anuncio

anuncio

anuncio

anuncio

domingo, 27 de septiembre de 2015

Un problema que crece Cerebros quemados: es en la provincia la cuarta causa de ausentismo

El dato es del primer semestre de 2015 y es un indicador que preocupa en la administración pública provincial. Los empleados de Salud son los más afectados. Estos trastornos abarcan distintas patologías, entre las que aparece el estrés grave, similar al burn out. Un problema y un llamado de atención.


Salvar vidas. El personal de emergentología trabaja todos los días bajo presión en situaciones límite, que pueden provocar patologías vinculadas al estrés.
Foto: Archivo El Litoral
Luciano Andreychuk / Agustina Mai
area@ellitoral.com

“Tengo el cerebro quemado” ya es una frase de época. Se dice a diario, con total normalidad, como una metáfora: expresa un agotamiento mental y un cansancio que no cesan. Pero no es inocente; todo lo contrario. Puede estar escondiendo un problema grave: el llamado burn out, estrés laboral o estrés postraumático.

Los trastornos mentales, dentro de los cuales se encuentra esta afección, es la cuarta causa de ausentismo laboral en la administración pública provincial. Las primeras son las enfermedades del sistema osteomuscular, del sistema respiratorio y síntomas clínicos anormales.

El síndrome de burn out se manifiesta con episodios de despersonalización y sentimientos de baja realización personal en el ejercicio profesional. Estas situaciones son resultado de la calidad de vida laboral y de las condiciones en que se realiza el trabajo.

El 20 de junio pasado, El Litoral publicó una nota en la que un especialista advertía que los trabajadores de la educación y los de la salud (en todos los rangos) son las poblaciones laborales más expuestas al burn out. Y algunos datos lo ratifican.

Del 1º de enero al 30 de junio de este año, tomando el universo de empleados públicos de todos los ministerios provinciales, faltaron a trabajar 1.133 agentes como consecuencia de “trastornos mentales y del comportamiento”. De ese total, un 71,4 % pertenece al Ministerio de Salud: es decir, 809 personas de esa cartera tuvo ausentismo por esta causa.

¿Qué dice ese porcentaje puesto en contexto? Que todos los trabajadores de la salud, desde enfermeros y radiólogos hasta médicos, que trabajan en Centro de Atención Primaria de Salud (Caps) y hospitales públicos, son una de las poblaciones laborales más expuestas al síndrome del “cerebro quemado”.

Porcentaje “enorme”

Los números a los que accedió El Litoral surgen de una disgregación estadística del Sistema de Administración de Recursos Humanos (Sarh) de la provincia. Ese 71,4 % “es proporcionalmente enorme”, admitió a este medio el Dr. Gonzalo Soria, director provincial de Gestión de Personal del Ministerio de Salud. Y aclaró que ese porcentaje “exceptúa a docentes y policías, que tienen otro sistema de cuantificación”.

Pero hay otro dato, quizás aún más preocupante: sobre el total de agentes de Salud que tuvieron ausentismo laboral por algunas patologías como trastornos de ansiedad, obsesivo-compulsivos, disociativos y neuróticos (fueron 476), 153 faltaron por “reacciones al estrés grave y problemas de adaptación”, que es una patología similar al burn out. En limpio: un tercio (32 %) de las patologías mentales en la cartera sanitaria corresponde a los “cerebros quemados”.

“La reacción al estrés grave ocupa por lejos la segunda patología más diagnosticada, después de los trastornos de ansiedad, que son los más comunes y dependen de lo que el psiquiatra en particular determine”, dijo Soria.

El Ministerio de Salud tiene unos 21.400 empleados en toda la provincia que se desempeñan en distintos lugares y funciones. Es una de las carteras más grandes.

Clasificación de patologías

El Sarh es un sistema informático que clasifica todas las patologías por las cuales se presentan casos de ausentismo en la administración provincial. Para la codificación de enfermedades usa el CIE10, una clasificación internacional de enfermedades. Cada vez que un empleado provincial tiene un problema de salud, se cargan en ese sistema sus datos y un diagnóstico elevado por el médico que lo atendió.

Las patologías se sistematizan en 19 grandes grupos. Uno de ellos es el de trastornos mentales y del comportamiento que, a su vez, se subdivide en esquizofrenia, trastornos delirantes, retraso mental, trastornos de la personalidad, relacionales, neuróticos, trastornos comportamentales debido al uso de sustancias psicoactivas, etc.

Otros subtipos de patologías son trastornos de ansiedad, relacionados con el estrés y somatomorfos (estrés agudo, estrés postraumático, trastornos de adaptación, otras reacciones al estrés grave). “Este último subgrupo es el que más se aproxima al burn out si se tiene en cuenta la sintomatología”, explicó Soria.

Expuestos y con pocos recursos

“Los profesionales de la salud, sobre todo aquellos en contacto directo con la población, nos encontramos expuestos a la demanda, con pocos recursos, explotados en cuerpo y psiquis, y con remuneraciones que no reflejan la responsabilidad que implica estar frente a un paciente y por la función que cumplimos”, expuso Viviana Tomas, referente del Sindicato de Profesionales Universitarios de la Sanidad (Siprus) en una entrevista con El Litoral.

— ¿Cuáles son las situaciones de estrés que deben afrontar en el ámbito laboral

— Sistemáticamente nos encontramos expuestos a situaciones de estrés: al momento de administrar un medicamento, indicar un estudio o de ser respaldados por las autoridades, ya que en la mayoría de los casos quedamos en soledad y faltos de recursos. Trabajamos con lo que hay, y muchas veces es escaso: faltan medicamentos (especialmente los psiquiátricos), los estudios son programados a muy largo plazo, los quirófanos no se encuentran en condiciones óptimas, hay problemas edilicios que remiten a años de abandono (goteras, riesgo de derrumbe, etc.). Además, muchos trabajadores pasan años en las mismas tareas, que de por sí conllevan un plus de estrés, como el personal de terapia intensiva o emergentología, por falta de un sistema de rotación.


— ¿Esto impacta sobre la salud?

— Sí. Los profesionales comienzan a sintomatizar, y es aquí donde los pedidos médicos y licencias por psiquiatría desbordan los escritorios de los departamentos de personal. Los profesionales de la salud también enferman, y en muchos casos se les recomienda que se alejen de sus tareas. Esto impacta en el sistema, ya que no hay reemplazos y se recarga a quienes quedan. La falta de un sistema de reemplazos hace que los profesionales de la salud pongamos en riesgo nuestra propia salud y la calidad de atención que brindamos. También repercuten la mala remuneración y la falta de reconocimiento a la formación permanente, ya que por ejemplo no tenemos permisos para formación de posgrado.

— Todo esto va propiciando las condiciones para el burn out...

— Muchos profesionales llegan a una etapa en la que “se quemaron” con su trabajo. Esto tiene que ver con falta de voluntad y de interés por parte de las autoridades y falta de compromiso con los profesionales y con la población. Por ejemplo, en la provincia contamos con la Ley 12.913 cuya misión es “velar y promover la protección de la vida y las salud de los trabajadores y el mejoramiento de las condiciones y medio ambiente de trabajo”. Pero contradictoriamente, en la mayoría de los hospitales, los Comités Mixtos de Seguridad y Salud en el trabajo no funcionan o lo hacen en forma deficiente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario