Adolescentes que en su momento abandonaron las aulas regresaron para cursar primer año en 46 instituciones de la ciudad. El programa provincial de inclusión arrancó en febrero pasado y tiene como objetivo un trabajo continuo. Para la provincia, el programa “Vuelvo a estudiar” es una política de Estado a mantener año a año
La Capital |
Más de 130 adolescentes que había dejado la escuela secundaria retomó las clases en 46 instituciones de la ciudad. Ese es el primer registro que el Ministerio de Educación de la provincia tiene del programa de inclusión socioeducativa "Vuelvo a estudiar", lanzando en febrero pasado para siete barrios de Rosario y recientemente puesto en marcha en la ciudad de Santa Fe. "El objetivo es que cada vez vuelvan más chicos y se vayan menos", señaló la subsecretaria de Planificación y Articulación Educativa de la cartera, Carina Gerlero, y planteó que el programa dejó de ser un programa con fecha de vencimiento para convertirse en una política de Estado a mentener año a año.
El desafío no es sólo seguir sumando alumnos a las aulas de 1º año sino plantear las estrategias necesarias para contenerlos toda la secundaria.
El plan se fijó como objetivo llevar a las aulas a unos 2 mil jóvenes rosarinos y, en esta primera instancia, los equipos territoriales de Educación entrevistaron a unos mil alumnos, de los cuales el 60 por ciento había manifestado sus ganas de regresar a clases.
"Un 30 por ciento de ese grupo que manifestó su voluntad de regresar (es decir, 180 chicos) se sumó a alguna de las instancias del plan, ya sea volviendo a la escuela secundaria o a través de las ofertas de capacitación u otros seguimientos", explicó la funcionaria.
De cerca. Si bien 133 alumnos son los que Educación tiene registrados actualmente en 46 escuelas de la ciudad, no todos llegaron nuevamente a la aulas a través de los equipos territoriales.
Algunos fueron directamente a los establecimientos donde habían cursado por última vez, otros se acercaron a la delegación del ministerio.
"Estamos monitoreando fuertemente a ese 30 por ciento a través de diferentes opciones, ya sea la escuela u otras alternativas de capacitación, pero seguimos cargando datos", explicó Gerlero, y dejó en claro que pese a que el ciclo lectivo ya comenzó, los alumnos que quieran sumarse al programa aún pueden hacerlo.
Más allá de la primera evaluación positiva, la estrategia para contener a lo largo de los cinco años a estos jóvenes que volvieron al aula es uno de los principales desafíos que enfrenta Educación.
Entre las principales acciones para lograr un seguimiento cercano de los alumnos, Gerlero apuntó a “la definición de referentes del plan dentro de las escuelas” y explicó que uno de los ejes de trabajo es que “cada alumno, de acuerdo a su situación, donde hay casos de maternidad, trabajo o salud que deben atenderse, tenga una trayectoria escolar que pueda sostener y que, en la práctica, represente un fortalecimiento de su proyecto de vida”.
Por eso, el plan prevé alternativas más flexibles para esos casos. “En las 46 escuelas donde ya hay alumnos del programa se está profundizando el trabajo para garantizar el avance y los procesos de cursado, con mayor flexibilidad tanto en la asistencia como a través de trabajos diferenciales o semipresenciales en los casos que sea necesario, con un componente tutorial mayor y con trayectorias centradas en los núcleos de aprendizaje prioritarios”.
Uno de los fundamentos para lograr que los chicos vuelvan, pero sobre todo que permanezcan en la escuela, es justamente “no dar respuestas homogéneas” y, en ese punto, la funcionaria indicó que “ofrecer igualdad de oportunidades no significa darles a todo lo mismo”.
Respecto del trabajo que las escuelas deben hacer para poder contener a estos jóvenes, Gerlero indicó que “hay establecimientos con experiencias muy positivas en relación a la inclusión y otras a las que les cuesta más y donde hay un trabajo por delante”.
Por fuera del aula, Gerlero señaló que se está trabajando articuladamente con las actividades recreativas, deportivas y de capacitación que la Municipalidad lleva adelante en los barrios y, que a principios de abril, fue relanzado por la propia intendenta Mónica Fein con la puesta en funcionamiento de 31 centros de convivencia en los sectores más vulnerables de la ciudad.
“El objetivo es que esos centros también sean lugares que los reúnan a través de talleres de formación, capacitación, de extensión, de diálogo y de contención”, precisó la funcionaria.
Ahora, la apuesta más fuerte es sostener el plan en el tiempo, que incluya a los jóvenes inscriptos a través del programa pero también al resto de los alumnos en situación de vulnerabilidad detectados por las escuelas. “Será un trabajo permanente”, afirmó Gerlero.
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