Durante la noche destrozaron tres aulas y robaron artefactos. Las maestras lloraron de tristeza, pero decidieron no suspender las clases. La Borruat cuenta con un agente de seguridad 24 horas y no entienden cómo pudo ocurrir todo.
El Litoral |
“Se llevaron calefactores, rompieron ventiladores de techo, las puertas aluminio de las aulas del ala norte, los armarios, el material didáctico. No nos quedó nada. Ya en enero se habían robado las bombas de agua”, detalló Silvia Battaino, vicedirectora de la escuela.
Los docentes suponen que los ladrones ingresaron por un ventiluz angosto de uno de los salones y después se dieron a la tarea de romper a patadas las puertas de aluminio para entrar a las demás aulas. “Como los ventiladores de techo no pasaban por el ventiluz, los forzaron y quedaron rotos. Uno de ellos, quedó colgando del techo a medio sacar y otro sobre una silla. Creemos que se llevaron los calefactores por esa misma ventana”, contó Battaino.
“Estamos todas las maestras muy tristes, algunas lloraban, porque la desazón es muy grande. Hacemos todo por esta escuelita porque la queremos. Ponemos de nuestro bolsillo para comprar el material didáctico de los chicos, todo con mucho esfuerzo y nos pasan estas cosas”, dijo compungida la vicedirectora, que hace 27 años trabaja en esa escuela que atiende a unos 500 alumnos del barrio.
El equipo directivo hizo la denuncia policial correspondiente y no suspendió las clases. Los chicos de esas tres aulas fueron reubicados en los demás salones, donde comparten espacio con otros grados. “Hasta que no arreglemos las puertas no vamos a poder usar esas aulas porque el aluminio es muy cortante y los chicos se pueden hacer daño”, señaló.
La Borruat cuenta con un agente de seguridad las 24 horas. “Por lo que me dijeron, no habría escuchado nada; no se que pasó”, indicó la vicedirectora.
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