“Nunca recibí coimas y tampoco fui acusada de corrupción. No tengo cuentas en el exterior. Jamás utilicé recursos públicos en causas propias, nunca usé dinero del pueblo brasileño. Voy a resistir este golpe de Estado, que es en contra de las estrategias sociales”, sostuvo la presidente de Brasil Dilma Roussef, en relación a los escándalos de corrupción en lo que se vio envuelta.
La mandataria brasileña hizo referencia a las acusaciones en su contra y al escándalo político que vive su país en el marco de un acto que realizó en San Pablo con motivo del Día del Trabajador.
Fue así que ante la presencia de miles de personas que se acercaron a celebrar su día y apoyar a la por ahora jefa de Estado. Rousseffacusó a su vicepresidente Michel Temer de “usurpador”, ya que en caso de que se apruebe el impeachment, él sería quien asuma en la presidencia. Afirmando que las ganancias que se utilizan para los programas sociales serán privatizadas por Michel Temer, en el caso de que el asuma en el poder.
Asimismo la mandamás brasileña también le apuntó al presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha. Asegurando “Eduardo Cunha usa su cargo para garantizarse una impunidad. Acusándolo de ser el principal agente que desestabilizó al país”.
Por último Rousseff volvió a responsabilizar a la oposición de querer llevar a cabo un “golpe de Estado” en su contra. Aunque al mismo tiempo aseguró que luchará hasta el final, y que resistirá cualquier tipo de intento de desestabilizarla al frente de la presidencia brasileña.
NF
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