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miércoles, 6 de noviembre de 2013

"El futuro de muchos jóvenes empieza con C: cárcel o cementerio", alertó la Iglesia

El sacerdote Jorge García Cuerva es miembro de la Pastoral Carcelaria. Advirtió que "en Latinoamérica hay modelos donde el narcotráfico se ha visto muy agravado y la Argentina va camino a eso". Criticó la falta de políticas de Estado 
Crédito: Nicolás Stulberg
La Iglesia volvió a manifestar su preocupación por el avance del narcotráfico en la Argentina. "Quienes estamos cerca de esta realidad, y estamos en los barrios más pobres, de la consecuencias dramáticas por la venta y el consumo de droga, estamos alertando con muchos jóvenes que su futuro comienza con la letra "C": cárcel o cementerio". 
Jorge García Cuerva es miembro de la Comisión de Pastoral Carcelaria de la Conferencia Episcopal Argentina. Trabajó con jóvenes adictos en el barrio San Pablo, de Tigre. Advirtió que "está a la luz que el narcotráfico es un negocio extremadamente grande y muy preocupante para nuestro país, que dejó de ser un país de tránsito para ser, no solo de consumo, sino de narcotráfico".
En declaraciones radiales, García Cuerva advirtió que "desgraciadamente en Latinoamérica hay modelos donde el narcotráfico se ha visto muy agravado y la Argentina va camino a eso". Y que "los chicos caen en la droga porque no tienen futuro".
"Sin futuro la vida se torna muy dura y cuando esto ocurre, uno comienza a pensar que su vida no vale nada y si esa vida no vale nada, la del otro tampoco y así somos testigos de hechos brutales que llegan a los chicos que consumen, pero no porque sean delincuentes, sino porque primero son enfermos", remarcó.
En este sentido, subrayó la necesidad de "actuar no solo contra la oferta del narcotráfico, sino contra la demanda; hay una cantidad de pibes que por no tener un futuro y por una angustia profunda existencial, terminan en el consumo de drogas".
En zona norte del conurbano hay paco, pero en mucha menor cantidad que en las villas de la Ciudad o del sur del conurbano. "Esto está ligado a una respuesta integral que no hay, a la falta de educación, a la falta de trabajo, y muchas familias terminan haciendo esto porque no saben hacer otra cosa y es lo más inmediato", consideró García Cuerva.
"Los grandes narcotraficantes y los que trafican armas no viven en los barrios marginales; entonces, siempre cortamos el hilo por la parte más delgada, que son los pibes que terminan después delinquiendo", reflexionó.
En los próximos días, la Comisión de Pastoral Carcelaria de la Conferencia Episcopal Argentina emitirá un comunicado alertando sobre esta problemática que acecha a los jóvenes.
Históricamente, nuestro país fue considerado de tránsito. Sin embargo, la falta de políticas integrales sobre el tema y, por supuesto, la corrupción y connivencia de funcionarios, jueces y policías, convirtieron a la Argentina en un importante mercado de producción y de consumo.
Este último dato es particularmente alarmante. Según las Naciones Unidas, en los últimos 10 años la Argentina duplicó el consumo de marihuana y cocaína, con niveles de prevalencia similares a los mercados maduros de América del Norte y Europa.
El episodio que sufrió el gobernador de la provincia de Santa Fe, Antonio Bonfati, no hace más que confirmar todo esto y el alto nivel de criminalidad narco por el que está atravesando hoy en día la Argentina.
Durante 2013 en la ciudad de Rosario se superarán los 200 homicidios intencionales, cifra que ubica a ese distrito en una tasa similar a la de Medellín o San Pablo (casi 20 homicidios intencionales cada 100.000 habitantes).
Otro dato alarmante es el que reveló la Undoc (siglas en inglés de la Oficina de las Naciones Unidas contra la droga y el delito). Según este organismo, en nuestro país se decomisan más laboratorios o cocinas de drogas luego de Colombia, Perú y Bolivia, inclusive por arriba de Venezuela.
Para García Cuerva detrás de esto hay una complicidad policial y hasta política. "No puede ser que digamos que esto es un drama nacional y que siga avanzando de esta manera y no pase nada; por supuesto que uno no tiene pruebas y muchas veces no tenemos más que sospechas, pero en el común del pueblo la gente dice que es así", remarcó.
Mientras esto ocurre en la Argentina, el organismo encargado de velar por la aplicación de las convenciones y convenios de Naciones Unidas relativos a esta materia de los estupefacientes y la lucha contra el narcotráfico, Sedronar, está acéfalo desde principio de año.
La diputada nacional por la UCR, Elsa Álvarez, reclamó en las últimas horas al Poder Ejecutivo la "urgente normalización" de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico
"La lucha contra el narcotráfico es una política de Estado que nos involucra a todos los que tenemos compromisos institucionales con la sociedad. Estamos preocupados, la droga causa estragos, sobre todo a los más jóvenes", aseguró.
En este marco, denunció que "hay una decisión política de debilitar a la Sedronar, limitando y acotando su trabajo". El organismo se encuentra acéfalo desde la renuncia de Rafael Bielsa, el 19 de marzo pasado.
En este sentido, García Cuerva advirtió sobre la falta de personal capacitado para atender a los jóvenes que comienzan consumiendo drogas y terminan protagonizando un hecho violento lamentable.
"Acá por lo general cuando un chico quiere hacer un tratamiento, no tiene un operador barrial, gente que sepa del tema, que esté metida en el barrio acompañando la realidad de estos pibes; porque solamente desde el vinculo afectivo podemos empezar a generar con ellos la posibilidad de curarse", remarcó.
El sacerdote señaló que "muchas veces las madres, desesperadas porque sus hijos están consumiendo, hacen la denuncia ante un tribunal de familia y al pibe se lo termina internando en un pabellón para adictos, pero esa no es la respuesta". 
"Conozco chicos que estuvieron en un pabellón en Open Door y después de un tiempo, no mayor a seis meses, vuelven al barrio. Esto es peor, porque en realidad no termina un tratamiento y lo que hizo solamente fue desintoxicarse, vuelve alconsumo y muchas veces de una manera más fuerte que la anterior", advirtió.
El sacerdote reveló que en la provincia de Buenos Aires se construyeron más cárceles que centros de rehabilitación de adictos. "Muchas veces la salida del Estado es solamente encerrar a los jóvenes, en esta fantasía del encierro del mal", advirtió.
De esta manera García Cuerva lamentó la ausencia del Estado en materia preventiva y la falta de lugares de internación accesible para personas de bajos recursos. También hay que trabajar en el posasistencial. Si el pibe una vez que sale no tiene posibilidades de estudio o de trabajo, y la oferta más inmediata que tiene es la droga, evidentemente estamos en un circulo sin salida", remarcó.
Para finalizar, dijo que "lamentablemente cuando hablamos de grandes delitos, de muertes, ahí nos sentimos alertados, pero en el mientras tanto no pasa nada; muchos jóvenes que no trabajan ni estudian no hacen nada, pero muchos otros terminan en el delito. Hay muchos pibes que no tienen salida y esto ha ido en aumento; entonces no podemos decir que en estos últimos 10 años no pasó nada: pasó y pasó mucho, por eso su futuro es cárcel o cementerio".

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