Los ediles aprobaron la modificación de una ordenanza que ahora habilita al municipio a reparar las calles y retirar los “corralitos”, con cargo a la empresa adjudicataria correspondiente, cuando haya transcurrido el tiempo dispuesto.
/Prensa Bloque Concejales UCR-FPCyS |
Ante los conocidos problemas de incomodidad que genera la apertura de calles para la reparación de la infraestructura urbana -cloacas, agua potable, electricidad, telefonía, etcétera- el Concejo Municipal aprobó una modificación de la Ordenanza Nº 9741, que faculta al municipio a la reparación y la remoción de los conocidos “corralitos” con las costas correspondientes a la empresa adjudicataria que iniciara las obras y no las concluyera en tiempo y forma.
La propuesta fue impulsada por Ariel Rodriguez -Presidente del Bloque Oficialista- quien manifestó: -“Se trata de una normativa que estipula que cuando una empresa prestataria de servicios realiza una ruptura en la vía pública con el objetivo de realizar una reparación y esta no culmina en el plazo previsto, la municipalidad se encargará de poner nuevamente en condiciones la vía pública para restablecer el tránsito y el costo de ese trabajo correrá por cuenta de la empresa correspondiente. En síntesis, un vez transcurrido el plazo estipulado, si la empresa no terminó el trabajo, el municipio podrá reparar la calle y cobrarle los costos correspondientes.”
Argumentos
El presente proyecto tiene por objeto autorizar al Departamento Ejecutivo Municipal a realizar, continuar y/o culminar aquellas obras que por su naturaleza, especificidad y competencia lo permitan, ya se trate de iniciarlas o las que comenzadas a ejecutar, queden inconclusas y/o defectuosas, generando malestar en los vecinos de la ciudad.
Se trata de evitar o minimizar las molestias e inconvenientes que ocasionan, en algunas oportunidades por mayor tiempo que el necesario, los corralitos protectores de las obras que se realizan en la vía pública. Esos corralitos dificultan no solo el tránsito vehicular sino también la circulación de los peatones, atento a que muchas veces invaden parte de las veredas y/o en ocasión de tratar de cruzar la calle.
Los aludidos protectores son potencialmente riesgosos y pueden ocasionar accidentes, por lo que resulta indispensable que sean instalados durante el tiempo absolutamente necesario para su cometido y retirados a la brevedad.
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