Darío Rubén Ippolito, presidente de una fábrica de DVD dice no tener ningún vínculo personal ni comercial con Mario Roberto Segovia.
La Capital |
"Yo no tengo que esconderme de nada. A mí lo que me convendría es que me investiguen porque no tengo nada que ocultar. Siempre fui un empresario. Vengo de una familia que tenía una compañía textil en Villa Gobernador Gálvez, luego tuve una distribuidora de cigarrillos en Rosario y ahora con gran esfuerzo, porque trabajo doce horas por día, estamos con la fábrica de DVD. No puedo entender que me vinculen con Segovia. Mi fábrica además existía desde antes de que Segovia fuera detenido". Darío Rubén Ippolito, presidente de Bronway Technologies SA, se siente blanco de un doble perjuicio. Hace una semana la fábrica de medios de grabación magnéticos y ópticos que preside fue blanco de un golpe comando que le llevó insumos de plata pura por un millón y medio de pesos. Y a raíz de ese asalto, ocurrido en Nuevo Alberdi, salió a la luz que su nombre estaba mencionado en la causa inicial por la cual fue condenado por tráfico de efedrina el rosarino Mario Roberto Segovia. Quien para el momento en que fue detenido planeaba instalar una fábrica idéntica en Alvear.
Darío Ippolito traza el resumen del agobio que vivió desde que este diario, el lunes pasado, publicara que autoridades policiales y administrativas de la provincia, a raíz del robo del que fue objeto su empresa, analizaron entre tantos pasos de su rutina investigativa la composición societaria de la sofisticada planta asaltada. Y notaron que el presidente de la sociedad era él, lo que relacionaron con su mención en la causa de Segovia. "Me siento sumamente agraviado. No tengo nada que ver con Segovia. Jamás tuve con él relaciones de ningún tipo. En la causa de la efedrina no estoy mencionado por los investigadores, ni fui convocado a declarar nunca, ni siquiera como testigo, menos como imputado".
Ippolito expresa la necesidad de dejar clara tal cosa aunque este diario nunca haya señalado que él tuvo reproche en ese trámite. Solamente se dijo, lo que es irrefutable, que en la causa judicial que llevó a Segovia a condena, Ippolito aparece mencionado por Rubén Alberto Galvarini, un hombre de Villa Gobernador Gálvez que resultó condenado en la causa, quien señaló que Segovia e Ippolito tenían relaciones comerciales.
Descargo. "Eso lo dijo Galvarini, que es un imputado en esa causa, pero el juez no encuentra ningún motivo por el cual siquiera llamarme a declarar. Eso se debe simplemente a que no había motivos", afirma Ippolito. Y al preguntársele si conocía a Segovia, respondió: "Sí, lo conocía. pero no tenía vinculación comercial con él. Me lo presentó Galvarini (padre) que tenía como hobby el automovilismo y yo también estuve en es, donde lo conocí. Galvarini dijo algo en un juicio que no tiene nada que ver con lo que yo hice. Nunca cambié cheques ni nada de lo que él dijo".
Este medio le recuerda que tiene derecho a manifestar lo que desee pero el medio también a remarcar que jamás señaló en LaCapital que él tuviera imputación ni condena por las causas tramitadas contra Segovia. "Pero las menciones que me conectan con Segovia son un perjuicio para mí. No tuve ninguna relación. No tengo ninguna condena actual y ningún proceso actual".
—¿Por qué dice actual? ¿Tuvo algún proceso penal en el pasado?
-No, nada.
—¿Usted nunca fue investigado por contrabando por la Fiscalía de Delitos Tributarios a cargo de Mariano Borinsky?
-No (piensa un instante). Al menos que yo me haya enterado, no. Si me investigaron y no me llamaron yo no lo puedo saber. Pero nunca fui convocado. Hablan de un cargamento de cigarrillos que vino de España. Yo tenía una distribuidora de cigarrillos en calle San Luis y Dorrego. Pero le vendía a los quioscos de Rosario. ¿Qué pude tener que ver con un cargamento a España?
Ippolito está acompañado por el abogado penalista Paul Krupnik, que lo asesora por lo menos hace siete años. Señala haber llegado al cargo de presidente del directorio de Bronway Technologies SA, firma de la cual es también accionista, como resultado de un largo proceso como emprendedor. Según refiere su familia tenía una fábrica textil durante 30 años en Villa Gobernador Gálvez llamada Lida SA que producía camisas. Luego se dedicó a su distribuidora de cigarrillos, luego una lavandería de trapos y finalmente advirtió una oportunidad en algo que no existía en el país: una fábrica de DVD.
La historia comercial. "Me arriesgué con lo poco que tenía a comprar dos máquinas usadas que venían de Singapur a fines de 2007. Gracias a créditos blandos de bancos privados y del Banco Nación compramos dos máquinas más. Luego tuvimos acceso a más créditos hasta llegar a tener diez máquinas. Contamos actualmente con mucha ayuda crediticia y tenemos cuentas en casi todos los bancos. Todo se refleja en los balances de Bronway que están disponibles año por año. Ocho de nuestras máquinas están todas prendadas por los bancos. Fueron muchos años de esfuerzo y sufrimiento para llegar a donde hoy estamos. Tuvimos suerte con el mercado porque hubo restricciones a la importación y desdoblamiento del dólar. Pero luchamos mucho".
Lo que más le interesa remarcar a Ippolito es esto. "La fábrica de discos Bronway empezó en 2007. Esto es antes del problema judicial que tuvo Segovia. Cuando Segovia dijo que tenía una fábrica de DVD todos pensaron que era Bronway. Pero lo único que tenía era un predio y un galpón. Pero no tenía ni una máquina. De ahí viene la confusión".
"Tengo trato con entidades bancarias privadas nacionales y con entidades internacionales", indica el empresario, para agregar: "Un banco privado, a raíz de esta difusión, nos trabó la operatoria de cheques y eso nos impide el giro comercial. No tuve nada que ver con Segovia ni sé de qué se tratan sus asuntos. Que me investiguen todo lo que quieran. Tuve que aclarar todo lo que se dijo ante gerentes de banco y proveedores internacionales. No tengo antecedentes penales ni estoy procesado. Si vienen a investigarme me parece bien y yo los puedo ayudar mostrando todos los papeles de la empresa".
Desde adentro de la fábrica
Hace siete días una banda de encapuchados ingresó a la 1.24 de la madrugada a la planta Bronway SA en Nuevo Alberdi y se apoderaron de 40 discos metálicos de plata pura por valor de un millón y medio de pesos. “La información para producir este robo salió indudablemente de alguien que trabajó o aún trabaja para la empresa. Eran datos muy finos sobre el lugar donde estaba lo robado y el valor de ese material”, dijo Ippolito.
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