Eduardo Casá, calígrafo público nacional, fue despedido del Ministerio de Justicia luego de 28 años de trabajo por su oposición a que la empresa fuese adjudicataria en una licitación para la compra de 2 millones de patentes.
/Infobae |
Remarcó luego que "las chapas de Ciccone no cumplían con las mínimas normas de seguridad" agregó que "eran similares a la de los coches robados, que falencias y que eran falsas".
Destacó que "a partir de allí tuve muchos inconvenientes. Se fue el director de ese momento y llegó Mariana Avallay, representante de la Cámpora como nueva directora".
Relató que "un lunes llego a mi oficina y me habían revisado todo, incluida mi computadora y una persona me dijo que por orden de la directora, tenía que renunciar por el dictamen que había firmado contra Ciccone".
Continuó y sostuvo que "ante mi negativa, diez días después lle llevaron a una oficina donde me espera Ernesto Kreplak -tercero en importancia en el ministerio de Justicia, fue uno de los es principales impulsores de la denuncia contra José María Campagnoli y tiene bajo su órbita el Registro del Automotor y la Inspección General de Justicia-, quien nuevamente me dice que mi renuncia es tema decidió y que debo revisar mis dictamenes contra Ciccone y me aclaran que la decisión es de muy arriba. Yo creo que Cristina o Boudou y la Presidente no anda fijándose en mí, así que entonces era obvio de quién venía".
Cabe destacar que tras ello, Casá fue desplazado al archivo de la IGJ también manejado por la Cámpora, le hicieron un sumario administrativo por facturarle servicios a una empresa privada y lo echaron.
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