Los artefactos estallaron en
centros de las fuerzas de seguridad de Idleb, en el noroeste del país.
La mayoría de las víctimas son militares. Otro episodio, con un coche
bomba, se registró cerca de Damasco.
La información fue confirmada por el Observatorio sirio de los derechos humanos (OSDH). Sin embargo, la televisión estatal retacea la información. Según el medio oficial, las "explosiones terroristas" provocaron ocho muertos y decenas de heridos, civiles y miembros de las fuerzas del orden.
El Gobierno de Bashar Al Assad transformó los ataques en propaganda: la televisión presentó imágenes mostrando restos humanos y manchas de sangre, alrededor de un tractor, así como edificios dañados y habitantes gritando: "¿Es ésts la libertad que piden? ¿Dónde está la libertad?". Algunos gritaban "¡Dios, Siria, Bashar y es todo!", consigna de apoyo al presidente.
Otro episodio se registró en Damasco. El OSHD informó que habría víctimas, pero aún se desconoce la cifra exacta.
El domingo 29 de abril, otros cuatro soldados murieron en una explosión en un centro militar de la provincia de Alepo (norte), según el OSDH, unas horas antes de la llegada del general noruego Robert Mood, jefe de la misión de observadores de la ONU.
Desde la capital, Mood llamó a todas las partes a cesar la violencia y a aceptar el plan del emisario internacional Kofi Annan. Según este plan, un cese del fuego está en vigencia desde el 12 de abril, pero es continuamente ignorado. En el último fin de semana, la violencia provocó 70 muertos, 47 de ellos civiles, según el OSDH.
Las protestas en Siria comenzaron a mediados de marzo como efecto contagio de lo que sucedía en Túnez, Egipto, Libia y Yemen. Se intensificaron con el correr de los días, creció el número de movilizaciones casi proporcionalmente con la brutal represión del Gobierno, que ya dejó más de 11 mil muertos.
Siria es clave en Medio Oriente. Se trata, en su mayoría, de un país sunnita (75%), pero los Assad en el gobierno -desde principios de los 60- pertenecen a la secta alawí, una rama de los chiítas. Así, forjó una relación con Irán tras la revolución islámica de 1979.
Bashar Al Assad es Presidente desde 2000. Reemplazó a su padre después de haber sido designado candidato único por el Partido Árabe Socialista Baaz (también partido único). Su padre, Hafez Al Assad, había tomado el poder por medio de un golpe en 1971, después de participar en gobiernos militares desde 1963.
En estos 13 meses, entre las medidas para calmar las protestas, el sirio derogó el Estado de Emergencia que regía desde 1963. La ley imponía restricciones a la libertad de reunión y movimiento y permitía la detención de "personas que amenazan la seguridad" y consentía, además, interrogar a las personas, vigilar las comunicaciones y la censura previa de todos los diarios, publicaciones, radios y otros medios de comunicación. Promovió un referendo constitucional tildado de fraudulento por Occidente.
El Gobierno de Bashar Al Assad transformó los ataques en propaganda: la televisión presentó imágenes mostrando restos humanos y manchas de sangre, alrededor de un tractor, así como edificios dañados y habitantes gritando: "¿Es ésts la libertad que piden? ¿Dónde está la libertad?". Algunos gritaban "¡Dios, Siria, Bashar y es todo!", consigna de apoyo al presidente.
Otro episodio se registró en Damasco. El OSHD informó que habría víctimas, pero aún se desconoce la cifra exacta.
El domingo 29 de abril, otros cuatro soldados murieron en una explosión en un centro militar de la provincia de Alepo (norte), según el OSDH, unas horas antes de la llegada del general noruego Robert Mood, jefe de la misión de observadores de la ONU.
Desde la capital, Mood llamó a todas las partes a cesar la violencia y a aceptar el plan del emisario internacional Kofi Annan. Según este plan, un cese del fuego está en vigencia desde el 12 de abril, pero es continuamente ignorado. En el último fin de semana, la violencia provocó 70 muertos, 47 de ellos civiles, según el OSDH.
Las protestas en Siria comenzaron a mediados de marzo como efecto contagio de lo que sucedía en Túnez, Egipto, Libia y Yemen. Se intensificaron con el correr de los días, creció el número de movilizaciones casi proporcionalmente con la brutal represión del Gobierno, que ya dejó más de 11 mil muertos.
Siria es clave en Medio Oriente. Se trata, en su mayoría, de un país sunnita (75%), pero los Assad en el gobierno -desde principios de los 60- pertenecen a la secta alawí, una rama de los chiítas. Así, forjó una relación con Irán tras la revolución islámica de 1979.
Bashar Al Assad es Presidente desde 2000. Reemplazó a su padre después de haber sido designado candidato único por el Partido Árabe Socialista Baaz (también partido único). Su padre, Hafez Al Assad, había tomado el poder por medio de un golpe en 1971, después de participar en gobiernos militares desde 1963.
En estos 13 meses, entre las medidas para calmar las protestas, el sirio derogó el Estado de Emergencia que regía desde 1963. La ley imponía restricciones a la libertad de reunión y movimiento y permitía la detención de "personas que amenazan la seguridad" y consentía, además, interrogar a las personas, vigilar las comunicaciones y la censura previa de todos los diarios, publicaciones, radios y otros medios de comunicación. Promovió un referendo constitucional tildado de fraudulento por Occidente.
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