Aplazaron dos veces en tribunales la declaración de la mujer que hasta mayo de 2012 vivía con el empresario sospechado de narco. Daniela Ungaro convivió con él doce años y fue su socia comercial. El fiscal quiere abrir a partir de allí una línea de pesquisa.
La Capital |
A los investigadores judiciales del asesinato de Luis Medina y Justina Pérez Castelli no se les escapa entre las motivaciones de la doble ejecución una veta que entrelaza motivos comerciales con pasionales. Y aunque no hay elementos contundentes de cargo posaron los ojos sobre la mujer que durante doce años convivió con Medina y fue socia de sus emprendimientos comerciales. Se trata de Daniela Natalia Ungaro, de 39 años, a quien el fiscal Esteban Franichevich pidió no le tomen declaración normal como testigo sino que le reciban declaración informativa, que implica algún nivel de sospecha con el episodio investigado.
Lo que dejó en un lugar distinto a Daniela Ungaro fueron los testimonios que brindaron el viernes pasado ante la jueza Alejandra Rodenas los padres de Justina Pérez Castelli, la joven de 23 años que estaba en pareja con Medina desde hacía más de un año. La madre de Justina señaló que su hija había sido amenazada reiteradamente de manera telefónica por Daniela Ungaro. El conocimiento de los pormenores de ese testimonio condujo a Franichevich a requerir que a Ungaro se la convocara a hablar bajo sospecha.
Pero además surge, en el análisis de los investigadores, que la sociedad comercial que Medina y Ungaro tenían cuando funcionaban como pareja, parecía estar desmantelándose.
Ellos convivieron hasta mayo de 2012. A fines de diciembre pasado Medina le pidió a Daniela vender la casa donde ella vivía y también el fondo de comercio de una de las agencias de vehículos que tenían en conjunto. Ese negocio era, según ella misma contó, su principal fuente de ingresos. Toda esa construcción de años para Daniela —el lugar de residencia y el modo de sustento— había empezado a tambalear a partir de que su ex marido convivía con una atractiva joven.
En Arroyo Seco. En su primera declaración testimonial en la Sección Homicidios, a once días del doble crimen, Daniela contó haberse enterado de la muerte de Medina a las 9 de la mañana del día del hecho, 29 de diciembre, mientras estaba en un after de Arroyo Seco. Quien la llamó para referirle lo ocurrido era el novio de su hija, que por ser sobrino de un hombre que trabaja en la mortera de la Municipalidad de Rosario había sabido del asesinato de su ex pareja.
La mujer dijo que la última vez que mantuvo contacto con Medina fue dos días antes del crimen: el viernes 27 a las 16.15 en una escribanía de Paraguay y Santa Fe. Se encontraron para vender la casa donde ella vivía, en Azcuénaga al 8500 de Fisherton.
"La propiedad estaba a nombre de los dos y Luis me había pedido que vendiéramos la casa o el fondo de comercio de la agencia porque él necesitaba el dinero. Yo le dije que vendiéramos la casa porque en la agencia dejaría a mis amigos sin trabajo. Cuando se concretó la venta a mí no me dio dinero ni yo vi que él tomara dinero", sostuvo Ungaro.
La sociedad a la que se refiere es Yasmin SRL, dedicada a la venta de vehículos de alta gama tenidos en consignación, en la avenida Pellegrini 5527, que fue allanada. "Luis era gerente, yo socia gerente y los chicos empleados. El lugar donde está el negocio es alquilado. Yo vivía de las ganancias de la concesionaria y en ocasiones depositaba dinero que él me daba para levantar los cheques".
"La gorda". En ese tren le preguntaron cómo era su relación de entonces con Medina. "Viví doce años con él hasta mayo de 2012. En ese momento nos separamos por esta chica Pérez Castelli, luego él se fue a vivir a Buenos Aires. Como yo sabía de la relación con esta piba en un momento decidí cortarla definitivamente. Entonces Luis ya no vino más a casa, pero cuando venía siempre nos veíamos, es decir que teníamos muy buena relación", contó.
Le preguntaron si sabía de algún familiar de Justina —Daniela varias veces aludió a ella ante los policías llamándola "la gorda"— que tuviera negocios con Medina. "No que yo sepa, pero lo que sé es que cuando salían a los boliches siempre iba el hermano de la gorda pero no recuerdo su nombre". Agregó que dejó de comunicarse por teléfono con Medina para no ver en el dispositivo de comunicación whatsapp "las cosas que publicaba la gorda".
Daniela refirió además que la madrugada del 25 de diciembre Medina y ella se encontraron "en un after de Arenales". Tuvieron entonces una conversación en la que, según dijo, él le confesó que tenía una relación difícil con Justina.
"En este último tiempo Luis se llevaba a las patadas con la chica, ya que era una caprichosa", afirmó Daniela. "De mí decía muchas cosas. Luis me contó que el 24 a la noche se pelearon después de las 12 porque en la mesa hablaban de mí diciendo que era una negra de mierda y Luis me defendió".
Informativa. Los dichos de los padres de Justina señalando que la chica había recibido amenazas de parte de Daniela, por un lado, y este testimonio en sede policial, llevaron al fiscal Esteban Franichevich a pedir que se le tomara declaración informativa a la ex mujer de Medina. El lunes estaba citada a las 10 para declarar y luego a las 18. Pero la audiencia se aplazó sin una fecha nueva.
Veinte años. Daniela Ungaro y Luis Medina se conocían hacía veinte años. No habían tenido hijos. A ella le preguntaron en la Sección Homicidios si desde el día en que ocurrió el doble homicidio alguien le comentó sobre quiénes pudieron haber sido los autores. "No, desde ese día nadie me comentó nada de eso", dijo.
Daniela dijo no tener relación con su hermano Lelio Ungaro, alias "Chapita", imputado en reiteradas ocasiones por robo. Otro de sus hermanos, René, cumple una sentencia de 17 años de prisión por el homicidio de Roberto "Pimpi" Caminos en marzo de 2010.

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