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lunes, 17 de marzo de 2014

COLON: CERROJO DEFENSIVO

Colón continúa como líder y acumula siete partidos sin perder, con la solidez y el orden como principales estandartes. Colón basa su gran campaña en la solidez defensiva, manteniendo la valla invicta en cinco partidos, en los últimos siete sólo le marcaron dos goles.
Diario UNO | 
CERROJO DEFENSIVO

 Si bien difiere en cuanto al sistema táctico original, se podría decir que la manera en que defiende Colón bajo la conducción de Diego Osella tiene similitudes con el famoso “Catenaccio”, que nació en Italia ideado por Nereo Rocco técnico del Padova , con el objetivo de no sufrir riesgos en el arco propio.


El periodista Ezequiel Fernández Moores cuenta la siguiente anécdota al respecto: Agradecido por la extensa entrevista, el periodista de Turín devolvió gentilezas a Nereo Rocco: «que mañana gane el mejor». Rocco, DT del modesto Padova, que en 1956 recibía a la poderosa Juventus, le respondió con una declaración de principios: «Esperemos que no». «¿Cuándo se decidirá a jugar un fútbol más ofensivo?», preguntó otro día a Rocco un prestigioso periodista de un respetadísimo diario del norte de Italia. «En su honor -respondió el técnico, impostando el tono-, le prometo solemnemente que el domingo verá a todos mis jugadores adelante».


Al domingo siguiente, sin embargo, Padova fue otra vez superdefensivo al empatar en campo de Bologna. «¿Con que todos adelante no?», cuestionó a Rocco al prestigioso periodista. Y el DT contestó: «Sí, todos adelante de Pin», que era el arquero. Rocco es señalado como el padre del “Catenaccio”, el cerrojo defensivo que marcó la historia del fútbol italiano.


“Catenaccio” significa en el idioma italiano cerrojo, este sistema introdujo la marca hombre a hombre por toda la cancha y el empleo del líbero que juega detrás de la línea de los defensores. Esta táctica fue ampliamente empleada en Italia durante la década del 60 por equipos importantes.


Entre otros exponentes de la misma pueden nombrarse al Milan de Nereo Rocco (campeón de Italia y de Europa), el Inter de Milán tricampeón de Italia (1963, 1965 y 1966), bicampeón de Europa (1964 y 1965) y del Mundo (1964 y 1965) (dirigido por el argentino Helenio Herrera en la década de los 1960) y la Selección de Italia que conquistó la Eurocopa de 1968.


En el caso de Colón, su entrenador adopta un sistema 4-4-2 como la mayoría de los equipos del fútbol argentino y lejos está de imponer la marca hombre a hombre. Pero en algo se asemeja y es que ocho o nueve jugadores están pensados para marcar y uno o dos delanteros para aprovechar la contra.


De esta manera renuncia al manejo del balón, se lo cede al rival a lo largo de los 90 minutos y juega al error del rival. Basa su éxito en neutralizar al oponente y en no dejarlo jugar, priorizando el orden defensivo como objetivo primario para lograr el éxito.


En relación al conjunto rojinegro se podrá afirmar que en los últimos compromisos como visitante ante Central y San Lorenzo, el adversario manejó a voluntad el balón y Germán Montoya terminó siendo la figura. Pero también es cierto que el arquero está para atajar y que no fueron tantas las situaciones de gol que le generaron.


A excepción de la 1ª fecha ante Racing, en la que el conjunto Sabalero recibió tres goles, después en siete partidos apenas le marcaron dos tantos. Uno de ellos ante River (Fernando Cavenaghi) cuando Colón ganaba 2-0 y en esos casos la concentración a veces merma un poco. Y el otro fue en una pelota quieta ante Godoy Cruz en la que Lucas Landa no llegó a despejar un tiro libre frontal que encontró la cabeza de Leonardo Sigali.


Por lo demás habrá que mencionar la solidez de Colón, que sabe muy bien cómo defenderse, y que tiene bien aprendido el libreto de achicar espacios hacia atrás para que los rivales terminen jugando en el embudo que forman Ezequiel Videla cuando se retrasa junto a Gerardo Alcoba y Landa.


Es innegable el rigor táctico al cual somete Osella a sus jugadores, permanentemente el técnico junto a Julio César Toresani, ayudante de campo, observan videos, le marcan las virtudes y defectos de los jugadores a los cuales enfrentarán. Y esa información es clave para estar prevenidos. Prácticamente no lo sorprendieron a Colón, más allá de haber enfrentado jugadores de mucha jerarquía.


Ante Argentinos, Pisculichi y Gómez pasaron inadvertidos, con Quilmes, Caneo fue una figura decorativa. Frente a River, Lanzini tuvo algunos destellos, como en el descuento de Cavenaghi, pero después fue neutralizado. Central basaba su juego en los carrileros como Encina y Carrizo y fueron bien controlados. Godoy Cruz tiene a Castellani, que tampoco fue determinante exceptuando el tiro libre que ejecutó para el empate del Tomba.


Y el sábado tanto Romagnoli como Piatti fueron incomodados para que no puedan asistir a los delanteros. En síntesis, Colón es un equipo incómodo para cualquiera, que muerde, corre, obstruye el circuito futbolístico y no deja pensar a los estrategas. No es casualidad que en ocho fechas le convirtieron cinco goles, pero apenas dos en siete encuentros.


Cuando Osella dirigía Patronato, en las primeras ocho fechas le habían convertido apenas cuatro goles. No es casualidad, ya que habla del trabajo que le impone a sus dirigidos. Puede no gustar, ya que está lejos del paladar futbolístico, pero es tremendamente efectivo y apropiado para el presente crítico que atraviesa Colón.

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