jueves, 25 de agosto de 2016

En Coronel Dorrego Un incendio, un acto heroico y un final feliz

Una mujer agradece a la Policía Comunitaria y Bomberos por rescatar sanos y salvos a miembros de su familia.
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Foto:Danilo Chiapello
Abrazo de corazón. Marisa Silvero (de campera gris) junto a la agente Belén Monzón, protagonistas de un emotivo encuentro.

Danilo Chiapello
dchiapello@ellitoral.com

Marisa Silvero y Belén Monzón no se conocían. Sin embargo, una jugada del destino las hizo amigas para siempre. 

El vínculo entre estas mujeres surgió a partir de un hecho desgraciado pero que tuvo final feliz. 

Todo comenzó el mediodía del viernes, cuando un incendio de magnitud se declaró en la casa donde viven los padres de Marisa, en Azcuénaga al 1700.

“Mi papá tiene 79 años y mi mamá, 65. Ella no se puede mover porque hace un tiempo sufrió un ACV y mi padre no está ágil por su edad. Junto a ellos estaba mi sobrinita, que tiene 19 meses”, comenzó diciendo Marisa en diálogo con El Litoral.

Todo parece indicar que un desperfecto eléctrico fue lo que inició un foco ígneo el que, durante un largo rato, convirtió dicha vivienda en una trampa mortal.

“Mi padre fue hasta la planta alta pensando que mi sobrinita estaba durmiendo, pero fue allí donde quedó atrapado por el humo y las llamas. El incendio supuestamente comenzó por un cortocircuito en el LCD que estaba en la pared. De allí se propagó a las cortinas, la ventana y un mueble de algarrobo. Para colmo las llamas alcanzaron el techo que tiene lana de vidrio”, recordó Marisa.

Gritos de auxilio
 Y es en esta parte de la historia donde la agente Belén Monzón pasó a jugar un papel fundamental.

Consultada sobre el hecho, Belén explicó que “ese mediodía estábamos patrullando con mis compañeros cuando de repente vemos a una mujer que nos avisa que la casa de un vecino se estaba incendiando”. 

“De inmediato acudimos al lugar y cuando llegamos se escuchaban gritos de auxilio. Lo único que sabíamos es que adentro había una mujer mayor de edad. 

Entonces con mis compañeros tuvimos que saltar las rejas porque estaba todo cerrado, después rompimos la puerta. 

“Al entrar lo primero que vemos es una bebé, que después me enteré tiene 19 meses. De manera urgente la sacamos para que se oxigene.

“Después vamos a la planta alta de la casa y vemos que hay dos personas mayores en pleno estado de shock. No se movían, estaban ‘duros’, como paralizados. Estaban conscientes y sus caras tiznadas por el humo. Con mis compañeros combatimos el fuego y pudimos sacar también a estos ancianos. 

“A los pocos minutos llegó personal del Comando Radioeléctrico, que traía a una de las hijas. Y por la demora de la ambulancia se decidió que ellos trasladen a esta pareja hasta el hospital Cullen. Dios estuvo de nuestro lado para que los saquemos sanos y salvos a los tres”, dijo.

Por último Belén explicó que “en este tipo de situaciones lo que tuve en claro es que había que salvar la vida de esas personas que estaban pidiendo auxilio. Por eso saltamos rejas y rompimos puertas. Había que actuar rápido y sin dudar”, reflexionó.

A tiempo
 En un momento del diálogo Marisa confió que “si tuviese cerca a la policía que rescató a mi padre le diría muchas gracias y la abrazaría muy fuerte”. 

“Y ayer a la mañana ese deseo se hizo realidad, porque ambas se encontraron en la delegación que la Policía Comunitaria tiene en dicho barrio. 

“Mi padre se descompuso, porque tuvo un pulmón tapado por el humo, por eso se lo tuvo que oxigenar. Ella lo sacó y lo asiste en principio, mientras los bomberos quedaron apagando las llamas. Trabajaron muy bien y rápido.

“Gracias a ellos hoy mi papá se encuentra bien. Porque los médicos me dijeron que si quedaba más tiempo respirando ese humo iba a ser muy difícil salvarlo. “Finalmente se lo llevaron en un patrullero porque la ambulancia no llegaba.

Por eso es que le agradezco tanto a estos servidores. Ellos en todo momento los atendieron, les hicieron tomar aire y en fin.... les salvaron la vida”, sentenció.

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