Producto de ese salto intempestivo, el delincuente sufrió una lesión en el tobillo y tuvo que pasar por el Hospital Provincial antes de recaer en la seccional 19ª de policía.
La Capital |
Los habitantes de Rosario están en permanente estado de alerta. Es que la angustiante sucesión de hechos delictivos obligan a no bajar la guardia, en ningún momento, en ningún lugar. La cadena de sucesos que exponen violencia e inseguridad se extienden y se repiten por toda la ciudad. Nadie escapa a este lacerante fenómeno. Muestra de este agitado escenario fue el robo que ocurrió arriba de un interno de la línea 122, donde un joven ladrón intentó robarle el teléfono celular a una mujer y luego, ante el fervoroso acoso de todo el pasaje, se tuvo que lanzar desde una ventanilla del colectivo. Producto de ese salto intempestivo, el delincuente sufrió una lesión en el tobillo y tuvo que pasar por el Hospital Provincial antes de recaer en la seccional 19ª de policía.
El hecho se desarrolló mientras el colectivo (interno 191) circulaba por avenida Presidente Perón y Matienzo, en la populosa zona sudoeste de Rosario. Según fuentes policiales, el jueves, alrededor de las 23, un malviviente de 24 años que estaba a bordo del colectivo trató de arrebatarle el móvil a una chica que estaba estableciendo una comunicación en ese momento.
La muchacha intentó resistirse y se produjo una situación de forcejeo sobre el micro. Ese panorama despertó ira y gritos por parte del resto de la gente que viajaba, y que inmediatamente se puso del lado de la mujer. Acto seguido, se lanzaron sobre el ladrón y provocaron, según los relatos obtenidos por la policía, que se tirara desesperadamente por una de las ventanillas con el vehículo en movimiento.
Tras esa impensada acción, para evitar que le dieran una paliza, el delincuente cayó al pavimento y una rueda del colectivo le habría provocado una fractura en un tobillo mientras escapaba después de cometer el robo.
El joven fue derivado al Hospital Provincial y luego quedó detenido en la seccional 19ª.
Este caso refleja la conducta que toma la gente ante estos hechos de violencia. Cada vez más cotidianos. Cada vez más vergonzantes. Con el Estado cada vez más lejano como presunto garante de la seguridad. La reacción de los que viajaban en ese micro de la línea 122 expone el estado de ira y crispación incandescente, que cuando pierde los estribos, adquiere un peligroso rol de justiciero ante sucesos de esta naturaleza.
Casos que se repiten. Los robos son moneda común en las calles y en colectivos rosarinos. El viernes por la tarde, dos hombres armados redujeron al chofer y a todo el pasaje del interno 42 de la línea 112. El hecho sucedió en San Martín y Rueda, y los dos malvivientes, con armas de fuego en su poder, se alzaron con dinero, celulares y pertenencias de todos los que se trasladaban en ese micro. Los ladrones descendieron en calle Corrientes y no pudieron ser capturados por personal policial. La denuncia fue establecida en la seccional 5ª.
Estos son algunos ejemplos. Sólo los que trascendieron en los medios en los últimos días. Pero estos casos se multiplican en cada barrio y generan una gran preocupación.
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