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lunes, 19 de mayo de 2014

Los jóvenes lideran la lista de intoxicados por alcohol en Santa Fe

Por semana ingresan al Hospital Cullen entre tres y cinco personas por consumo excesivo. Los más afectados van de los 15 a los 35 años. La Argentina, está segunda en su ingesta en América latina.
/Diario UNO | 

Los jóvenes lideran la lista de intoxicados por alcohol en Santa Fe
Según la información proporcionada por el área de Neurotoxicología del Hospital Cullen de la ciudad
de Santa Fe a Diario UNO, por semana, ingresan entre tres y cinco personas intoxicadas por consumo
excesivo de alcohol; y las personas jóvenes –entre los 15 y 35 años–, lideran esa estadística. “Esto sucede especialmente los fines de semana y más todavía los fines de semana largos. Lo que nos preocupa es que los casos se dan en personas cada vez más jóvenes”, dijeron desde el área. Y precisaron: “Si bien algunos no quedan internados, muchos de ellos llegan con coma alcohólico o
bien con traumatismos por caídas. No necesariamente son personas con una adicción –sí hay algunos
que reinciden y se asisten en Psicología de manera ambulatoria–, sino que toman descontroladamente
una noche y terminan necesitando asistencia de emergencia”.
Esta es una pequeña “muestra” de un problema más amplio. Según se desprende del último informe de la OMS, Argentina es el segundo país de América latina con más consumo de alcohol. El mismo indica que el consumo excesivo no sólo lleva a una nociva dependencia, y a un aumento de la violencia, sino que está relacionado con el riesgo de desarrollar más de 200 enfermedades, incluidas la cirrosis y algunos tipos de cáncer.
“Encontramos que en todo el mundo alrededor del 16% de los bebedores tienen un fuerte consumo
episódico y excesivo de alcohol, que es el más perjudicial para la salud”, explicó Shekhar Saxena, director deSalud Mental y Abuso de Sustancias de la OMS. Por su parte, el licenciado en Psicología Osvaldo Chiarlo es especialista en Adicciones, docente universitario en la temática y posee una
vasta experiencia clínica al respecto.
En diálogo con Diario UNO fue crítico al señalar: “Cuando se habla de droga, la OMS la define como toda sustancia, natural o química, que una vez ingerida en el organismo modifica la psicología o la mente de la persona. Siguiendo esa definición, el alcohol es una droga y como tal debe ser definido y concebido. Si no caemos en un error conceptual y de minimización de sus efectos a nivel individual y social, cuando hacemos una errónea disociación drogas-alcohol, como si no fuesen la misma cosa”.
—¿Qué opinión le merece este informe de la OMS?
—Antes de explayarme sobre el informe quisiera agregar algo para no soslayar otra problemática, causada por otra droga legal, como lo es la nicotina o el tabaco. El tabaquismo al igual que el consumo problemático de alcohol, es la principal causa evitable de muerte y enfermedad en
los países desarrollados. El consumo problemático causa anualmente, al menos, cuatro millones de muertes en todo el mundo, y previsiblemente para 2030 la cifra se acercará a los 10 millones. Un cigarrillo de tabaco posee sustancias cancerígenas como la benzopirena, el arsénico, el polonio-210, entre otros. Por eso me parece importante mencionarlo, ya que lo que prevalece en Argentina es el consumo de drogas como el alcohol, la nicotina y las benzodiacepinas (ansiolíticos).
El profesional santafesino señaló también que “el informe hace referencia a las consecuencias negativas a nivel salud y seguridad de una droga legal, aunque las consecuencias adversas del consumo problemático de alcohol no se limitan solamente a problemas psicológicos”. En la misma línea, continuó: “Arrasan también aspectos neurobiológicos, familiares y sociales de la persona afectada. Explicar las causas que llevan a un consumo problemático implicaría un análisis más profundo y macrosocial, aunque creo pertinente mencionar algunas consecuencias vinculadas al consumo problemático”.
—¿A qué efectos se refiere que no estén mencionados en el informe?
—A nivel neurobiológico, la metabolización del etanol se desarrolla principalmente sobre el hígado y el
SNC (Sistema Nervioso Central). En este sistema, su interacción se da a través de dos receptores como el gaba y el glutamato: así actúa y modifica el centro de recompensa cerebral y áreas frontales. Esto repercute en la psicología de la persona: comienza a experimentar estados de ansiedad elevada, influido, entre otros factores, por el deseo irresistible de consumo (“craving”). Se vuelve más irascible, potenciando la baja tolerancia a la frustración, volviéndose impulsiva. La interacción del etanol con el neurotransmisor gaba facilita cuadros de insomnio; la personano logra descansar lo suficiente y el
cuadro comienza a complicarse aún más. Su autoestima y el estado de ánimo general tienden a ser bajos, no sólo porque el alcohol es un depresor del SNC, sino porque la persona comienza a perder el control sobre su ingesta, llevando a experimentar altos niveles de frustración y de baja autoconfianza por no poder inhibir por sí solo su ingesta.
Las contradicciones
—¿Qué desafíos sanitarios implica lo que describe?
—El consumo de alcohol se inicia alrededor de los 13 años. Es una droga legal, aceptada y que los adolescentes comienzan a utilizar como objeto de socialización entre sus pares, llevando a una vulnerabilidad y a experimentar otras sustancias como la nicotina. Cuando los límites se transgreden, el adolescente aprende, y aprende a transgredir los límites de la droga, llegando así a experimentar
drogas ilegales. “El desafío se encuentra en realizar un programa de prevención con el objetivo de retrasar la experimentación de los adolescentes. Ese programa debe poseer un diagnóstico de la población a trabajar, debe contar con las estrategias preventivas acordes a la población antes diagnosticada y una evaluación de su impacto. Debe estar planeada a largo plazo, y es fundamental que todos los organismos y actores del Estado participen en dicho programa.
La duda que recae sobre la lógica prohibicionista hace referencia sobre drogas buenas (legales) y drogas malas (ilegales). La sociedad persigue y demoniza a las drogas “malas”, dejando vía libre a las legales. Desde la farmacodinamia y la farmacocinética, tanto unas como otras, repercuten de modo negativo, no son inocuas. Hay una falsa moralidad y prima el interés comercial por sobre la promoción de la salud.

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