equipos de guardias” que recepcionan situaciones de maltrato, abuso sexual y fugas de hogar, desde seccionales policiales, hospitales y centros asistenciales. “Guardias locales”: la atención pasó de ser centralizada en Santa Fe y Rosario y restringida a los horarios de la administración pública, a una cobertura regionalizada y que funciona las 24 hs. del día, los 365 días del año. Programas “Acompañante personalizado”, “Acompañante ciudadano” y “Familia Solidaria”, que apuntan al fortalecimiento del núcleo familiar para evitar la institucionalización de los niños y adolescentes.

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