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Foto:Mauricio Garín
En el lugar del ataque la policía secuestró vainas servidas de calibre 9 mm.
Danilo Chiapello
El asesinato de Jorge Omar Pérez (50), alias “el Patón”, fue un acto fríamente planificado y que, a todas luces, lleva la firma de los sicarios.
Todo hace presumir que si bien el nombrado tenía varios lugares de residencia (Villa de Parque, Alto Verde y Santo Tomé -donde vivía actualmente-), sus matadores conocían a la perfección el recorrido y los movimientos de su objetivo.
Ayer, sin imaginar que sería su último día de vida, “el Patón” trepó a su poderoso Chevrolet Aveo y salió desde Santo Tomé rumbo a Villa del Parque. Sus matadores dieron muestras de saber de qué se trata el asunto, ya que desde lejos pusieron en marcha su plan, sin que la víctima llegara a darse cuenta.
El viaje de “el Patón” tuvo un abrupto final en Crespo y San Juan, lugar donde una moto, con dos sujetos a bordo, se le puso a la par.
Sin darle tiempo a reacción alguna, uno de los motociclistas inició un ataque a tiros contra el conductor del vehículo.
Al menos 4 balazos impactaron en el cuerpo de Pérez que, ya herido de muerte, alcanzó a recorrer unos metros hasta que finalmente el coche se detuvo en el parque Garay.
Los balazos destrozaron los cristales de la puerta izquierda y se incrustaron en la cabeza, tórax y abdomen de Pérez que murió prácticamente en el acto. Otra firma de los sicarios.
En el interior del rodado, los agentes policiales hallaron dos envoltorios de nylon (“bochitas”) con clorhidrato de cocaína. Unos 4 gramos en total.
También había unos 60 mil pesos en efectivo y varios teléfonos celulares los que por estas horas están siendo peritados por los investigadores.
Desde el lugar del ataque, los pesquisas de la Policía de Investigaciones se incautaron de cuatro vainas calibre 9 mm.
De los atacantes poco y nada es lo que se sabe. Apenas que la moto en la que se conducían es de color negra o azul.
Una última versión indica que los asesinos no sólo fueron dos, sino que habrían contado con el apoyo de otra pareja de rufianes que venía en otra moto.
Otro muerto
En la madrugada de la víspera, distintas personas escucharon la detonación de arma de fuego en un domicilio de Javier de la Rosa 5400.
Apenas ingresaron al inmueble observaron que, sentado en una silla, había un hombre el que presentaba muy severas lesiones en el rostro producto de un escopetazo.
El infortunado resultó ser Ramón de Jesús Gauna, de 37 años. El nombrado fue llevado con urgencia al hospital Cullen donde permaneció internado hasta la media tarde, en que se produjo su deceso.
A partir de entonces, el caso quedó en manos de los agentes de la PDI quienes precisaron que el disparo mortal fue efectuado a corta distancia.
En principio se pensó en la posibilidad de un suicidio. No obstante, esta versión no está firme ya que desde la escena del hecho desapareció el arma utilizada.
Por otra parte, los pesquisas que requisaron el inmueble dejaron constancia que en el patio de la casa se halló una planta de marihuana, de unos 2 metros de altura.
En la madrugada de la víspera, distintas personas escucharon la detonación de arma de fuego en un domicilio de Javier de la Rosa 5400.
Apenas ingresaron al inmueble observaron que, sentado en una silla, había un hombre el que presentaba muy severas lesiones en el rostro producto de un escopetazo.
El infortunado resultó ser Ramón de Jesús Gauna, de 37 años. El nombrado fue llevado con urgencia al hospital Cullen donde permaneció internado hasta la media tarde, en que se produjo su deceso.
A partir de entonces, el caso quedó en manos de los agentes de la PDI quienes precisaron que el disparo mortal fue efectuado a corta distancia.
En principio se pensó en la posibilidad de un suicidio. No obstante, esta versión no está firme ya que desde la escena del hecho desapareció el arma utilizada.
Por otra parte, los pesquisas que requisaron el inmueble dejaron constancia que en el patio de la casa se halló una planta de marihuana, de unos 2 metros de altura.
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