El tejido adenoide es una estructura que, por lo general, no está desarrollada desde el nacimiento del niño. Y cuando las amígdalas son exageradamente grandes traerán como consecuencia problemas para tragar y respirar. Acá, todo lo que hay que saber.
Las amígdalas son dos estructuras laterales a la “campanita” (úvula), que se pueden visualizar a simple vista al abrir la boca y bajar la lengua del niño. Son como dos “aceitunas”, de color rosa pálido, cuyo tamaño varía según cada individuo. Las mismas pertenecen a la cavidad bucal y están presentes desde el nacimiento.
El tejido adenoideo es una estructura que, por lo general, no está desarrollada desde el nacimiento, sino que comienza su crecimiento, de forma limitada a partir del año de edad, llegando a su máximo desarrollo aproximadamente a los 5 años, para luego involucionar y desaparecer por completo a los 9 años.
Las vegetaciones o adenoides no pertenecen ni a la boca ni a la nariz, sino que se encuentran alojadas en una cavidad por detrás del fondo de la nariz llamada rinofaringe (cavum). Las mismas pueden sufrir un crecimiento exagerado hacia adelante y obstruir la nariz desde atrás. No se pueden examinar a simple vista, solo se pueden apreciar a través de RX laterales o estudios endoscópicos.
¿Qué funciones cumplen?
Tanto las amígdalas como las vegetaciones adenoideas producen una sustancia denominada Inmunoglobulina A secretora, que actúa como defensa de la mucosa de la vía respiratoria alta en los niños, función que caduca aproximadamente a los 10 años de edad (a partir de entonces, ya no cumplen más funciones de defensa). Las amígdalas permanecen dentro de la cavidad bucal, mientras que el adenoides tiende a desaparecer por completo.
Enfermedades de las amígdalas y adenoides
Las infecciones agudas de las amígdalas se denominan anginas, que pueden ser bacterianas o virales.
Respecto de las bacterianas, vale aclara que en este tipo de anginas, las amígdalas se inflaman tomando un color rojo con puntos blancos en su superficie, llamadas placas. El niño suele tener temperatura elevada, dificultad y dolor para tragar, voz gangosa, mal aliento y ganglios aumentados de tamaño debajo de la mandíbula.
En cuanto a las virales, hay que aclarar que en estos cuadros, las amígdalas participan muy poco de la infección. No presentan tanta inflamación ni cambian mucho su color. En las infecciones virales, está afectado más el resto de la garganta que las amígdalas propiamente dichas (faringo-amigdalitis viral).
Cuando las amígdalas son exageradamente grandes, traerán como consecuencia problemas para tragar y también respiratorios.
El tejido adenoideo, por diferentes causas, puede aumentar su volumen normal y producir dificultades para respirar, transformando al niño en respirador bucal. El mismo babeará la almohada, roncará por la noche, evidenciará cansancio matutino y en casos extremos de crecimiento, sufrirá lo que se conoce con el nombre de Síndrome de Apneas Obstructivas del Sueño (Saos). Este síndrome es la máxima expresión de un roncador, y significa que deja de respirar durante el sueño en un período no mayor a 10 segundos.
Debido a que el niño respirador bucal está en plena etapa de desarrollo físico, traerá deformaciones faciales, torácicas (pecho de paloma). Dependiendo del momento en que sea corregida la respiración, algunas de estas alteraciones tendrán solución y otras no.
Las vegetaciones adenoideas también se infectan y reciben el nombre de adeoiditis, presentando un cuadro febril y de malestar general.
Otra manifestación del aumento exagerado de amígdalas y adenoides es el bloqueo en la ventilación del oído medio reemplazando el aire por líquido, transformando al niño en hipoacúsico, y no solo que escuchará menos sino que le molestará su propia voz y los ruidos del medio ambiente. Como consecuencia, el niño generalmente se aísla de los grupo, cambia la escritura y tiene bajo rendimiento escolar.
Tratamiento
El niño debe ser evaluado por el médico especialista, quien determinará si inicia tratamiento médico apuntando a mejorar las defensas o indicará cirugía (adeno-amigdalectomía) en casos de obstrucciones severas, apneas del sueño o infecciones muy repetitivas.
Fuente: Suplemento Ser UN@ / seruno@unosantafe.com.ar.
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