Estudios científicos avalan la idea de que dar y recibir abrazos ayuda a mantener la salud emocional de las personas.
El abrazo es una muestra de estima o saludo entre las personas. Por lo general, el abrazo indica afecto hacia la persona que lo recibe, aunque dependiendo del contexto, también puede tener significados más parecidos a la condolencia o consuelo.
En ese sentido, diversos estudios científicos han comprobado que los abrazos tienen efectos positivos sobre la salud emocional de las personas. De hecho, la mayoría los relaciona con felicidad, cercanía y una manera física de expresar nuestro afecto por los demás.
Por ejemplo, un estudio de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, asegura que una persona necesita recibir abrazos y caricias desde muy pequeño, para evitar que sus neuronas mueran por la falta de contacto físico.
Y esa necesidad de contacto físico crece con el tiempo. Un estudio de la Universidad de Carolina del Norte (Estados Unidos) sugiere que al tener contacto físico, como caricias o abrazos, se incrementan los niveles de oxitocina en la sangre, una hormona cuya función en el cerebro parece estar vinculada con el reconocimiento y establecimiento de relaciones sociales y podría influir en la formación de confianza y generosidad entre las personas.
Es por ello que abrazar se considera una terapia (abrazoterapia) útil para reducir la depresión, soledad, ansiedad, estrés y sanar tu cuerpo.
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