lunes, 6 de mayo de 2013

SANTA FE: Piden la prisión preventiva para los cinco imputados por el crimen del policía


La causa tiene como principal imputado al Leandro “Bata” Paredes, sindicado como el autor de la muerte del cabo de la Policía Provincia, Damián Martinet.

Piden la prisión preventiva para los cinco imputados por el crimen del policía

 A un mes del asesinato del cabo de policía Damián Martinet cinco personas permanecen detenidas aguardando que se resuelva su situación procesal. La semana pasada, el Fiscal N° 2, Gerardo Alesso, solicitó la continuidad de la prisión preventiva para todos ellos.

El expediente que está a cargo de la jueza de Instrucción Cuarta, Susana Luna, tiene a Leandro Paredes, como principal imputado, acusado por el delito de homicidio, agravado por el uso de arma de fuego, y por ser la víctima un agente de la fuerza policial. Pero también se analiza la responsabilidad de Walter Reyes, que fue el primero en quedar preso dos días después del homicidio.

Los tres restantes guardan una relación marginal con el crimen, pero directa con los principales imputados, ya que se los acusa de encubrirlos e incluso a uno de ellos lo atraparon con un arma de fuego que nada tiene que ver con la utilizada para matar a Martinet.

Zona de riesgo

Todo comenzó hace un mes, la noche del 6 de abril en pasaje Cervantes al 3900, en el barrio San Lorenzo. Un patrullero de la Subcomisaría 10ma. con dos efectivos acudió ante una llamada por un conflicto familiar y se internó en una zona considerada “de riesgo”.

En el camino los uniformados se encontraron con un obstáculo, ya que una moto abandonada y atravesada en la angosta calle de tierra les interrumpía el paso.

Al descender para retirarla una bala impactó en el cuerpo del cabo de 28 años, con tan mala fortuna que le ingresó por la axila, en una zona donde el chaleco antibalas no lo protegía. El proyectil dañó órganos vitales y ocasionó la muerte del servidor público en cuestión de minutos.

En las horas subsiguientes se dio por buena la versión de un tiroteo o un enfrentamiento entre bandas que tomó por sorpresa a la solitaria patrulla. Sin embargo, con el correr de los días se plantearon numerosas dudas acerca de la veracidad del choque armado.

Primeras capturas

Al dolor que causó el crimen de un camarada, la policía respondió con requisas callejeras, allanamientos domiciliarios y una decena de arrestos por averiguación de antecedentes. Pero la primera captura de un sospechoso fue la de Reyes, que se produjo la mañana del 9 de abril, en 3 de Febrero y Juan Díaz de Solís, del barrio Alfonso.

El joven de 21 años y con numerosos antecedentes policiales, reconoció haber estado en el lugar, pero dijo que no fue él quien ejecutó al policía y acusó sin más al “Bata” Paredes, que a esa altura se encontraba prófugo.

El mismo día que atraparon a Reyes fueron aprendidos dos muchachos de 27 años en una casa de pasaje Galisteo al 1400. Uno de ellos portaba un revólver del calibre 22, que luego se determinó que no tenía relación con el crimen del policía, pero igualmente quedaron tras las rejas por la portación del arma y por encubrimiento.

Sin coartada

Una semana más tarde, Leandro Paredes se presentó en tribunales acompañado por su abogada, acorralado porque su foto estaba en todos los noticieros de la ciudad y por temor a lo que pudiera pasarle si era atrapado en la calle.

En declaración indagatoria Paredes se dijo inocente, aunque aceptó su pasado delictivo; hacía poco tiempo que había recuperado la libertad tras estar implicado en un homicidio del que resultó absuelto.

Sin embargo, su coartada se cayó cuando uno de los testigos que dijo haber estado en su casa con el reo la noche que mataron a Martinet, tuvo que retractarse porque otro testimonio lo puso en evidencia de que aquel encuentro no era cierto. La Justicia mandó encerrarlo y lo encausó por “falso testimonio” y “encubrimiento”.

Con la investigación preliminar prácticamente terminada la jueza Susana Luna le corrió traslado al fiscal Alesso, que el martes 30 de abril pidió prisión preventiva para todos sin excepción.

Ahora es la jueza la que deberá sopesar el peso de la prueba para procesar, dictar falta de mérito o directamente sobreseer a los involucrados.
 

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