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domingo, 7 de septiembre de 2014

SANTA FE: Detectives: aumenta la demanda por casos de infidelidad

Así lo confirmó un investigador privado que desde hace 20 años se dedica a la profesión. El resto se vincula con pruebas para juicios, búsquedas de personas y cobranza de morosos.
Diario UNO | 
Detectives: aumenta la demanda por casos de infidelidad

El trabajo de los investigadores privados puede vincularse tanto a la búsqueda de personas, pruebas para juicios, cobranza de morosos, entre algunos de los pedidos que solicitan los clientes que optan por contratarlos. A pesar de que la gente hable poco de este tipo de temas o actividad, los servicios que los detectives brindan son muy solicitados.
Ya sea por celos, dudas, inseguridad personal o simplemente para confirmar una sospecha, es un hecho que en la actualidad la demanda del rubro está marcada por los casos relacionados con la infidelidad de la pareja. Así lo confirmó J. R. Z. quien desde hace 20 años presta sus servicios de detective. En la actualidad Z. trabaja en conjunto con un equipo de personas, cada una de ellas abocada a una tarea específica, que puede ir desde seguimiento hasta apoyo psicológico.
Vale recordar que las agencias de informaciones de este tipo deben estar habilitadas para funcionar por la Dirección Provincial de Autorizaciones, Registro y Control de Agencias Privadas de Vigilancia e Informaciones Particulares, dependiente del Ministerio de Seguridad provincial. El detective consultado por UNO aseguró que alrededor de la mitad de los casos en los que trabaja son infidelidades, mientras que el resto son pruebas para juicios o búsqueda de personas, entre los que se cuentan desde hijos extramatrimoniales hasta hijos de desaparecidos, de acuerdo a los datos puntuales que se tengan.
En muchos casos de infidelidad, lo que buscan las partes son pruebas que sirvan para los posteriores juicios, que involucran cuestiones económicas. “Cuando vienen a hablar conmigo, es porque el vínculo ya no es el mismo. Hay algunos, los menos, que quieren rescatar la pareja. Pero en la mayoría de los casos es para sujetar el tema económico”, afirmó. Admite el pesquisa que los hombres son más reticentes a exponer públicamente los problemas por los cuales atraviesa su relación. Por eso gran parte de sus clientes son mujeres.
Este tipo de investigaciones pueden llevar entre quince a veinte días. En ese lapso los investigadores se compenetran con la rutina de la persona que deben observar.
En el marco de la investigación se recopilan desde videofilmaciones, fotos, hasta datos puntuales de testigos, locales donde producen encuentros, albergues transitorios, etcétera. Esos pequeños detalles suman para el informe que se presentará al cliente. “En 20 días se puede lograr una radiografía completa de todo lo que hizo en ese tiempo, sin entrar en la intimidad de la persona”, destaca Z., marcando un límite en cuanto a su tarea.
Todas las personas tienen una rutina por la cual los investigadores deben familiarizarse con ella para poder llevar con éxito la pesquisa. “Uno le va diciendo al cliente los pasos que da la pareja, porque la mayoría son ansiosos y quieren saber qué es lo que el otro hace a todo momento”, comentó el especialista.
El costo de las investigaciones varían en relación a la zona de cobertura. No es lo mismo una investigación en el perímetro de la ciudad que tener que desplazarse hacia localidades vecinas como Paraná, San Carlos o Rosario. “Todos los casos son diferentes entre sí. Por ejemplo, una mujer que nos contrata para seguir a su marido y este se escapa constantemente a la zona de San Carlos o a Paraná, entonces cambia todo,ya que se deberá tener en cuenta la estadía y el traslado hacia esos puntos”, detalló.
En relación a la franja etárea de los clientes, varía y abarca desde los 18 hasta 70 años de edad. La gente de menores recursos económicos solicita el servicio, pero sin dudas la cuestión económica es determinante. En la vereda de enfrente, se encuentra la gente de mayor poder adquisitivo, la cual solo se pide el servicio tras agotar todas las instancias legales.
“El «qué dirán» es la mayor traba. Por esto desde el momento en que la persona entra en contacto con la agencia, se le aclara que todo lo hablado y acordado es absolutamente confidencial”, aclaró el profesional. Los interesados tratan de ubicar a gente que realice un trabajo absolutamente confidencial, es por esto que los clientes llegan de mano de la propaganda que se da del boca a boca.
Muchos tienen la idea de poder encontrar a su pareja in fraganti, pero en ocasiones los resultados de las investigaciones son otros. “Mucha gente termina obteniendo algo que no era lo que querían o pidieron”, relató Z. Para que el cliente pueda comprobar los resultados de la investigación, los profesionales se ven obligados a realizar una recorrida con la persona al lado. “Hay que llevarla, porque yo quiero que vaya. Para esto la preparamos con la psicóloga, porque queremos que lo vea”, agregó el titular de la agencia local.
Mismo sexo
Hay casos en los cuales quienes sospechan de sus parejas no solo se encontraron con que son engañados, sino además con la revelación de que sus cónyuges, esposos o novios gustan de personas del mismo sexo. “Te diría que hay un 20% de casos de infidelidad en los que trabajamos en que descubrimos a hombres vinculados a otros hombres. A veces a la mujer esto no le cae bien, por la sorpresa que le genera”, aseguró Z.
En ocasiones hay gente que cree ser víctima de una infidelidad, cuando no ocurrió. Dentro del equipo conformado por Z. cuentan con una psicóloga, que en muchas ocasiones tiene que hacer entender a la mujer o al marido que en realidad no pasó nada.
Mayormente este tipo de situaciones se da como una consecuencia del llamado “síndrome del nido vacío”, que se produce por lo general en personas de más de 50 años que luego de que sus hijos crecieron y los ven partir, sufren el vacío, una inmensa sensación de soledad. Es ahí que inician una búsqueda que puede distanciarlos de sus parejas. Y entonces comienzan las sospechas. “En realidad no es que el otro esté haciendo algo, simplemente está en un período de stand by o de búsqueda de algo. Muchos casos se dan de esta manera”, aclaró.
Mayormente los clientes tienen un poder adquisitivo importante, ya que lleva mucho dinero el poder mantener los seguimientos. También se encuentran los casos de las personas que teniendo una familia o relación aparentemente estable mantienen una relación paralela con algún amante y a pesar de la naturaleza de este vínculo, él o la infiel pide investigar precisamente a su amante.
Los demás pedidos
Los seguimientos no se agotan solo en cuestiones relacionadas con la pareja, también hay de actividades comerciales y empresariales. Uno de los ejemplos que Z. recordó tuvo lugar el año pasado, cuando un empresario dedicado a la construcción de muebles de diseño comenzó a notar que sus modelos aparecían antes de su lanzamiento en una exposición en La Pampa.
“Esto significaba que alguien dentro de la empresa que el dirigía estaba vendiendo el producto. Entonces había que determinar quién dentro de los 43 empleados vendía la información”, explicó el especialista. Esta modalidad se conoce con el nombre de espionaje industrial. Para tener éxito en esta investigación se vieron en la obligación de ingresar una persona en la fábrica, blanqueándola, para que pueda captar todo el movimiento y detectar al vendedor.
“Nosotros viajamos a todo el país, ya no en búsqueda de infidelidades, sino buscando automotores, o alguna persona en especial”, destacó. El grupo de investigadores que encabeza Z. también se dedica a la búsqueda de personas, entre los que se destacan la búsqueda de familiares o de personas desaparecidas durante la última dictadura militar. 

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