viernes, 15 de marzo de 2013

Denuncian una menor frecuencia en el servicio de ómnibus entre Santa Fe y Paraná


Estudiantes y trabajadores de ambas capitales marcan las evidentes faltas de servicio en horarios pico. Choreres se quejan por los cambios de recorridos en la ciudad de Paraná. Las quejas son de usuarios de ambas capitales.


Denuncian una menor frecuencia en el servicio de ómnibus entre Santa Fe y Paraná
Estudiantes y trabajadores que viajan asiduamente desde Paraná a Santa Fe, manifestaron sus quejas por los crecientes inconvenientes que se plantean debido al aumento considerable de la demanda del servicio de transporte interurbano. Si bien en esta época del año es habitual que haya más usuarios, por los cursos de ingreso a las facultades de estudiantes que recién en el segundo cuatrimestre espacian sus días y horarios de cursado, este año se profundizó el problema y las empresas no implementaron una solución. Entre otras cuestiones, se impide subir a los pasajeros a colectivos atestados que apenas iniciaban su recorrido.

Las protestas por falta de asientos se suman al aumento de la tarifa, hay problemas con el cambio y los inconvenientes por el nuevo recorrido y paradas. Esta mayor demanda redunda en que las unidades de las dos empresas que prestan el servicio -Ersa-Fluviales y Etacer-, salgan prácticamente colmadas desde las terminales de ómnibus de Paraná y de Santa Fe. De este modo, la serie de paradas previstas en distintos puntos del recorrido entre ambas ciudades pierden su razón de ser, porque sólo en algunas, las primeras, pueden subir pasajeros hasta que el hacinamiento dentro de los coches impide que asciendan más usuarios que están esperando.

“Ayer esperé una hora y media en (el barrio) El Pozo (a la salida de Santa Fe)”, se quejó Natalia, estudiante de Ingeniería Ambiental de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) que se cursa en las dependencias de la unidad académica en el barrio El Pozo, en el ingreso a la vecina capital por la ruta 168. En ese lapso, contó la joven, pasaron por lo menos seis unidades repletas de gente. Como agravante al panorama, Víctor -un usuario habitual del servicio- comentó que no es seguro el lugar para los que esperan, ya que se registraron hechos de inseguridad como asaltos y arrebatos.

En Paraná, “es un milagro si conseguís subir en la ‘Plaza del Bombero’ (Plaza Alberdi)”, contó María, que viaja a Santa Fe para cursar Sociología. El dato sirve para graficar que en toda la serie de paradas posteriores -en calle Salta, en Laurencena y Antonio Crespo hasta la salida de Paraná-, donde suele quedar gente a pie.

Hay horarios que, se coincide, son más complicados: a la mañana, temprano, entre las 7 y las 8; y por la tarde, después de las 17, según la estimación que han hecho usuarios y choferes consultados por El Diario. También los usuarios que viajan los fines de semana para ir al cine del complejo comercial ubicado en el Puerto de Santa Fe o concurren a los boliches bailables en la vecina orilla, se encuentran con unidades atestadas en el horario nocturno.

Las frecuencias, se precisó, no son el problema. Intercalados los servicios de las dos empresas, los colectivos pasan entre 10 y 15 minutos. Pero está visto que no alcanza la cantidad de unidades y hay horarios que demandan refuerzos que las empresas no prestan.

Natalia concluyó: “No sé cuál es el problema. Pero hay más demanda y las empresas no se han adaptado a este cambio”.

“El año pasado, viajaba por 3,25 pesos. Y se fue a 4,80, pero en realidad el colectivo ahora cuesta 5 pesos porque nunca tienen cambio. En ida y vuelta, la empresa se queda con 40 centavos por estudiante”, se quejó María. “Es cierto”, apuntó Víctor en la misma parada del colectivo. Paga el pasaje general que también aumentó a 5,70 pesos. “Pagás 6 porque el chofer no tiene cambio. ‘A la salida te lo doy’ te dicen pero por una cosa u otra, porque te olvidás, esos 30 centavos los perdés”.

La solución a la falta de cambio es la tarjeta de servicio prepago. Pero Víctor apunta que no todas son ventajas: “Si tenés tarjeta, aún cuando vayas a la Terminal para tomar el colectivo no tenés asegurado el asiento. La asignación de butacas sólo se hace con los clientes que compran el ticket en boletería”.

“Yo soy solamente un empleado”, aclaró en primer lugar Augusto Poleri, que atiende en la boletería de una de las empresas y que también es chofer.

“Es cierto que hay más demandas, que tal vez falten refuerzos. Es complicado dejar a la gente esperando pero llega un momento que no podés cargar más”, dijo y pidió comprensión “con el chofer que no tiene nada que ver”, deslindó.

Sin embargo, pone el acento en otro inconveniente que afecta a los trabajadores y redunda en mala atención a los usuarios: “Hay un montón de problemas con el cambio de recorrido que se nos impuso en Paraná, a raíz de las nuevas disposiciones de tránsito en el centro de la ciudad”, apuntó Poleri.

“Con el nuevo recorrido se complicó todo. Es un desastre doblar con estos coches en Ferré y Andrés Pazos por ejemplo (a raíz de que la mano norte de 25 de Mayo se ocupa ahora como estacionamiento). Hay autos parados y nosotros para doblar necesitamos al menos 15 menos sin autos. En distintas esquinas hay autos mal estacionados, no hay inspectores y como no podemos doblar, tenemos que cambiar el recorrido y dejamos gente esperando en algunas paradas”, aseveró. “Se llamó a la Municipalidad para que controlen esto pero no se tuvo suerte”, dijo.

Según contó, “hay veces que hay que subir al cordón, podés chocar, es un peligro y la responsabilidad es del chofer”.

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