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lunes, 2 de noviembre de 2015

ROSARIO Lomas de Alberdi, el único barrio donde todos los vecinos separan sus residuos

Desde las 9 de la mañana hasta el mediodía, martes y viernes, el camión naranja se lleva sólo materiales reciclables de las 30 manzanas donde viven 650 familias.
La Capital | 
Lomas de Alberdi, el único barrio donde todos los vecinos separan sus residuos
 Los martes y los viernes no se puede sacar a la vereda otra basura que la reciclable. Así lo acordaron hace cuatro años los vecinos del barrio Lomas de Alberdi con el municipio. Actualmente son el único caso testigo de recolección alternada de residuos dentro del programa Separe, ya que en el resto de la ciudad en el que está implementado no todos los vecinos se suman la separación de los residuos en origen.
   Benito Fiocchi, de la vecinal Lomas de Alberdi, reconoció que “al principio no fue fácil, llevó un poco de tiempo”, pero casi el 90 por ciento de las 650 familias que viven en el triángulo que se conforma de la calle Huerta Grande al sur, las vías del ferrocarril Mitre al este y la colectora de Circunvalación al oeste.
   No hay contenedores verdes ni naranjas en el barrio conformado por unas treinta manzanas, pero es raro encontrar papeles o botellas en el suelo. En la plaza están terminando las obras de la sede de la vecinal.
   Los baldíos están parquizados. Hace algún tiempo, los vecinos les hicieron entender a los propietarios que debían mantenerlos y acordaron en varios casos que el trabajo lo hiciera la vecinal, pero el costo lo afrontan los dueños.
   Desde las 9 de la mañana hasta el mediodía, martes y viernes, pasa el camión a recoger la basura que los vecinos dejan para reciclar. Los otros días sacan el resto de residuos.
   El sistema de recolección “puerta a puerta” alcanza unas 2.600 cuadras de la ciudad repartidas en las zonas sur, norte y noroeste. Pero a diferencia del altísimo nivel de adhesión que se registra en Lomas de Alberdi, en los otros puntos la aceptación baja hasta el 30% o menos, según relevamientos oficiales. Y disminuye aún más, en torno al 10%, si se toma en cuenta una encuesta realizada en zona sur para el Taller Ecologista.
   Lomas de Alberdi representa aproximadamente el dos por ciento del programa Separe, lo que expone que más allá de que Rosario sea pionera en materia normativa y en iniciativas asociadas al cuidado ambiental, el impacto de muchas de estas políticas no se termina de materializar a escala.
   El origen de la modalidad de recolección de residuos puerta a puerta se remonta a 1994. “En el contexto de la crisis económica de 2001, los conflictos por la disposición final entre 2001 y 2003 y los cambios en los servicios de higiene urbana debidos al ingreso de nuevas concesionarias, el programa de separación sufrió modificaciones y aparentemente fue discontinuado hasta su relanzamiento en diciembre de 2004 en varios barrios de la ciudad”, recuerda Mirko Moskat, referente del Taller Ecologista.
   Entre los años 2008 y 2013 la cantidad de cuadras cubiertas por el servicio pasó de 2.300 a 2.600, lo que significa una cobertura del 16 por ciento del total de cuadras de la ciudad.
   “Si bien el área abarcada es importante, la efectividad del sistema sigue siendo baja. En marzo de 2013 la Municipalidad estimaba que se recolectaban 71 toneladas por mes de residuos por esta modalidad. Esto da un promedio de 0,9 kilo por cuadra por día, una cantidad muy baja”, estimó Moskat en un trabajo que recoge la evolución del tratamiento de residuos en las dos últimas dos décadas.
   En el 2013 con el cambio de la empresa de recolección de residuos en la zona norte se detectaron problemas con el sostenimiento del servicio de recolección de reciclables. Taller Ecologista estimó que esto llevó en ese momento a que la cantidad de materiales que se recolectaban cayera a la cuarta o quinta parte. La Municipalidad en cierta medida reconoció estos problemas pero afirmó que a través de operativos de divulgación se normalizó la situación.
   Moskat explicó que ciudades como Santa Fe o Rafalea trabajan con sistemas de recolección alternada en todo el ejido urbano.
   En Brasil, hay gobiernos que fueron más allá y avanzaron fuertemente con la inclusión en estos procesos a recuperadores informales en la etapa de origen. Justamente, medioambiente e inclusión social son dos preocupaciones que están en boca no sólo de organizaciones sociales ambientalistas sino que aparece fuerte hasta algunos líderes religiosos.
   “Un paso más allá sería incluir la separación de residuos orgánicos en origen”, agregó Moskat.
   Al impacto ambiental se le suman los costos económicos de no reciclar. En la última década el crecimiento económico vino acompañado de un fuerte incremento de la producción de basura. Por lo que el actual esquema de reciclaje no absorbió la mayor generación de residuos que produjeron los rosarinos en estos años.

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