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miércoles, 30 de diciembre de 2015

La crecida del río sigue trayendo algo más que camalotes

En la ciudad de Coronda aparecieron dos ejemplares de Curiyú cerca de la zona de la costa. La llegada de estos ejemplares a la zona es producto de la crecida de los ríos.

Vecinos de la ciudad de Coronda publicaron a través de las redes sociales la aparición de dos ejemplares de Curiyú en la jornada del martes, cerca de la zona del Vivero municipal, aledaño a la costa. No caben dudas que los animales llegaron producto de la crecida de los ríos. No sólo el agua arrastra los camalotes, sino que traer todo tipo de alimañas.

Sobre la Curiyú

Es más pequeña que la más conocida anaconda verde (Eunectes murinus); habitualmente alcanza longitudes de entre 2,5 y 4 metros y un peso que puede superar los 40 kilogramos, siendo las hembras de mayor tamaño que los machos.

Como sucede con muchas serpientes de gran tamaño, el largo máximo que puede alcanzar esta especie es motivo de controversia, 2 3 aunque, según algunos autores, se han encontrado ejemplares máximos hasta de 6,4 metros, mientras que otros señalan que, raramente, se han registrado hembras que superaban los 7.

Su color de base es amarillo pardo con pintas y rosetas negras.

La curiyú, como otros ofidios, es comestible asada o frita luego de quitarle la piel y eviscerarla cuidadosamente (en las vísceras puede tener, como otros muchos animales, parásitos); por ser comestible ha sido uno de los diversos ingredientes alimenticios para las etnias indígenas en donde este ofidio se encuentra.

Por otra parte al ser inofensiva para el ser humano y alta depredadora de roedores ha sido tradicional, especialmente en fincas campestres, tener al menos una curiyú viva para combatir plagas de ratas y roedores “domésticos” similares.







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