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domingo, 24 de julio de 2016

Ante la crisis, la Iglesia advierte que hay más demanda de caridad

Aparecieron heladeras sociales y roperos solidarios. Reabrieron y crecieron copas de leche y comedores comunitarios. La Pastoral Social planifica un espacio para recibir a personas en situación de calle

por Soledad Mizerniuk / smizerniuk@uno.com.ar


San Antonio de Padua. En la parroquia, más de 250 personas retiran un plato de comida a diario.Manuel Testi / Uno Santa Fe


El timbre suena una vez más y van...Los peregrinos del hambre deambulan por los barrios de Santa Fe. Piden comida, abrigo, calzado. Todo sirve, todo falta. Heladeras sociales, roperos solidarios, copas de leche y comedores comunitarios; nuevos y antiguos dispositivos de ayuda se activaron ante las señales de alarma.

En el contexto de crisis, organizaciones sociales y religiosas se abocan hoy a rearmar el entramado de asistencia en las zonas más pobres y en aquellas donde muchos puedan acercarse en la búsqueda de ayuda.

"La pobreza no solo está en agenda, la pobreza lastima. En las parroquias, en las capillas, se ve la urgencia de socorrer a quienes más necesitan en estos momentos", reflexiona el arzobispo José María Arancedo, en diálogo con Diario UNO. Y explica que la Iglesia no trabaja sola en pos de ese objetivo, sino junto a "Cáritas, Pastoral Social, organizaciones sociales y autoridades políticas, todos aquellos que puedan sumar esfuerzos".

Días atrás la ONG Solidarydar abrió su sede propia para recibir a personas en situación de calle y garantizarles acceso a un techo, una cama, comida caliente y la posibilidad de higienizarse. La Municipalidad colabora con el alquiler, la seguridad por la noche e insumos para la limpieza y la comida.

En la misma línea se encuentra un proyecto en el cual trabaja el sacerdote Dante Debiaggi, párroco de Santa Rosa de Lima y responsable de la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Santa Fe, junto a una ONG (ver recuadro). "Se está trabajando en generar un lugar, en encontrar una casa para alquilar, para la gente que no tiene dónde pasar la noche, para que puedan asearse, comer y dormir", anticipó Arancedo.

Y agregó: "Además de todo aquello que ya existe, se está tratando de sumar respuestas. Tenemos que ser protagonistas y no competir con otros. La sociedad tiene que sentirse unida, más allá de las diferencias que pueda haber entre instituciones o incluso entre credos".

El arzobispo continuó: "Desde Cáritas no solo se brinda la asistencia a las necesidades más inmediatas sino que se intenta hacer docencia, despertar una actitud solidaria. En muchos lugares se está dando también lo necesario para que las familias puedan cocinar en su casa, es algo que promueve justamente Cáritas".

Mirar al otro como un igual
En los últimos meses se habilitaron en la ciudad de Santa Fe al menos dos heladeras sociales –en la Catedral y en la iglesia Nuestra Señora de Luján– y varios roperos solidarios en la vía pública. Sin embargo, ¿es solidario regalar las sobras de comida o ropa en mal estado?

"La imaginación de la caridad brinda hoy respuesta a los nuevos problemas, pero hay que entender que se trata de compartir lo mejor que tenemos, no lo que sobra. La caridad es un camino de perfección espiritual de la persona, es dar al otro lo mejor que tengo. El bien hay que hacerlo bien. El gesto de la caridad debe implicar tratar al otro de igual a igual, elevarlo", advirtió Arancedo.

En cuanto al escenario actual, el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina aclaró: "Desde el Observatorio de la Universidad Católica Argentina advertimos hace años una pobreza que no se puede ocultar y que parece difícil de erradicar", aclara el arzobispo.

—¿Hoy ve una intención de cambiar esa realidad?
—Intención existe, pero cuando se pasa a la planificación fracasamos en lo que refiere a políticas de Estado. Se fracasa desde gobiernos de turno y desde la oposición, en dar respuestas. A los argentinos nos falta la capacidad de pensar a tiempo mirando hacia adelante.

"A veces desde lo político se ocupa un lugar muy inmediato en, por ejemplo, lo electivo, y las obras grandes terminan quedando descuidadas –manifestó el arzobispo de Santa Fe y concluyó– No se trata solo de la pobreza en cuanto a la comida, sino también a la falta de agua potable, de cloacas, todo aquello que implica un mejor estándar de vida".

Cáritas
La directora de Cáritas Diocesana de Santa Fe, Nilda Troz, se refirió al trabajo de asistencia que se realiza en las distintas parroquias. Para tomar como ejemplo tres copas de leche que implementa la organización en la ciudad (en La Guardia, Colastiné y El Tránsito), alimentan, de lunes a viernes, a más de 550 chicos.

"Si bien no llevamos estadísticas, los índices aumentaron desde el año pasado. Hay más gente en situación de calle, por eso empezó a fortalecerse en las parroquias la asistencia", describió Troz.
Y destacó: "Las heladeras sociales no hubieran aparecido como paliativo si no hubiera aumentado la cantidad de personas con necesidades".

En relación al proyecto para brindar refugio a ciudadanos en situación de calle durante la noche, la directora de Cáritas contó: "Se trata de una iniciativa del padre Dante Debiaggi junto a la Fundación Juan XXIII. Ahora están buscando un inmueble para alquilar, para que la gente pueda dormir y tenga un espacio donde bañarse con agua caliente, alimentarse y permanecer a la noche".

"Ese proyecto tiene, a largo alcance, la intención de que las personas puedan tener más opciones. Es decir, que se puedan capacitar en talleres y participar de encuentros, conocer la situación particular de cada uno para, dentro de la Pastoral se los pueda acompañar para salir de la situación de calle", agregó.

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