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domingo, 3 de enero de 2016

Radiografía de las primeras tres semanas de Mauricio Macri

Por: Federico Mayol fmayol@infobae.com

El exitoso levantamiento del cepo y la luna de miel con el electorado fueron claves para capear las dos primer turbulencias: la polémica por las designaciones de la Corte y la intervención de la Afsca. Los costos políticos y la subestimación de la herencia K
El presidente Macri, durante la clausura de la conferencia de la UIA, el 14 de diciembre.Crédito: Nicolás Stulberg

"Pareciera que estamos en el Gobierno hace un año, pero llevamos solo tres semanas". Es una de las frases más escuchadas en los pasillos de la Casa Rosada, en especial en el primer piso, en las principales oficinas de la Jefatura de Gabinete.

El balance de los primeros 23 días de Mauricio Macri como presidente, además de la fatiga propia de tres semanas frenéticas, estuvo atravesado por un fuerte cambio de estilo respecto de la administración anterior, un profundo desasosiego y cierta subestimación por la herencia recibida, una serie de decisiones controversiales, como la designación en comisión de dos miembros de laCorte Suprema de Justicia y los cambios en la AFSCA, y la salida del cepo cambiario, la mayor de las obsesiones del Presidente en estos primeros días de gobierno. "La clave era que saliera bien, era la principal preocupación", confía a Infobae un funcionario central del esquema de comunicación presidencial.

En el entorno de Macri están convencidos de que el saldo de los primeros 23 días de gestión –de los que el jefe de Estado pasó casi nueve en el sur, de descanso- es positivo, con un fuerte énfasis en el cambio de modales respecto al estilo de Cristina Kirchner. El Presidente recibió a los ex postulantes presidenciales en su primer día en la Rosada y a todos los gobernadores al mediodía siguiente, en Olivos; visitó a los industriales nucleados en la Unión Industrial Argentina (UIA) y les eliminó retenciones, un trofeo similar al que se llevó el campo; reunió dos veces a su gabinete en pleno y habló con los medios en conferencia de prensa. Sus ministros, con Marcos Peña a la cabeza, se enfrentaron a los periodistas a diario. Una disyuntiva que atormenta al influyente jefe de Gabinete. "No va a ser siempre así. Marcos no quiere ser Aníbal Fernández", explica un colaborador del jefe de los ministros en alusión al estilo de saturación del ex funcionario.

El macrismo aprovechó por ahora la luna de miel de los primeros días con el electorado para capear las dos primeras turbulencias de la gestión: la polémica en torno designación por decreto de Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz en las dos vacantes de la Corte, y la fusión de la AFSCA y la AFTIC en un solo organismo y los futuros cambios en la Ley de Medios luego de echar, también por decreto, a Martín Sabbatella. Dos decisiones de peso que hubieran sido muchísimo más ruidosas con la gestión algo más desgastada. El de la creación del nuevo ente de las telecomunicaciones sería, según fuentes oficiales, el último de los decretos controversiales. Al menos por ahora.

EL MACRISMO APROVECHÓ LA LUNA DE MIEL CON EL ELECTORADO PARA CAPEAR LAS DOS PRIMERAS TURBULENCIAS

"Tampoco podemos abusar. Lo que se hizo había que hacerlo de ese modo, no había otra alternativa porque había que sacarlo rápido", se defienden desde el entorno presidencial. En realidad, la estrategia en relación a los cambios en el organismo de Sabbatella contemplaba la implementación de otro decreto. Decidieron acortar los tiempos y terminar con los anuncios el día previo al fin de año.

Sin embargo, la única turbulencia riesgosa fue la que sacudió al Presidente por el manotazo a las dos vacantes de la Corte, una jugada que no solo hizo tambalear a la propia tropa y a los aliados del radicalismo. La designación en comisión de Rosatti y de Rosenkrantz también alteró el humor de Ricardo Lorenzetti, presidente del máximo tribunal de Justicia y uno de los dirigentes de mayor relevancia del tablero político. Macri y Lorenzetti tuvieron que limar asperezas: el presidente de la Corte se enteró del decreto horas antes de su anuncio. La noche después de aquella reunión entre ambos en Casa Rosada, el miércoles 16 de diciembre, el Presidente sintió el sacudón mediático y el rechazo de una enorme porción de la dirigencia política.

El presidente Macri se reunió con su Gabinete en dos oportunidades.
Presidencia

La avanzada en la ocupación de las vacantes de la Corte además dejó al desnudo a parte del círculo íntimo del ex jefe de Gobierno, que tendrá especial injerencia en las principales decisiones gubernamentales. En este caso fue el debut mediático en las grandes ligas de Fabián Rodríguez Simón, alias "Pepín", asesor de extrema confianza del Presidente de eterna rivalidad con Daniel Angelici, el "Tano", el presidente de Boca Juniors con quien Rodríguez Simón se disputa, entre otras, la asesoría jurídica del jefe de Estado. La elección de Germán Garavano como ministro de Justicia –que también se enteró de las designaciones de Rosatti y de Rosenkrantz un par de horas antes, como Lorenzetti- es fruto de esa interna salvaje: el funcionario es ajeno a ambos bandos.

La mesa de decisiones de Macri la componen además José Torello, Nicolás Caputo –el más íntimo de sus amigos-, Pablo Clusellas –el redactor de los decretos-, Peña y Fernando de Andreis. Carlos Grosso, ex intendente porteño, es otro de los históricos consejeros. Aunque el Presidente es un fanático de la consulta: también escucha a sus amigos de cartas –con los que se solía juntar en casa de su padre, en Barrio Parque, mesa encabezada por los Calcaterra- y a los amigos con los que juega al pádel en la quinta familiar "Los Abrojos", en la localidad bonaerense de Malvinas Argentinas.

Hasta marzo y abril, la tarea del nuevo gobierno será la de seguir ordenando la herencia. Revisión de recursos humanos –Macri pidió no abusar en las contrataciones y ordenar la plantilla actual de empleados- y la ardua labor de deshacer los intrincados negocios del Estado K. La idea de la administración actual pasa por una renovación casi total: desde el reordenamiento de oficinas –algunas de Casa Rosada hasta fueron heredadas con tramperas para ratas- y lavaje de cara de la Quinta de Olivos, a donde el Presidente y su familia se mudará recién en febrero, hasta batería de auditorías de los principales programas del kirchnerismo.

MACRI DEBERÁ DEMOSTRAR EN LOS PRÓXIMOS MESES QUE TIENE CÓMO HACERLE FRENTE A UN ESTADO DESCONTROLADO.


El jefe de Estado volverá esta semana de sus vacaciones –"tenía que descansar sí o sí, estaba fatigado", lo excusan sus colaboradores- con un anuncio que arrastra desde la campaña: el pase a la ciudad de Buenos Aires de poco más de 20 mil policías federales. El jefe de la nueva fuerza porteña, que se anexará a la Metropolitana, sería Guillermo Calviño, actual superintendente de Seguridad Metropolitana de la Policía Federal.

Macri deberá demostrar en los próximos meses que lo suyo no es solo un cambio de estilo y que tiene cómo hacerle frente a un Estado descontrolado. Lo comprobó en estos días María Eugenia Vidal, que le tocó bailar con la más fea. La gobernadora bonaerense se topó con una administración quebrada, plagada con los peores vicios de la vieja política. A tres semanas de asumir –el Presidente se cansó de repetir entre sus íntimos que su éxito dependerá del éxito de Vidal-, la ex vicejefa porteña despidió el año sin presupuesto y con los asesinos del Triple Crimen de General Rodríguez fugados de una cárcel bonaerense de máxima seguridad. "Se cometieron muchos errores, nos pasó por verdes", aseguró a Infobae un colaborador de la gobernadora en la tarde de ayer, cuando el paradero de los hermanos Martín y Cristian Lanatta y de Víctor Schillaci era todavía incierto.

El Presidente demostró hasta ahora autoridad para manipular la lapicera presidencial. A pesar de los costos políticos. Y de la subestimación de ciertas realidades. Habrá que esperar al fin de la luna de miel y a dejar de lado la herencia para apelar a un balance más maduro.

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