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martes, 9 de septiembre de 2014

SANTA FE: Un refugio y un litro de luz, con materiales de desecho

Alumnos de 4º grado de la escuela Normal construyeron un refugio con botellas de plástico, pallets y bolsas de consorcio. Además armaron un novedoso sistema de iluminación sin electricidad

Autor:Mauricio Centurión / Uno Santa Fe - Manos a la obra. Los chicos se encargaron de armar cada parte del espacio


La posibilidad de dar una solución rápida y útil a los problemas de las personas que deben ser evacuadas durante una inundación y a quienes viven en situación de calle fue lo que motivó a los chicos de 4º grado B de la escuela Normal Nº 32 General San Martín a construir un refurgio con material de desecho. Además armaron un sistema de iluminación químico que funciona a muy bajo costo.

Adrián Fontana, docente a cargo de la experiencia, explicó que fueron los alumnos los que expresaron que se debía buscar algo que se pudiera hacer con las botellas de plástico que se ven tiradas en la calle. Y también –cuando distintas familias debieron abandonar sus casas por la crecida del río– plantearon que se debería buscar una solución a la situación habitacional.

Fue así que comenzaron a pensar estrategias para que los desechos se convirtieran en un refugio seguro y habitable. Construyeron un modelo uniendo y encintando botellas y utilizaron pallets para armar la estructura. Los chicos se encargaron de encintar las paredes y de colocar bolsas plásticas adentro para que todo quede aislado y mantenga mejor la temperatura.

“Juntamos el material de la calle y lo reutilizamos. Armamos un refugio ciento por ciento ecológico y el agregamos un litro de luz. Estamos ofreciendo un lugar seco, seguro y calentito en el cual poner sus cosas y poder estar. Y también sirve para las personas en situación de calle”, indicó Fontana. Y detalló: “Con la cinta logramos que no ingrese el agua porque se forma como un ladrillo de plástico que produce el aislamiento acústico. Por dentro tiene todas bolsas de consorcio que mantienen el calor. Hicimos todo con cosas que encontramos en la calle porque la idea es ofrecerle a la gente la posibilidad de armarlo y desarmarlo de acuerdo a la necesidad que tengan en ese momento”.

Fueron 31 chicos los que se encargaron de cada uno de los detalles que presenta el refugio que está expuesto en el patio de la escuela, ubicada en Saavedra al 1.700, y que invita a todos los interesados a ingresar y comprobar la calidad de la construcción y el sistema de iluminación empleado.

Otra forma de iluminar
El litro de luz es parte de un proyecto social que comenzó en Filipinas y que genera la posibilidad de iluminar una habitación cerrada a partir de un mecanismo químico que se puede armar con muy poco dinero. “Para hacerlo se necesita una botella plástica que lleva, casi en su totalidad, agua de red a la que se le agregan tres medidas chicas de lavandina. Para colocarla en la habitación se necesita una chapa que se corta para sostener la botella un 25 por ciento sobre el techo y el resto dentro del espacio. Para eso se la encinta o se la silicona”, explicó el docente de la escuela Normal.

Y agregó: “Al entrar en contacto con la luz del sol, aunque esté nublado, permite transmitir esa luminosidad dentro de la habitación Es que los rayos llegan de manera vertical pero cuando entran en contacto con la botella, que tiene la lavandina, los refracta de manera horizontal. Entonces genera la misma luz que un foco de 55 o 60 watts en una habitación de tres por tres metros”. Fontana explicó que contar con ese sistema implica no sólo la reducción del gasto de consumo sino también la posibilidad de acceder a una iluminación segura para quienes la utilicen. “Podés tener energía lumínica todo el día sin necesitar electricidad”, acotó y lamentó que no se conozca y difunda más sobre el proyecto Un litro de luz.

Ahora, el desafío que se plantea el equipo de trabajo es poder elaborar, también con elementos desechados, un panel solar que les permita generar un sistema de iluminación noctuna. “Nuestra idea es, antes de fin de año, armar unos paneles solares caseros para poder almacenar energía y hacerlos funcionar de noche. Eso sería muy importante porque podría tener muchos usos más”, dijo.

Al servicio de los demás
El refugio que construyeron los chicos de 4º grado es un modelo a escala. Mide 1,20 por 1,20 metros y dos metros de alto que ayer expusieron en el patio de la escuela para que toda la comunidad educativa pudiera conocer el sistema que utilizaron. El 7 de agosto ya habían realizado la presentación del trabajo en la Feria de Ciencias y Tecnología de la provincia. En esa oportunidad lo hicieron en el marco de la categoría Muestra, que no los habilita para competir por un lugar en la competencia nacional pero que les permite dar a conocer el proyecto e invitar a otros a que se sumen.

“Fue una producción ciento por ciento hecha por los chicos, yo sólo coordiné las tareas, y lo hicimos como un proyecto de servicio”, remarcó y agregó: “Esto surgió después del Día Mundial de la Tierra porque nos preguntamos qué podíamos hacer para cambiar la situación del planeta. Empezamos a investigar sobre el proyecto Un litro de luz y cada uno de los pasos nos fue llevando a lograr ese refugio”. A partir de la exposición en la Feria de Ciencia el proyecto ha tomado una gran notoriedad y ya los han invitado a presentarlo en otros lugares para que la experiencia pueda ser replicada.

Es que el objetivo central de los alumnos y del profesor es que la iniciativa se conozca y pueda ser aplicada por quienes lo necesitan para contar con un techo seguro y nuevas maneras de iluminación que no requieran un excesivo consumo eléctrico ni pongan en riesgo el refugio ni a sus habitantes. En los próximos meses el trabajo continúa con la meta de poder incorporar los paneles y que la iluminación funcione durante la noche.

UNO SANTA FE

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