miércoles, 13 de marzo de 2013

PIAMONTE, STA FE: Detuvieron al hijo de una mujer asesinada


En el procedimiento, cumplido en la localidad de Piamonte, arrestaron además a la nuera de la mujer y a un presunto amante de ésta.
La Capital | 
Detuvieron al hijo de una mujer asesinada

 Un sorpresivo operativo policial se llevó a cabo durante la noche del lunes en Piamonte a cargo de efectivos de la Unidad Regional XVIII, en el marco de la investigación por la muerte de Elsa Teresa San Martino de Calandra, una vecina de 67 años asesinada el 2 de febrero último. Según trascendió, durante el procedimiento se detuvo al hijo de San Martino, Sergio Calandra (39), a la concubina Gabriela Tkstschow y a un presunto amante de esta, de apellido Rodríguez y domiciliado en María Susana.
Si bien se ciñe un marcado hermetismo oficial sobre los trámites de la investigación, fuentes calificadas aseguraron que las detenciones se produjeron bajo la figura de arresto, por lo cual se esperaba, al cierre de esta edición, que el juez a cargo de la causa, Néstor Troncoso, definiera la situación procesal de los arrestados.
Desde el comienzo de la investigación los pesquisas aseguraron que tanto las características de la escena del crimen como la saña aplicada por el o las personas que ultimaron a San Martino, reforzaban las sospechas sobre el círculo íntimo de la víctima y descartaron de plano que se tratara de un asesinato en ocasión de robo.
Crimen con saña. Si bien el fiscal que lleva adelante la investigación, Pedro Leyes, evitó brindar precisiones sobre los procedimientos realizados el lunes, aseguró que del resultado de la autopsia se desprenden datos que dan cuenta de la saña con que se produjo el ataque a San Martino. Esos detalles y la incorporación de informes de llamados telefónicos habrían aportado las evidencias necesarias para realizar los arrestos.
También se supo que aún restan incorporar a la causa los exámenes de ADN de muestras colectadas en la víctima y en la escena del crimen porque aún no fueron concluidos. Con ellos los peritos intentarán cerrar el círculo sobre los sospechosos.
Según cuentan los vecinos de Piamonte, Calandra y su concubina, que no eran religiosos practicantes, comenzaron a concurrir a misa todos los domingos después de la muerte de Elsa, ocurrida el 2 de febrero último.
Aunque las sospechas de los investigadores y el sorprendente cúmulo de versiones que circularon en las calles de este pueblo los apuntaban como responsables del asesinato, los familiares participaron también de las marchas de silencio convocadas por los vecinos para pedir por el esclarecimiento del crimen.
Hoy, la imputación. La expectativa sobre la investigación del caso que conmovio a la región está ahora centrada en las imputaciones que puedan pesar sobre los arrestados, las que se conocerán durante la mañana de hoy. Del resultado de ese trámite podrá surgir el procesamiento o la liberación de los arrestados.
Luego del impacto de la noticia de la muerte violenta de Elsa, sus vecinos comenzaron a enlazar elementos de su historia y su familia que los llevaron a tejer las hipótesis más diversas. Basados en el rédito que producen las 30 hectáreas de campo que entre otras pertenencias poseía la mujer, la mayoría tejió historias de ambiciones desmedidas y posó la mirada sobre el pequeño entorno familiar: su único hijo y la pareja con quien convive desde hace dos años.
Ahora se sumó la posible intervención de una tercera persona, según trascendió, relacionada sentimentalmente con Tkstschow
De la vivienda sólo faltó el celular. Quienes perpetraron el crimen no se llevaron ningún electrodoméstico ni objeto de valor (la mujer guardaba en su casa algunas pocas joyas y 20 mil pesos en efectivo). Tampoco hallaron el arma que provocó las profundas heridas que desencadenaron la muerte de la víctima.
San Martino fue hallada tendida en el piso de la habitación que perteneció a su hijo en medio de un charco de sangre, con un camisón y sin ropa interior. Sobre su pecho estaba la parte metálica de una plancha rota.
Los investigadores aseguraron que el o los asesinos, que ingresaron a la vivienda sin ejercer violencia, intentaron limpiar sus huellas de la escena del crimen antes de escapar sin cerrar la puerta con llave.

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