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domingo, 12 de enero de 2014

Se cumplieron 41 años del fatal tornado de San Justo

En el marco del cambio climático, el autor del libro “Viento asesino”, Diego Sonzogni, que relata aquel suceso de 1973 en la población del centro santafesino donde nació, cuenta qué pasó aquel fatídico día. El fenómeno fue "uno de los más graves de la historia mundial".
Se cumplieron 41 años del fatal tornado de San Justo

San Justo es la capital del departamento homónimo, situada en el centro de la provincia de Santa Fe; la ciudad que el 10 de enero de 1973 sufrió el paso de un tornado que en tan sólo 2 minutos, dejó como saldo 80 muertos, casi 700 heridos, 500 casas arrasadas y 2 mil personas en la nada. El fenómeno fue considerado por investigadores europeos como uno de los más graves de la historia mundial, el único tornado F5 (categoría más fuerte) en la historia de Sudamérica. El hecho recobra vida con cada nuevo aniversario.


Recalentamiento global, efecto invernadero, cambio climático, son expresiones con las que nos acostumbramos a convivir en los últimos años. La información referida a los alertas meteorológicos, las inundaciones, las olas de calor y de frío, pueblan cada vez con mayor frecuencia los reportes del clima. El 26 de diciembre último, en medio de un alerta roja y sensación térmica de 40º, se registró un tornado en San Lorenzo y este jueves, en Villa Gesell, tras una tormenta intensa, un rayo cayó sobre la playa y causó la muerte de 4 personas. Si bien estos fenómenos meteorológicos cada vez sorprenden menos en estas latitudes, en los años ´70 eran novedad. El tornado de San Justo conmocionó al país y al mundo.

En este marco, el periodista y escritor nacido en esa ciudad en 1970, Diego Sonzogni, dialogó con Rosario3.com en torno al trágico fenómeno que azotó hace 41 años a su ciudad natal, cuando él era pequeño, y al que dedicó el libro “Viento asesino”, de su autoría, publicado en 2003. 

Se trata de una investigación que narra la historia de San Justo y cuenta en detalle todo lo sucedido ese día, a través del testimonio de sus protagonistas. “Por sus caracaterísticas –cubrió una franja de 300 metros de ancho por 1.200 metros de largo, con un viento que superó los 600 kilómetros por hora, en apenas 120 segundos– fue calificado por el investigador japonés especializado en tormentas severas, Ted Fujita, como el peor ocurrido hasta ese momento, fuera de los límites de Estados Unidos”, señaló Sonzogni para graficar la gravedad del fenómeno. 

El periodista afirma en su libro, editado 30 años después de la tragedia, que el tornado de San Justo se convirtió en aquél entonces, “en la catástrofe meteorológica más sangrienta de Argentina”, y por medio de narraciones increíblemente reales y fotos asombrosas, recrea el antes y el después de esos 2 minutos fatales.

Una de esas dramáticas historias es la de una madre cuyo bebé fue arrastrado por el intenso viento y se lo dio por muerto, por habérselo confundido, supuestamente, con otro pequeño fallecido. Al parecer –según el autor del libro– una enfermera le dijo a la madre del niño que su hijo había muerto y dadas las dificultades para identificarlo, la progenitora no pudo comprobar que efectivamente se trataba de su hijo. Mientras tanto, su bebé (que había logrado sobrevivir al tornado, a pesar de las lesiones) había sido vendido en la capital provincial, donde fueron trasladadas la mayoría de las víctimas.

Durante 24 años, la madre creyó que su hijo estaba muerto, hasta que a través del programa televisivo “Gente que busca gente”, que se emitía durante los años ´90, ambos pudieron reencontrarse. “La revista Gente retomó aquella historia y la tituló: «El bebé caído del cielo»", cuenta el periodista.

Historias como ésta, hermanadas con la vida y la muerte se despliegan en las páginas del libro que tuvo por objetivo documentar la magnitud del desastroso meteoro y sus horrendas consecuencias: 80 vidas perdidas, cientos de heridos, objetos que pesaban cientos o miles de kilos volando, casas que “explotaban” y se derrumbaban, árboles arrancados y quemados, personas y animales eyectados como hojas por el aire. “Un panorana desolador y un lugar que quedó reducido al nivel de ruina, que curiosamente hoy se ha transformado en zona residencial más bella de San Justo”, dice Sonzogni y agrega que “ese barrio es el que cuenta con mejor vegetación e infraestructura de la ciudad, ya que fue totalmente reconstruído”.

Impresionantes relatos que ponen de manifiesto lo que puede provocar un fenómeno climático extremo, en la vida de tantas las personas.

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