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jueves, 26 de noviembre de 2015

Cómo reconocer a tiempo a un hombre violento

En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, prendé las alarmas y detectá si estás en una relación peligrosa.

El 25 de Noviembre es el Día mundial de la eliminación de la violencia contra la mujer. Según la ONU, en todo el mundo, una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual, principalmente por parte de un compañero sentimental.

Por eso, y para evitar llegar a situaciones extremas, es necesario e importante saber identificar las actitudes que caracterizan a un hombre agresivo y sobre todo no pasarlas por alto.

La revista Cosmopolitan da algunos tips que te ayudarán a darte cuenta si estás compartiendo tu vida con un hombre violento.

-Los celos

La psicóloga María Victoria Martín señala que los intentos de controlar y aislar a la otra persona indican inseguridad, no amor. Para sentirse mejor, ese hombre necesita tener a su pareja bajo control y pretende sentirse dueño de ella, dice la experta. Y ese control se manifiesta a través de diferentes mecanismos: uno de ellos son los celos.

Las señales para detectar a un hombre violento son claras: los celosos interrogan a terceras personas sobre sus parejas y acusan a éstas de coquetear o de pasar demasiado tiempo con otra gente. Suelen llamar frecuentemente por teléfono durante el día y pueden tener un comportamiento irracional, revisando los objetos personales de su pareja y acusándola de infidelidad y engaño ante la menor sospecha.

-Controlar todo

La actitud controladora está directamente relacionada con los celos. Generalmente, el celoso también quiere saber dónde estuviste, con quién y de qué hablaron. El punto perverso de esta actitud es que quien la ejerce se convence a sí mismo y trata de convencer a su pareja de que lo hace por su bien, para ayudarla en la vida y en la toma de decisiones.

-Grandes expectativas e hipersensibilidad

Los especialistas señalan que el hombre agresivo depende de su pareja para todo y espera que ella cumpla con sus "deberes". Es decir, que sea buena amante, buena amiga, ama de casa eficaz... Maneja los estereotipos de género y considera que las tareas de la mujer son unas muy específicas y, de manera sutil o explícita, espera que ella esté a su servicio. Es decir, su sistema de valores es rígido y anticuado. Otra señal del personaje potencialmente agresivo: se ofende con facilidad, se toma todo como un ataque personal, quejándose siempre de injusticias cuando, en realidad, se trata de circunstancias normales de la vida, ya sea el tráfico, la burocracia o una petición de que participe en las tareas domésticas.

-El abuso verbal

¿Quién no ha sido testigo de esa lamentable escena en la que un miembro de la pareja, generalmente el hombre, se burla o critica abiertamente al otro?. Este tipo de comportamiento, cuyo objetivo principal es humillar, apunta a la inseguridad de quien lo pone en práctica, alguien que, según la psicóloga María Victoria Martín, "para sentirse mejor, necesita tener "debajo" a su pareja".

Pero, ¿dónde reside el límite entre una discusión aceptable, más o menos agresiva, y un enfrentamiento que no debería tolerarse? La psicóloga afirma que para detectar a un hombre violento un buen indicativo son los insultos: "Si el insulto se produce ocasionalmente, debido al acaloramiento, puede no significar nada. Sin embargo, si cada vez que se produce una discusión se acude a los descalificativos, eso sí es significativo".

-La agresividad simbólica

¿Y qué sucede cuándo un miembro de la pareja se enoja y pega portazos o golpea las mesas? "Lo mismo que con los insultos “dice la psicóloga. “Este tipo de actitud significa un alto grado de agresividad y señala a una persona que tiene que exteriorizar su bronca. No le sirven sólo las palabras."

Romper o golpear objetos se usa como castigo, para intimidar a la pareja. Puede suceder que en medio de una discusión uno se levante, se vaya de la habitación y, en el camino, pegue un portazo. Si eso sucede alguna vez no tendría por qué alarmar. Pero la situación es muy distinta cuando el miembro de la pareja enojado elige un objeto -tal vez tu plato favorito o un marco con tu foto- y lo estrella contra el suelo. La premeditación y recurrencia son factores fundamentales. Además, se sabe que una vez empezado el ciclo de la agresividad, ésta se autoalimenta. Según la psicóloga: "Es más fácil que una persona con este tipo de comportamiento violento pase a la agresión física en un momento dado".

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