La Subcomisaria Stella Maris Olivera volvió a hacerse cargo de la comisaría de Distrito Nº 14 tras dos meses de licencia, mientras era investigada por su actuación en el secuestro de más de 1.600 kilos de marihuana en Arroyo Leyes. "Con la verdad, uno llega a cualquier lado", sostuvo la mujer que no aceptó cooperar con los policías sospechados de trabajar para el crimen organizado.
El Litoral |
La jefa de la comisaría de Distrito Nº 14 de la ciudad de Rincón fue puesta nuevamente en funciones ayer, luego de que la Justicia Federal la sacara de esa lista negra que integran los nombres de una decena de policías cuestionados por el procedimiento en el que se halló un camión con 1.600 kilos de droga en Arroyo Leyes.
“Ayer a la mañana me hice presente conforme lo dispuesto por la superioridad. Habíamos coordinado durante el fin de semana que yo me hacía cargo en la víspera, así que ayer a las 7 de la mañana tomé servicios en la comisaría”, informó la subcomisaria Stella Maris Olivera.
La funcionaria que lleva más de la mitad de su vida vistiendo el uniforme fue recibida con el beneplácito de las autoridades locales y de gran parte de la ciudadanía, en lo que ella misma catalogó de “una buena bienvenida”.
Tras dos meses de ostracismo, se mostró predispuesta al diálogo y aunque prefirió no hablar de la causa judicial que la apartó del mando, no se privó de decir las cosas que piensa.
Con respaldo
“Dos meses estuve sin trabajar, obviamente que me acogí a los beneficios de mi licencia anual ordinaria para ponerme a disposición de la Justicia Federal. Es una de las opciones que uno tiene cuando se lo involucra en esta situación donde hay una causa judicial iniciada”, explicó la mujer que fue designada jefa de la comisaría de Rincón el 24 de abril del año pasado.
En sus 24 años de carrera, estuvo al frente de la seccional 5ª de Santa Fe, fue subjefe en la comisaría 4ª y rotó en jurisdicciones como Monte Vera, Santo Tomé y otras dependencias del departamento La Capital, siempre en la órbita de Orden Público de la Unidad Regional Uno.
De buenas a primeras tuvo que apartarse del cargo por las sospechas de connivencia y corrupción policial surgidas en torno al hallazgo de un camión con más de 1.600 kilos de marihuana, a unos pocos metros de la Ruta Nº 1, en Arroyo Leyes. Sin embargo, “desde que comenzó esta situación la gente se ha interesado por mi situación particular y creo que fue en virtud del trabajo que venía haciendo y del compromiso que había adquirido con la población desde la Comisaría”, se defiende.
—¿Cómo se entera de lo ocurrido con el camión?
—Yo, generalmente los sábados, tenía por rutina quedarme a la noche por el tema del boliche, para acompañar al personal con el fin de que se sientan tranquilos, que van a tener un superior que se haga responsable de cada situación que puedan vivir. Como era mi turno ese fin de semana, porque nos turnábamos con la subjefe un fin de semana cada una, era rutina quedarme los sábados, por lo menos hasta que termine el boliche.
Ese día, eran cerca de las 12, cuando estábamos casi en el límite de la jurisdicción, en la zona de quintas del Km 10,5 haciendo la última vuelta, cuando escuchamos que los chicos de la 20 (subcomisaría 20ª, de Arroyo Leyes) pedían colaboración y no sabíamos por qué. Así se dio la situación, es todo lo que te voy a decir (ver dato).
—¿Cómo vive ese proceso un policía que se dice honesto?
—Concretamente creo que si uno mantiene sus convicciones y sus valores, de las situaciones que se puedan generar a posteriori uno tiene que seguir cumpliendo la función como corresponde, para bien o para mal de algunos. Pero en ningún momento, me aparto de las consecuencias que pudo llegar a acarrear esta situación y creo que con la verdad uno llega a cualquier lado, más allá de las situaciones que se generen.
No me arrepiento de lo que hago y si me equivoco tengo la humildad para pedir disculpas y retractarme pero en este caso no me arrepiento de haber procedido como lo tenía que hacer.
—¿Dónde estuvo y qué pensó en estos dos meses?
—Aparte de estar ocupada con la causa judicial, nada más que en mi casa; me mantuve en mi domicilio.
—¿Recibió amenazas?
—No, no me sentí amenazada.
—¿Presiones?
—No tampoco, no vamos a entrar en detalles...
—¿Cuál es su aspiración dentro de la fuerza hacia el futuro?
—Mis aspiraciones son las mismas convicciones que uno ha tenido siempre desde que empezó a hacerse cargo de alguna comisaría o del lugar que me ha tocado; primero, con responsabilidad, y segundo, enseñarle al personal que no tiene que perder los valores. Hay que llevar el uniforme con orgullo, yo creo que lo que tenemos que hacer es eso, reivindicar la institución que está tan manipulada y a raíz de algunos empleados infieles caemos todos en la misma bolsa pero creo que hay mucha gente buena que quiere hacer las cosas bien.
El dato
La causa judicial.
- El juez federal Nº 1, Reinaldo Rodríguez, procesó el 30 de diciembre a tres policías que se encuentran detenidos, involucrados en el secuestro. Se trata del subdirector de Policía Cristian Fabio Hang, el comisario Martín Díaz y el suboficial Alejandro Adalberto Agüero. Hang y Díaz fueron procesados como presuntos autores de los delitos de “incumplimiento de los deberes de funcionario público, encubrimiento agravado y evasión de persona”, todo ello en concurso ideal, confirmaron fuentes del caso. En tanto Agüero, a quien se lo conoce por el apodo de “aguja”, se encuentra privado de la libertad, procesado por el delito de “transporte de estupefacientes”. Los procesamientos fueron apelados. La semana pasada el Ministerio de Seguridad paso a disponibilidad a otros siete efectivos llamados a indagatoria.
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