anuncio
anuncio
anuncio
anuncio
lunes, 17 de febrero de 2014
SANTA FE: Extrema tensión en un negocio familiar
Silvia atiende el negocio de su familia que lleva su nombre, en calle Alberti al 1800, en pleno barrio Coronel Dorrego (conocido como Chaqueño). Se trata de una pilchería que está abierta desde hace poco más de un año. El local nunca había sido blanco de ladrones, pero la mujer igualmente -por precaución- atendía a puerta cerrada. El sábado al mediodía, cuando la propietaria estaba junto a su hermana, fue sorprendida por una pareja de violentos delincuentes.
El Litoral.
“Eran aproximadamente las 12.15 cuando una joven apareció y le abrí. Afuera quedó esperando un muchacho que tenía gorrita y anteojos. La chica seleccionó ropa que aparentemente iba a comprar y cuando tuvo varias prendas me pidió permiso para que la persona que la acompañaba observara lo que iba a llevar. Yo accedí. Apenas ingresó el chico, me di cuenta de que algo raro iba a pasar, no sé por qué. Mi hermana estaba buscando mercadería en una estantería, ajena a todo lo que pasaba”, recordó Silvia esta mañana.
“Cuando me acerqué al muchacho para mostrarle la ropa, sacó un arma de fuego y nos amenazó a mí y a mi hermana. ‘Me voy a llevar esta ropa y la de tu clienta también’, me dijo desafiante. Nos llevó al probador y nos hizo agachar ahí, detrás de la cortina. Le pedí que por favor cerrara la puerta que comunica el local con mi casa. Temía que apareciera alguno de mis hijos. Tengo una de 18, otra de 10 y un nene de 5 años. Afortunadamente, accedió y puso la traba”.
El ladrón se mostró siempre muy agresivo. Insultaba y pedía más plata. Silvia se quiebra al recordar esos dramáticos momentos. “Sólo había 100 pesos en la caja. Trataba de hacerle entender que éste es un negocio muy pequeño. Es imposible que haya mucho dinero. Nos palpaba los bolsillos.
Constantemente nos pasaba el caño del revólver por la cabeza de manera amenazante y nos gritaba para que no le miremos el rostro. Finalmente, nos sacaron los celulares, los anillos, las pulseras, las alianzas, el bolso de mi hermana y cargaron algo de ropa también en una mochila”, relató.
Antes de retirarse, los asaltantes amagaron con cerrar con llave el blíndex del ingreso principal. “Les pedí por favor que no nos dejaran encerradas. Les aseguré que no los íbamos a seguir. Yo pensaba en lo que iba a tener que gastar al romper las tres cerraduras, si se llevaban las llaves.
Afortunadamente, sólo se fueron, subieron a una moto y desaparecieron”.
“Estoy muy angustiada. Cuesta mucho seguir, pero no tengo alternativa. El día anterior había viajado para comprar mercadería. Se llevan lo poco que uno tiene y encima te agreden. Ellos piensan que vos tenés la obligación de darles todo. Están convencidos de que tienen el derecho de quitarte las cosas. Sabemos que estamos muy expuestos y por eso tenemos mucho miedo, pero no tenemos alternativa. Seguir, tenemos que seguir”, se lamentó la comerciante.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario