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lunes, 11 de abril de 2016

Santa Fe Hace 11 días que no para de llover Las lavanderías están desbordadas

Algunas abrieron el domingo para adelantar trabajo y cumplir con la alta demanda. Dicen que hay clientes que solo llevan la ropa para secar para abaratar costos.

Actividad plena. “Atorados”, “No damos abasto”, “desbordados” son los calificativos que usaron quienes trabajan en el rubro para definir la situación de alta demanda que atraviesan. Foto: Guillermo Di Salvatore

El Litoral

Lo que para algunos es una maldición, para otros es una bendición. La lluvia, maldita desde que comenzó abril para quienes soportan calles anegadas y otros trastornos, es muy bienvenida para los comerciantes del rubro lavandería.

Tras días y días de acumular ropa, de improvisar espacios de secado en todos los ambientes de la casa y de sudar con los calefactores prendidos en pleno otoño, muchos vecinos se rindieron y fueron a buscar auxilio a los lavaderos. Es que en Santa Fe la humedad mata... y deja sin ropa hasta el placard más completo.

Experiencias

“¿No querés venir a ayudarme?”, broméo al otro lado del teléfono Mauro, de la lavandería La Plaza, ubicada en General Paz al 5600. “Estamos desbordados.

El sábado me entró el trabajo que entra en toda una semana”, dijo extenuado y contó que incluso abrió el domingo “para adelantar laburo”.

Alejandro de Lavamax (9 de Julio 2138) aseguró que desde el lunes pasado tiene mucho trabajo: “Es estacional pero se triplicó la cantidad y mucha gente solo trae a secar porque sale menos de la mitad. Desde diciembre venía muy mal y el movimiento había bajado un 50 %”.

Una situación similar se vive en Hull Lavandería, en Necochea al 3500. Desde el miércoles se empezó a “atorar el trabajo” y las máquinas de lavado y secado están a full”, contó Mauro.

En avenida Freyre al 2300, en la Lavandería de Agustina, el panorama es similar. “Estamos un poco desbordados de lavar y secar. Desde el jueves se incrementó en un 100 % el trabajo de gente que no es cliente habitual del negocio, vienen cuando hay problemas de humedad”, explicó Marcela.

Todos coincidieron en que llega “todo tipo de ropa”, no solo acolchados que es la demanda más frecuente en esta época, cuando se acerca el invierno. Además, “traen muchas toallas porque demoran en secarse y es lo que más olor agarra”, agregó Marcela. Aunque no da abasto, prefirió no abrir el domingo: “Opté por descansar y arrancar con pilas la semana. Sí estoy entrando más temprano y me estoy yendo más tarde”, aclaró.

El pronóstico anuncia que las condiciones meteorológicas no mejorarán en los próximos días. El sol no apareció en lo que va de abril pero sí brilla adentro de los lavaderos de ropa.

La excepción

El lavadero Junín, en Rivadavia al 2800, no tiene un abril de esplendor como el resto de los comercios del rubro. En realidad, desde que comenzó a funcionar el carril exclusivo del transporte público frente al local, las ventas se vinieron a pique. “Antes no dábamos abasto en esta época, pero ahora no se puede estacionar para bajar la ropa así que tenemos una demanda normal”, contó una de las empleadas.

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