Está imputada de haber matado a Leandro Cantero frente a un quiosco de su propiedad y en medio de una gresca barrial.
La Capital |
La subcomisario Isabel B., detenida tras el crimen de Leandro Manuel Cantero en medio de un gresca vecinal que se desarrolló frente a un quiosco propiedad de la oficial, proclamó ayer su inocencia en el juzgado de Instrucción que investiga el caso por el cual también fue apresado Iván C.
Una fuente judicial señaló que en el juzgado de Instrucción Nº14, la policía acusada del crimen sostuvo que desconocía de "dónde salió el arma" con la que mataron a Cantero. También negó haber disparado los balazos mortales. Sin embargo quedó detenida e imputada del delito de homicidio al igual que el otro acusado.
Cantero tenía 22 años, trabajaba en el frigorífico Matievich y era padre de una nena de 3 años. Vivía en Córdoba al 100, una calle de Villa Gobernador Gálvez que desemboca en un callejón a la vera de la cual se levantan humildes viviendas y caen en declive al río Paraná. La madrugada del domingo allí hubo un confuso incidente en el cual no sólo murió Leandro al ser alcanzado por un tiro en la cabeza sino que también resultó herida su madre, Liliana Escobar, de 47 años; y Cristian Sebastián C., de 25 años.
En el fatal episodio quedó involucrada la subcomisaria Isabel B., que presta funciones en la Unidad Regional VI con asiento en Villa Constitución. La oficial se estableció hace dos años en el mencionado barrio villagalvense y dos meses atrás abrió un quiosco en Córdoba 145, contiguo a su casa y frente al cual ocurrió el homicidio.
Abusos. La uniformada, comentaron algunos habitantes de la barriada, protagonizó desde su arribo conflictos con algunos vecinos que fueron descriptos como "abuso de autoridad". Otros pusieron el acento en la relación de pareja que mantiene una hija de la policía con un muchacho de apellido C. "El novio de la hija y sus hermanos son personas de mal vivir y se juntan en el quiosco de ella", insistieron. Precisamente, los vecinos apuntaron a un hermano de C. como quien mató a Cantero. Lo dicen "El nutreo" y, dijeron en el barrio, está acusado de haber abusado sexualmente de una nena de la zona.
Pelea vecinal. Todo se inició el sábado a la tarde cuando algunos jóvenes pasaron en moto por la vereda del quiosco donde había mesas en las que estaban sentados miembros de la familia C. Al parecer esto molestó a la oficial Isabel B. "La madre de Leandro le fue a recriminar a la milica su actitud y la atacaron con un destornillador", contó un vecino sobre el incidente que volvería a activarse horas más tarde.
A la 0.45 del domingo, recordó ese hombre, "Leandro fue al negocio para defender a su madre y allí lo atacaron a balazos". Así se desató en la cuadra una gresca en la que los contendientes se arrojaron baldosas y troncos y en la que resonaron dos balazos.
Por su parte, una chica contó una versión que difiere en algunos matices. "El pibe (Leandro) era bueno y no se metía con nadie. Vio que le estaban pegando a un chico y se metió para que no le siguieran dando. Entonces la (mujer) policía le dio un arma a «El nutreo» y éste le tiró al Leandro", relató la joven. Luego del incidente, un grupo de vecinos indignados por el crimen prendieron fuego y saquearon el quiosco de la subcomisario Isabel B.
Ayer, el vocero judicial consultado calificó al suceso como "muy confuso". "Los testimonios de las dos familias que participaron del hecho son disímiles y contradictorios", afirmó el portavoz. Y aclaró que todavía la investigación está en una etapa preliminar y por lo tanto no se determinó en forma fehaciente cómo ocurrió el hecho.
Denunciaron amenazas
Francisco Cantero, el padre de Leandro Manuel, denunció ayer a la mañana en los Tribunales provinciales que fue amenazado por personas que no identificó. “Me llamó mi nuera y me dijo que vio a gente que quería quemar mi casa con todos adentro”, afirmó el hombre.
El papá del joven asesinado realizó la presentación en el juzgado de Instrucción Nº 14 —donde se tramita la investigación del homicidio— acompañado del abogado Marcelo Piercechi. En ese marco, el juez Javier Beltramone (a cargo en forma interina del tribunal) dispuso que el mismo patrullero que custodia el domicilio de la subcomisaria Isabel B., detenida por el crimen de Leandro, también proteja la casa de los Cantero. Luego del crimen, un grupo de vecinos indignados prendieron fuego y saquearon el quiosco de la oficial.
Francisco Cantero también brindó su versión del trágico suceso. “El sábado a la noche estaba en mi casa con mi familia. Leandro estaba en la vereda. En ese momento, los hermanos del yerno de la policía comenzaron a golpear a un pibe al que le dicen «Truli». Mi hijo salió corriendo, pero lo agarraron cuando intentó separar a los que le pegaban a ese pibe”. El hombre comentó que “teníamos problemas cuando pasábamos con las motos por la vereda de la casa de la policía. Los hermanos del novio de la hija se juntaban en el quiosco para buscar problemas”.
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